miércoles, 30 de diciembre de 2020

Bares, qué lugares...

 András, 30 Diciembre de 2020

Desde que nos ha sobrevenido todo este asunto de la pandemia, he tratado de ser objetivo con la situación a la que nos enfrentamos, comprensivo y leal con los diferentes gobiernos que tienen la responsabilidad de la gestión, y disciplinado con todas las medidas puestas en marcha para tratar de frenar la expansión del virus. Por supuesto, siempre con espíritu de crítica y con la libertad de expresión como principio por encima de todo, pero leal.


Es verdad que, buena parte del éxito para derrotarlo, depende del civismo y la responsabilidad individual de cada uno, por eso la lealtad con quienes deciden, y la responsabilidad con uno mismo y con los demás se ha hecho, si cabe, primordial en esta situación que nos ha tocado vivir.

 

No es fácil tomar decisiones, solo quienes se ven en la tesitura de tener que hacerlo se pueden equivocar. Además, no estamos ante una situación normal, con muchos contagiados y muertos, y sin más medidas, hasta la fecha, que tratar de evitar los contagios por la vía del encierro, la reducción de las relaciones sociales, los confinamientos, etc... Es decir, no hay recetas mágicas, solo hay que tener cuidado.


Desde el principio, uno de los principales motivos de conflicto entre las administraciones, ha sido establecer el límite entre la salud y la economía. ¿Qué debe primar? No es ninguna novedad que cada uno de nosotros tenemos nuestra opinión, y cada gobierno la suya. Tampoco es mentira que mientras los partidos conservadores parecen anteponer la economía, los de izquierdas lo hacen con la salud de la gente. Al menos, de cara a la galería es lo que parecen trasladar.


No quiere esto decir que a unos no les importen las personas y a otros les dé igual lo que pase con la economía, pero unos por unas razones y otros por otras, dejan siempre todo a medias. Lo único cierto es que, en ambos casos, la mayor o menor importancia que le dan a cada aspecto, depende del rédito político que les pueda aportar. Es así de triste y de real, y ya no sorprende a nadie.


De todas las decisiones adoptadas hasta la fecha, quizás la más polémica y que ha causado además un mayor roto en la economía de pequeños empresarios y autónomos, ha sido la limitación de horarios en las aperturas de los negocios de restauración.

 

Y llegado a este punto, tras varios intentos de abrir, cerrar, limitar horarios, después de tantas idas y venidas jugando con la economía de unos pocos con la excusa de la salud de todos, sigo sin entender porqué el riesgo de contagio en un bar o en un restaurante es superior al de una tienda de ropa, o una mueblería, por ejemplo. Para repartir las responsabilidades, y las pérdidas económicas, hubiese sido tan sencillo como aplicar las mismas limitaciones y medidas de seguridad en todos los negocios. Algunos bares cierren ahora a las cinco de la tarde, cuando otros comercios lo hacen en el horario habitual. Por eso, siento la necesidad de solidarizarme con un sector que, en muchos casos, podría estar bajando la reja para para no volver a levantarla jamás.


domingo, 27 de diciembre de 2020

El calor de los abrazos

András, 27 Diciembre de 2020

Es difícil, pero debemos mantener la ilusión y la esperanza de que todo va a ir mejor, aunque todavía veamos el horizonte negro. Las cosas no van a ser como querríamos, no como eran hace un año. No podremos relacionarnos con normalidad durante un periodo largo de tiempo. Esto se alarga. No queremos, pero es así. Ni en nuestras peores pesadillas imaginamos nada peor. Pero está ocurriendo. Ahora. Hoy. Y hay que asumirlo, nos guste o no. Es nuestra realidad.


No es nada fácil mantenerse optimista cuando todo parece ponerse del revés. Cada día hacemos un gran esfuerzo para mantenernos positivos y no dejarnos llevar por la tristeza y las malas noticias. Pero las malas noticias no cesan y es necesario, primordial, que eso cambie.


¿Qué podemos hacer mientras tanto? No bajar la guardia ante el virus que nos ha cambiado la vida para siempre. A lo que ya sabemos (mascarilla, distancia de seguridad, higiene, lavado de manos y evitar en lo posible reuniones con personas no convivientes) hemos de añadir ahora la ilusión por la vacuna. Pero, sobre todo, la esperanza de que todo va a ir mejor para poder seguir celebrando la vida. ¿Difícil? Muchísimo.


Porque la situación nos asusta y hasta nos desborda. Porque este monotema dirige nuestras vidas en todas sus vertientes: trabajo, salud, conciliación familiar, economía, ocio, tiempo libre… Porque casi todos conocemos a alguien que está afectado por la enfermedad o por la situación económica. Todos estamos preocupados … y mucho.


Pero como el tiempo no se detiene, con virus o sin él, debiéramos celebrar las pequeñas grandes cosas de la vida, aún con unos pocos, los más cercanos. Un cumpleaños, un aniversario, una buena noticia, un mensaje de alguien inesperado... Porque la vida son subidas y bajadas, risas y llantos, ahora y siempre, pero en estos momentos cobra más sentido que nunca.


Y aunque veamos el horizonte negro (sí, hay días malos, y muy malos incluso) no permitamos que el virus nos arrebate más de lo que ya ha hecho hasta ahora.


