Pontevedra, 14 Agosto de 2015
Galicia está en fiestas, y se llena de feriantes deseosos
de vender sus productos. Entre todos ellos, un clásico: la tómbola. “¡Los
regalos, los premios salen a gran velocidad...!”
Con esta expresión se dirigían a los asistentes a las
fiestas, los charlatanes de las tómbolas de nuestras ciudades y villas cuando
yo era un niño. Trataban de llamar la atención para que comprases un boleto que
te podía dar acceso a grandes regalos, que iban desde un toro de plástico hasta
una bicicleta, pasando por el clásico juego de vasos y platos de cristal verde.
Pero igual que llegan las fiestas, llegan las elecciones, (la gran fiesta de la
democracia) y el Gobierno, como los feriantes, instala su puesto particular para
captar clientes, o votantes, que para el caso es lo mismo.
Rajoy, como un feriante más, ha abierto su propia tómbola
en la que se sortean premios y en la que te puede tocar una rebaja del IRPF, la
devolución de la paga extra de 2012 si eres funcionario o incluso una reforma
constitucional si eres independentista catalán. Utiliza la acción de gobierno
con fines partidistas y la convierte en una tómbola.
“¡Alargue la mano, y elija el sobre que quiera!” Así
finalizaba la frase que abre esta reflexión, el hábil feriante. Y así
finalizará el proceso cuando a finales de año los votantes elijan con sus votos
el destino del país.
Publicado en LA VOZ DE GALICIA el día 14 de Agosto de 2015
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