A muchos les ha quitado a sus seres queridos (lo peor siempre, por irreemplazables), les ha impedido acompañarlos en los hospitales, celebrar acontecimientos importantes, velar a los difuntos, acudir a los trabajos y a los centros educativos a nuestros hijos. Nos ha dejado sin trabajo o medio de subsistencia, disfrutar de celebraciones y fiestas, anulado nuestras vacaciones, practicar deporte... Nos ha limitado las reuniones con nuestras familias y amigos. Nos ha quitado el calor de los abrazos, y nos hemos dado cuenta de cuánto los necesitamos.


¿Le vamos a permitir que nos quite la esperanza e ilusión? ¡Por supuesto que no! Al menos sin presentar batalla. No será fácil, lo sé. El futuro se presenta incierto, así que celebremos la vida por dura que sea, porque esto también pasará.


sábado, 26 de diciembre de 2020

Vamos por mal camino

 András, 26 Diciembre de 2020

Cada semana, observamos cómo el Congreso de los Diputados se convierte en un ring político, donde hay de todo menos política. Si un ciudadano quisiera utilizar las sesiones parlamentarias para formar su opinión sobre a quién debería votar en las próximas elecciones, encontraría de todo menos propuestas. Al contrario, lo que abunda son las amenazas, los insultos, las descalificaciones y las referencias a etapas oscuras de nuestra historia.


Esta tendencia a convertir la sede de la soberanía nacional en un antro de mala muerte, presenta enormes riesgos para la propia democracia, además de agrandar la brecha entre la sociedad y la política, algo que, de llegar a convertirse en ruptura, podría tener difícil arreglo.


¿Qué tiene que suceder para que nuestros representantes se dediquen a hacer su trabajo? Estamos en medio de una pandemia, que ha sido la mayor desgracia que nos ha ocurrido en más de cuarenta años, y ni en esas circunstancias son capaces de comportarse como deben. Al revés, se atizan injustamente acusándose de barbaridades. 


El efecto de todo ello en la sociedad es brutal, porque incrementa el desencanto ciudadano respecto de sus representantes, y aumenta la desafección hacia las instituciones, especialmente hacia el Parlamento.


La sociedad no está tan dividida como la clase política, no está tan polarizada. Todo lo contrario de lo que hacen los políticos, que han consentido que la política de extremismos se haya adueñado del debate, y que se haya impuesto a la moderación. 


El lío que han formado al respecto de la renovación de cargos en el poder judicial, define perfectamente el respeto que la política le tiene a la democracia. Poco, evolucionando a muy poco. El bloqueo que mantiene el PP es inaceptable porque, en sí mismo, es un bloqueo a la propia democracia y al mandamiento de la Constitución. Y no menos aceptable es la vía que quiere utilizar el Gobierno para resolver la situación. Sin duda, ellos son la peor amenaza que tiene la democracia en estos momentos, y si seguimos así, vamos por mal camino.


viernes, 25 de diciembre de 2020

La eutanasia de los sentimientos

András, 25 Diciembre de 2020

La Navidad es momento de sosiego, propicio para ordenar la cabeza, reflexionar, hacer examen de conciencia y, también porqué no, replantearnos nuestra forma de vida. Hace unos días leí una publicación de alguien anónimo que explicaba su situación personal poco estable, de bajón y poco ánimo, a la que la pandemia había asestado un penúltimo golpe. 


Me sorprendió que, como único aspecto positivo de su situación, indicase que había dejado de sentir y que ello le ofrecía paz y tranquilidad. Mi primera reacción fue visceral, emotiva, de compasión y pena provocada por el padecimiento del protagonista, pero a la vez me inundó un profundo deseo de evitar que algo así me pudiese ocurrir a mí. Pensé que dejar de sentir debía ser, más o menos, como deshumanizarse.


Sin embargo, ahondando en la reflexión, llegué a la conclusión de que cualquiera puede caer en lo mismo, porque existe una escasa diferencia entre la situación del autor del artículo y cualquiera de sus lectores, incluido yo mismo. Esa mínima diferencia estriba en que el autor no sabe a ciencia cierta cuáles son todas las circunstancias que lo han llevado a tal estado de ánimo, a dejar de sentir.


Por eso, sin pretender teorizar sobre un asunto tan serio, ni mucho menos trivializarlo, si asumimos que todos podemos estar así en algún momento de nuestra vida, si sabemos que podemos dejar de sentir, ¿qué nos queda?


Nos queda la vida, y sobre ella sí que podemos reflexionar con conocimiento de causa para buscar su sentido en ella misma. En su calidad, tratando de llenar de contenido la existencia, el día a día, el minuto a minuto, con vivencias, afectos, ilusiones, hechos… No dejando que transcurra anodinamente, como si nuestro tiempo fuera infinito para realizar aquello que siempre nos ha apetecido y nunca hemos materializado. Porque vivir es, en sí mismo, sentir, y quién no siente solo sobrevive.


¿Quién no ha pensado alguna vez que, de saber cuándo iba a morir, llevaría a cabo aquellos planes de vida que desde hace años tiene en mente y nunca se ha decidido a desarrollar por diversas razones? ¿Y por qué no lo hace si tenemos fecha fija?


Cuando vemos una película, o leemos un libro, lo que nos interesa es su contenido, el desarrollo, la riqueza del tema, la dinámica de los personajes, los matices, los coloridos, sus venturas y desventuras, sus amores y desamores, sus sentimientos... ¡Nadie se fija en la palabra “fin”!


Pues hagamos lo mismo con nuestra historia. Ocupémonos más del contenido que del final (que no tiene ninguna sorpresa porque siempre es el mismo). Si vivimos con sentimiento, nuestro destino será un proceso natural, pero si lo hacemos de espaldas a los sentimientos, despreocupados por vivir, nos atenazará la angustia por el tiempo perdido, ya irrecuperable. Y ahí es donde radica la tragedia, en la propia vida no vivida, perdida.


Por tanto, no dejemos nunca de sentir, porque es lo que nos mantiene atados a la vida, y nuestra obligación es vivirla. Todo lo demás es practicar la eutanasia de los sentimientos.


¡Feliz Navidad!


Publicado en PontevedraViva.com el día 25 Diciembre de 2020







jueves, 24 de diciembre de 2020

La vicepresidenta se sorprende

András, 24 Diciembre de 2020 

¿Qué ha pasado para que el Gobierno (de nuevo) cambie de criterio y decida no tramitar la ley para modificar la renovación de los cargos del CGPJ que se sacó de la manga hace un par de meses? Los cambios de criterio en el Gobierno no son novedosos, pero tampoco lo son la simpleza que utilizan para regatear las explicaciones.


Es indignante escuchar cómo la vicepresidenta sale ahora a defender la postura contraria, para decir que no está en el ánimo del grupo parlamentario socialista proponer cambio alguno, cuando fue ella misma, como miembro del Gobierno, quien tuvo la idea. Pero lo peor es que lo hace mostrando una cara y una gesticulación de incredulidad, de sorpresa, como si la prensa se hubiera inventado las intenciones que tenían antes. 


Todo para no decir la verdad, que han llegado a un acuerdo con el PP para reactivar el pastelero que se traen con el reparto de los jueces. Dígalo claro, no se ande con rodeos y, sobre todo, no nos tome por tontos, por favor. O mejor, prepare dos discursos, uno para los abnegados y correveidiles militantes, y otro para el resto de la gente.


miércoles, 23 de diciembre de 2020

Lo importante es vender

András, 23 Diciembre de 2020

Estábamos todos en vilo pero finalmente, como era de esperar, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) puso el huevo el pasado lunes para dar el visto bueno a la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech contra el coronavirus, como paso previo para que la Comisión Europea otorgue esta semana la licencia de uso condicional del fármaco en los países europeos.

Menuda sorpresa, ¿no? ¿Pero no había ya firmado un mega contrato de la Unión Europea con la farmacéutica? ¿Qué se esperaba entonces que dijeran? ¿Alguien en sus cabales pensaba que dirían ahora que la vacuna no es recomendable? ¿No ven que además de la salud, hay otros intereses igual de importantes?

Podemos estar tranquilos, que no va a quedar nadie sin vacunar, porque los intereses económicos de la comercialización de la vacuna nos garantizan dosis para todos. Ya se inventarán una segunda vacuna de refuerzo a la primera, o para corregir sus errores, lo importante es vender.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Dos dudas, a golpe de lunes...

András, 21 Diciembre de 2020


Efectos secundarios 


Se ha iniciado el proceso de vacunación del coronavirus en varios países. Después de Rusia, los primeros europeos han sido los británicos, y ya se esperan las primeras dosis para nuestro país en pocos días. ¿Nadie tiene curiosidad por saber cuáles son los efectos secundarios de la vacuna, esos que sus desarrolladores ya conocen pero no nos han contado para no crear más pánico? Posiblemente estén trabajando ya en el tratamiento para los efectos de la vacuna porque, cualquier empresa que se precie es previsora, y las farmacéuticas no dan puntada sin hilo.


Siguiendo la tradición 


Si los partidos políticos no actuasen como si fueran sectas, si no viesen en el adversario un enemigo, si fueren vocacionales y su único objetivo consistiera en buscar el bien común, no habría una manifestación contra cada ley educativa que se aprueba. Ya es una tradición, tras la nueva ley, protestas y manifestaciones en contra. Por eso, sí la ley de educación fuera una prioridad para todos, la próxima saldría de un consenso mayoritario, unánime si fuese necesario, y no se levantarían de la mesa de trabajo hasta que todos estuvieren de acuerdo. Pero tranquilos, que eso no va a ocurrir y, en cierto modo, es un alivio para muchos...

domingo, 20 de diciembre de 2020

¡Que pase la Navidad donde quiera!

András, 20 Diciembre de 2020


El Rey emérito ha abonado a Hacienda casi setecientos mil euros para regularizar su situación fiscal. ¿Si alguien realiza una regularización fiscal, es porque ha cometido alguna “irregularización”, no? Eso parece evidente...


En sí misma, toda regulación fiscal voluntaria trae consigo dos efectos. Por un lado, el reconocimiento de una deuda por incumplimiento de la legislación tributaria; y por otro lado, dependiendo del momento en que se realice, se pondrá en marcha la sanción administrativa correspondiente, o la acción penal que se pudiera derivar del acto. Veremos en qué momento ha realizado el emérito la suya.


¿Y qué problema hay en reconocer que ha utilizado fondos opacos de dudoso origen y que se lo escondió al fisco? ¿Por qué le tienen que poner paños calientes a algo que no tiene vuelta de hoja? Él mismo, con su regularización, lo ha reconocido. Sin embargo, ante una evidencia tal, los políticos se limitan a poner excusas y a decir obviedades para tratar de encandilarnos con milongas absurdas. Por no hablar de la propia Casa Real, que alguna explicación debería ofrecer, no en vano se trata del anterior Jefe del Estado, padre del actual Rey.


La realidad es que Juan Carlos ha defraudado a Hacienda, pero lo único que parece importar es si vendrá o no a España a pasar la Navidad. Lo cierto es que no pinta nada en los Emiratos Árabes, que tiene que venir a España a dar explicaciones y a ponerse al servicio de la justicia. ¡Y que pase la Navidad con quién y dónde quiera!


sábado, 19 de diciembre de 2020

Siempre es el momento

 András, 19 Diciembre de 2020


Cuando un partido político no está de acuerdo con un proyecto de ley que el adversario propone, suele decir que no es el momento para su debate. Y ocurre, sobre todo, con aquellos temas en los que, en realidad, no es que no estén de acuerdo, sino que, a pesar de ser sabedores de que existe una amplia mayoría de la sociedad que las vería con agrado, se ven condicionados por una serie de ataduras morales que no les permiten unirse a la mayoría social. 


Le pasa mucho esto al PP, por su hipoteca moral con la Iglesia. Estoy convencido de que muchos de sus dirigentes están a favor de la eutanasia o del divorcio, pero se ven obligados a defender la idea contraria. Y precisamente eso, es lo peor que tiene la política, deberse a una orden superior sin que uno pueda, como diputado por ejemplo, defender su propia idea o, mucho mejor, la de sus votantes, que es a quienes deberían deberse únicamente. 


Aquí entraría en juego el sempiterno debate sobre el sistema electoral que tenemos y la forma de elegir a nuestros representantes; otra reforma necesaria desde hace mucho tiempo pero que, como tantas otras, está frenada por los intereses partidistas.


Posiblemente hagan en el PP estudios de lo que se están perdiendo por no apoyar estas leyes que tantos avances sociales nos traen y que nos ponen a la vanguardia de la Europa más avanzada. ¿Ganan más contentando a la parte más retrógrada de la Iglesia, o sería mejor tratar de captar a los votantes más centrados de la izquierda? ¿Cuánta gente votaría al PP si mantuvieran una postura más cercana a sus socios europeos en estos asuntos?


Por cierto, para la ampliación de la democracia, para legislar en derechos sociales, en normas que defiendan y reconozcan a las minorías, nunca es mal momento. Todo lo contrario, siempre es momento para mejorar la calidad de vida y avanzar en derechos. Salvo que los señores del PP se refieran a que no es el momento porque ya vamos tarde. Entonces si que tienen razón en que no es el momento.


viernes, 18 de diciembre de 2020

No se preocupen, la eutanasia no será obligatoria

 András, 17 Diciembre de 2020

Parece ser que, por fin, vamos a tener en España una ley de eutanasia y, afortunadamente, con una amplia mayoría política. Sin embargo, como cada vez que avanzamos en derechos, surgen voces de ultratumba que se niegan a aceptar el progreso y prefieren que sigamos atados a un pasado oscuro y tenebroso. Por eso hay quien habla de ley siniestra que lo que hará será dar carta blanca al Gobierno para matar gente.

Lo que es siniestro es el marco jurídico vigente, que penaliza con cárcel a los que ayudan a otros a morir, calificándolos de cómplices, como si estuvieran cometiendo un asesinato, y como si para ellos no fuera suficiente castigo tener que actuar de esa manera con una persona a la que quieren.

También es siniestro que salgan los Torquemada de turno blandiendo antiguos códigos penales y pidiendo que se castigue al suicida, como si la propia muerte no fuera ya castigo suficiente. Y no digamos ya lo siniestro que es la mentalidad de la Iglesia, que excluía a los suicidas de los cementerios.

Conviene aclarar, para los que no se quieran enterar, que la eutanasia, igual que el divorcio, el aborto, o el matrimonio entre personas del mismo sexo, no es obligatoria, que son derechos que forman parte del ámbito de la ética y de las decisiones personales de cada individuo, por eso se deben regular con una ley que garantice la viabilidad de esas decisiones personales e individuales.

Pero en esta sociedad en la que vivimos, donde la religión aún conserva demasiada influencia, tenemos todavía mucho que avanzar para superar ciertos miedos que nos han ido metiendo en el cuerpo durante tantos años. Primero, porque consideran que la vida es un regalo de Dios, y segundo, porque aprovechan la circunstancia del que está agónico para demostrar hasta qué punto se puede prolongar una vida, cuando ni siquiera la persona que es objeto del experimento lo ha reclamado.

Esa idea que tienen algunos de aplicar los cuidados paliativos hasta dónde haga falta, eso de probar hasta dónde resiste un cuerpo humano, como una forma casi de desafiar a Dios, quedará también para la decisión individual de cada uno.

Los avances en derechos sociales son inevitables, y solo el PP y Vox van a quedar retratados como los únicos que están en contra, por defender una posición confesional y oscurantista. Igual que lo han hecho con otros derechos que la izquierda nos ha traído. ¿Dónde estaría España en derechos sociales si gobernara la derecha?

Podrá, en esta ocasión Sánchez, decir que se vuelven a mostrar como una derecha rancia y anticuada respecto a cuestiones sociales, y tendrá razón. Porque Vox y el PP van a ser los únicos que disientan del resto de la Cámara y también de la propia sociedad española que, en términos mayoritarios, está a favor de la despenalización de la eutanasia.

Publicado en PontevedraViva.com el día 18 Diciembre de 2020



jueves, 17 de diciembre de 2020

A las puertas de un nuevo error

 András, 17 Diciembre de 2020


Se prepara una nueva desescalada pensando en la Navidad y, nuevamente, vamos a cometer el mismo error. Primero fue pensando en las vacaciones de verano, y ahora en las navideñas. 


La desescalada o, en castellano entendible, la relajación de las medidas para evitar los contagios de coronavirus, debe hacerse cuando los resultados sean buenos, cuando se haya reducido al mínimo el riesgo de contagio comunitario, y cuando se empiece a vacunar a la gente de forma masiva. Todo lo demás son parches, pasos atrás, porque sigue habiendo contagios, muertes, municipios confinados... sin embargo, ya están pensando en abrir el grifo para celebrar la Navidad.


Dicen que lo hacen pensando en la economía pero, ¿alguien ha valorado el coste de abrir y cerrar constantemente? Vamos haciendo la goma para contraer y expandir las restricciones, en vez de mantener una línea, más o menos dura, pero continua. Eso daría más resultado que estar todo el tiempo yendo hacia delante y atrás. 


Si la cosa no fuera tan seria, estaríamos caricaturizando expresiones como “parece que nos vamos haciendo a la idea de que estas serán unas navidades diferentes”. ¿Pero es que alguien pensaba que serían como las de siempre? ¿Quién es el ingenuo que pensaba que, con la que tenemos encima, en navidad todo iba a ser diferente? Exceptuando al gobierno, obviamente...


Nos tratan como a niños pequeños, ingenuos, que se creen todo lo que les cuentan. “Si os portáis mal, les diré a los presidentes autonómicos que os endurezcan las medidas”, parece decir el presidente del Gobierno. Desde la primavera sabemos que las navidades serían diferentes, no solo las navidades, sino la vida. Y algún día acabaremos llegando de nuevo a la normalidad, pero tardaremos años. Que nos lo digan claro, ¿qué problema hay? ¿Por qué tratan de confundirnos? 


Sinceramente, peor que la incompetencia de algunos dirigentes, es pensar que nos tratan a todos como ingenuos, y no todos lo son.


miércoles, 16 de diciembre de 2020

La razón y la voz

András, 16 Diciembre de 2020


La mejor forma de negar unos hechos y pasar desapercibido por la vida, es ponerse al frente de la manifestación de la idea contraria a la que uno defiende. Por ejemplo, si eres un racista y vas a una manifestación a favor de la igualdad de derechos y de razas, es más difícil que piensen en ti como uno de ellos. 


Esta forma de actuar tiene mucho que ver con aquellos que suelen defender posturas extremas en la vida, de derechas o de izquierdas, porque necesitan pasar desapercibidos, y se diluyen entre las multitudes de las mayorías.


Y eso es, precisamente, lo que hace el nieto de Franco, ponerse al frente de la manifestación a favor de la democracia para esconder sus verdaderas intenciones y, de paso, presentarse como una víctima. Por eso se permite el lujo de hablar de juicios injustos contra él y su familia, de persecución y de derechos pisoteados. Y es normal que piense así viniendo de dónde viene. No en vano, su formación siempre ha sido para la democracia y la igualdad, y cuando su abuelo era el Jefe del Estado, todos los juicios tenían lugar con las más estrictas garantías procesales y sin ningún tipo de persecución ideológica. 


Es lo que tiene la democracia, que respeta a todos por igual. Ahora todos tenemos voz aunque no nos asista la razón; y antes, tenían motivos y razones, pero les faltaba la voz.


sábado, 12 de diciembre de 2020

El Gobierno y el cuento de la lechera

 András, 12 Diciembre de 2020


Cumbre de gobernantes europeos con varios asuntos atascados sobre la mesa. Confiaban en llegar a un acuerdo para desbloquear el tema de los presupuestos de la Unión Europea para los próximos años, y el famoso fondo de recuperación, al que ha confiado el gobierno de España la recuperación económica de nuestro país. 


Todo estaba en manos de los gobiernos polaco y húngaro, que estaban en contra de supeditar el manguerazo de dinero a tener que pasar un test de calidad democrática. La verdad es que, bien pensado, eso de tener que superar una prueba en la que se mide la calidad de las democracias para llegar a acuerdos es, cuando menos, surrealista. ¿Cómo lo arreglaron? Fácil, diluyendo las consecuencias de no superar el examen para que no sirva para nada no pasarlo. 


Entre tanto, el gobierno de Pedro Sánchez respira un poco, porque sus presupuestos, los que ya se han aprobado en el Congreso y que se están tramitando en el Senado, dependían demasiado del fondo de recuperación. Unos presupuestos que, según lo que dicen los entendidos, se basan en estimaciones de ingresos (demasiado altas), y en previsiones de gastos (demasiado bajos).


Por eso el evaluador autónomo de los números que elabora el Gobierno, lo que llaman la unidad fiscal independiente, explicó que solo en el mejor de los escenarios posibles, el más optimista, se podrían cumplir las previsiones del Ejecutivo. 


Cómo lo verá el Gobierno, que fían a esta campaña de Navidad buena parte de la recuperación económica. Con la que está cayendo y con medidas restrictivas de movilidad que afectan al consumo una semana y la otra también, y ahora dicen que esta campaña va a ser un punto de inflexión...


viernes, 11 de diciembre de 2020

Serán los de siempre

András, 10 Diciembre de 2020

El Gobierno ha venido presumiendo de que el impacto de la pandemia en el desempleo está siendo contenido básicamente por dos motivos. Uno, la prórroga de los ERTE’s, aquellos trabajadores que tienen su empleo suspendido pero que técnicamente no son parados. Y dos, gracias a la reactivación de muchos de esos desempleados cuando las empresas a las que pertenecen han podido ir retomando la actividad.

Lo que no dice el Gobierno es que las empresas que tienen empleados en un ERTE aún no han visto un euro desde la pasada primavera, y que la reactivación de la economía es, hoy por hoy, un espejismo. Es más, son las empresas pequeñas y medianas y los autónomos los que más están sufriendo la pérdida de facturación.

Tampoco habla el Gobierno de los efectos de la pandemia sobre los autónomos que tienen pequeños negocios, y que han iniciado el otoño con un incremento en las cuotas que tienen que pagar. Por supuesto, no dicen que los aplazamientos solicitados por las asociaciones de autónomos no fue atendida, a pesar de que se les llena la boca prometiendo que se hará todo lo que sea necesario para que el impacto de la pandemia sobre la economía se suavice.

¿Cómo es posible que teniendo más de 600.000 autónomos con el negocio cerrado por culpa de la pandemia, todavía se atrevan a analizar los datos del paro diciendo que no son tan malos? ¿Cómo pueden ver algo positivo ante una situación como esta, si la pandemia ha incrementado enormemente la desigualdad y la pobreza? ¿No será que solo hacen una interpretación desde el punto de vista de la propaganda gubernamental?

Hay cosas que no tienen justificación, y cuya única explicación es decir la verdad, asumir las consecuencias y, sobre todo, tener el coraje de hablar claro. Aunque seas el Gobierno de España y tu futuro dependa de los votos de la gente. De esta crisis saldremos reforzados”, suele decir el presidente del Gobierno. Y posiblemente tenga razón, pero lo que no dice es que los que saldrán reforzados serán los de siempre.

Publicado en PontevedraViva.com el día 11 Diciembre de 2020




miércoles, 9 de diciembre de 2020

Ocupación ilegal

 András, 09 Diciembre de 2020


La ocupación ilegal de casas privadas es un tema que suele generar controversia entre los defensores de la propiedad privada y los defensores del derecho a la vivienda. Ambos derechos deberían ser compatibles pero, como norma general, deberíamos asumir que todo lo que no sea proteger a los propietarios, equivale a defender a los invasores. 


La propiedad privada no solo es sagrada, sino que debe ser definitoria de la calidad de una democracia, porque donde no existe, el estado de derecho, la libertad, la igualdad y los valores democráticos, suelen estar amenazados. Ejemplos tenemos de sobra, por desgracia.


No podemos decir que en España la propiedad privada está amenazada, pero es verdad que cada vez está más acosada, de una manera legal, aunque ilegítima, por diversos factores. Sobre todo por los impuestos injustos que castigan el patrimonio por el que se ha tributado cuando se hereda, obligando a un doble pago, muchas veces insoportable para el bolsillo del propietario o del heredero.


Pero hay otra amenaza mayor, y es la ocupación ilegal de viviendas, disparada con la crisis y alentada de forma irresponsable desde ciertas trincheras políticas, que jalean y animan a la ocupación de viviendas desocupadas por sus propietarios. 


No existe ninguna razón que justifique la ocupación ilegal de una propiedad ajena. Ni siquiera en los casos de necesidad extrema, que han de ser atendidos de manera regulada por la Administración. Y tampoco, obviamente, el de las mafias, que además de invadir una propiedad que no es suya, mercadean con ella.


Hasta el momento, ni la justicia ni las leyes han dado una respuesta firme al problema, de forma rápida e incuestionable; dando la sensación de que se protege antes los inexistentes derechos de los “okupas”, que los legítimos de sus dueños.


Es inadmisible, y no hay ninguna razón para que, con los cambios legales que sean necesarios, este problema se pueda resolver en 24 horas, desalojando a los okupas de inmediato y restituyendo los derechos de los propietarios. Y a continuación, por supuesto, buscándoles alternativas si su situación es desesperada.


Alentar la ocupación ilegal es indecente y se convierte en el caldo de cultivo que un tipo de populismo ha generado en España, legitimado desde partidos y dirigentes como Pablo Iglesias o Ada Colau, lo que no es más que un delito.


Es urgente alcanzar una solución a este asunto porque, de lo contrario, el riesgo que corremos, además de rebajar la calidad de la democracia, es la estimulación de la propia sociedad a la organización, a través de patrullas callejeras para la defensa personal, porque si el ciudadano se siente abandonado, es lógico que piense en respuestas alternativas que protejan sus intereses, aunque eso, presagie conflictos sociales muy inquietantes.


martes, 8 de diciembre de 2020

EIRA DO MUIÑO

  András, 08 Diciembre de 2020


Primero, la economía 


Fían a la vacuna toda la solución al problema de la pandemia pero, de momento, lo único que ha aportado ha sido un incremente tremendo en todas las bolsas de valores. Como siempre, la economía por delante de la salud... y por detrás...


Pasará, como pasa todo


Cinco personas en las celebraciones de navidad, mejor diez y los niños no cuentan, bueno mejor sí que se tienen que tener en cuenta... Volvemos a las andadas y a hablar de lo que no interesa. Parches, ocurrencias, con el único objetivo de no molestar en vez de adoptar medidas serias y duraderas que combinen la salud y la economía lo mejor posible. Está claro que este virus pasará porque todo pasa, no porque se haga nada para minimizar sus efectos.


Medidas imposibles 


Anuncia el Ministerio de Sanidad que se permite la movilidad entre comunidades a aquellas personas que tengan familiares con los que quieran pasar las navidades. Es absurdo, ¿quién creen que se iba a desplazar si no fuera por ese motivo? Además, ¿cómo piensan controlarlo? La única forma que hay para controlar la movilidad es restringiéndola y prohibiéndola. Todo lo demás, son medidas imposibles de hacer cumplir y todo queda en manos de cada individuo, de su responsabilidad individual y su civismo. Y por ahí, ya sabemos cómo nos va.


Tápate, Trump


Trump denunció a su adversario político por tratar de engañarlo en las elecciones acusándolo de fraude. Eso sí, sin prueba alguna que lo sustentase. Hasta ahora, todas las denuncias han sido desestimadas o archivadas. Sin embargo, parece ser que podría haber habido algunos favores en forma de sobornos en la Casa Blanca durante su manteado a cambio de algún tipo de beneficio. Cuando tienes algo que tapar, es mejor que te estés quieto Trump.


¿Gestión o casualidad? 


Galicia, Murcia, Andalucía y Madrid son las comunidades que tienen los mejores ratios de incidencia acumulada del coronavirus. Después de lo que se ha dicho y criticado a Ayuso, ahora tiene los menores ratios del país. No se le puede negar que tenga tirón mediático a la presidenta, para lo bueno y para lo malo se ha convertido en una figura de primer orden a nivel nacional. La verdad es que, hasta ahora, todo lo que critica el gobierno central de Ayuso acaba prosperando. El confinamiento perimetral por áreas, las PCR para los viajeros de países de alto riesgo que entran por el aeropuerto, los test de antígenos en las farmacias... veremos si no acaba prosperando también esta idea.


Primero la economía 


¡Ya estamos por debajo de la media europea! Genial, ¿eso significa que nos acercamos a los 50 casos por copien mil habitantes? No, significa que somos de los peores en matemáticas y ciencia. No todo va a ser coronavirus...


lunes, 7 de diciembre de 2020

El qué es lo importante

 András, 07 Diciembre de 2020


La fea costumbre que tienen los políticos de criminalizar los pactos políticos para la gobernanza del país nos va a costar caro. ¿Por qué no puede Ciudadanos apoyar las prórrogas del estado de alarma y al mismo tiempo rechazar los presupuestos generales del estado? ¿Por qué no se puede estar de acuerdo en una cosa y discrepar en otra? ¿Por qué no se puede pactar con cualquier partido político legal que ha conseguido su representación parlamentaria por los mismos medios que los consiguen todos, es decir, los votos? 


¿Por qué los pactos han de ser siempre con los mismos partidos? ¿Por qué solo se quieren aceptar los pactos con los partidos políticos de la misma sensibilidad ideológica? ¿Pactar no es llegar a acuerdos con quien piensa diferente también? ¿No es la negociación, el pacto, el acuerdo, la base de la democracia, lo que la enriquece, la hace más plural y sirve además para alimentarla de más democracia? ¿Pactar no es, en definitiva, lo contrario de segregar?


¿Por qué entonces, se empeñan en criminalizar los pactos y convertirlos en un problema, antes incluso, de que se produzcan? ¿Por qué si el pacto no es con quién uno decide que debe ser, ya no vale? ¿Y, por qué en vez de criticar con quién se pacta, no se habla más de lo que se pacta? 


Porque lo importante no es quien firma el pacto, sino qué dice el acuerdo, qué piden unos y en qué ceden los otros. Pero, sobre todo, lo más importante, son las consecuencias que para la ciudadanía van a tener esos pactos.


Sin embargo, de eso apenas se habla, porque llegar al fondo de la cuestión nunca es lo que interesa, no digamos ya lo prioritario. Se dedican a poner absurdos cordones sanitarios, a marcar esas ridículas líneas rojas, a poner vetos unos a otros sin entender que, realmente, a quienes están vetando es a los ciudadanos que los han votado. ¿Por qué será que quienes más hacen por empeorar la calidad de nuestra democracia, son los propios partidos políticos?


domingo, 6 de diciembre de 2020

Somos más de 26 millones de hijos de puta

András, 06 Diciembre de 2020


Han salido unos viejos militares a la palestra con la intención de llevarse por delante a una mayoría de españoles cuyo delito es gravísimos: pensar diferente que ellos. El cabecilla de un grupo de militares de aviación retirados, que llegó en activo al grado de general de división, ha escrito en un grupo de WhatsApp de su promoción lindezas del estilo “no queda más remedio que empezar a fusilar a 26 millones de hijos de puta”, para poco más tarde corregirse añadiendo “creo que me quedo corto fusilando a 26 millones”.


Semejante ignominia no solo mancilla su propia promoción de la Academia General del Aire, a todos y cada uno de sus componentes, sino que ensucia la imagen de todo el Ejército del Aire y, por extensión, la de todas las Fuerzas Armadas. Eso sí, una vez que se filtraron los mensajes y todo el mundo los pudo leer, cundió el pánico entre los “valientes” componentes del grupo y empezaron a abandonar el barco como ratas, en un acto de cinismo y cobardía propio de quienes se esconden.


Pero siendo esto preocupante, lo realmente grave es que ese pensamiento subyace en la carta que 39 componentes de la misma promoción de aviadores han dirigido al presidente del Parlamento Europeo y al rey Felipe VI. Consideran que el Gobierno actual carece de legitimidad y que están llevando a la patria a la ruptura. Total, solo a salido se las urnas y cuenta con el respaldo de casi 190 diputados para aprobar la Ley de Presupuestos Generales, la más importante de una legislatura. 

 

El problema de esta gente es el de siempre, que la palabras España, patria y orden les llena la boca y les obnubila el cerebro, sin pararse a pensar en otro concepto esencial: el pueblo. Porque el pueblo, la ciudadanía, a quienes se deben y deben servir y obedecer, les importa un carajo. No les entra en su limitado cerebro que es el Gobierno quien dirige la política general del país y, en particular, la de defensa (no el Rey) y que la cadena de mando no termina en el Jefe del Estado, sino en el presidente del Gobierno a través de la ministra de Defensa. 


Arrastramos un enorme problema que solo se arreglará con el paso de varias generaciones. Y es que la democracia aún no ha entrado de forma plena en los cuarteles. Tenemos un montón de militares retirados que se amamantaron con un concepto de España en la plenitud del franquismo, y se parece muy poco a la España actual, la España plural, la España multinacional y la España de la  soberanía compartida del siglo XXI. 


Eso sí, hasta hace poco muchos de ellos ostentaron puestos de responsabilidad en sus ejércitos, defendieron los valores constitucionales en público y obedecieron las consignas de las autoridades políticas, no sea que peligrara su carrera, un destino aquí, una condecoración allá... aunque en su fuero interno siguieran siendo reacios a la democracia. 


¿Habrían dirigido esa carta al Jefe del Estado si en vez de un rey, capitán general de los ejércitos, fuese un presidente de república? ¿Se han dirigido a Su Majestad porque le consideran uno de los suyos y creen que está en sus manos cambiar las cosas? ¿Acaso consideran al rey un poder más, a la altura del ejecutivo, legislativo o judicial? ¿O tal vez por encima de estos últimos?


Por otra parte, el mensaje de odio subyacente en el contenido de los chats viene claramente influenciado por la estrategia política de la formación ultraderechista Vox. Si estos “valientes” mandos retirados quieren jugar a ser políticos, lo que tienen que hacer es dar un paso adelante y afiliarse al partido que más les convenga desde el que puedan defender sus ideas.


En resumen, yo soy uno de esos “veintiséis millones de hijos de puta” que están en la lista de "fusilables" y que siempre han votado opciones políticas de izquierdas, dejando claro que somos socialmente mayoría en este país, lo que parece que no aceptan determinados salvapatrias rancios y caducos. 

No obstante, estoy convencido de que la gran mayoría de los miembros en activo de las fuerzas armadas es conservadora pero no franquista, y mucho menos fascista. Pero me preocupa profundamente que entre quienes fueron nuestros mandos durante décadas haya un porcentaje no desdeñable de franquistas o neofascistas.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Tarde, pero todo llega...

András, 05 Diciembre de 2020

Finalmente, la familia Franco tendrá que devolver el Pazó de Meirás. Tarde, obligados por la justicia, pero lo harán. La verdad es que no sé porqué se ha formado tanto escándalo con el asunto. Si lo lo devuelven es porque lo habían adquirido injustamente, sino no tendrían que devolverlo. Lo cederían, lo regalarían, lo venderían o cualquier cosa que se puede hacer con un bien cuando es de uno. Pero no era suyo, fue adquirido como otras tantas cosas en aquellos tiempos, por la imposición.


Eso sí, antes de irse, los Franco han sido fieles a su esencia y han expoliado todo lo que han podido. Cómo solía hacer el dictador, porque hay cosas que se heredan se quiera o no se quiera. Ellos dicen que fue una donación del pueblo gallego a su abuelo por la admiración que le tenían. Y tienen razón, fue una donación (obligada); por una admiración sin límites, tanto que se jugaban la vida quienes no profesaran tal sentimiento hacia el dictador.


El caso es que en el Gobierno gallego ya trabajan en el diseño de un plan de usos para el futuro del Pazo de Meirás siempre que, finalmente, el Estado decida ceder la gestión de sus instalaciones a la comunidad autónoma. Lo cual sería, dicho sea de paso, la mejor y más justa decision.


La idea de la Xunta es convertirlo en un espacio para la igualdad y recuperar el objetivo inicial que Emilia Pardo Bazán tenía para el pazo. No obstante, ella fue la pionera del feminismo en España y el pazo un lugar para la creación cultural y literaria. Por tanto, ese debería ser nuevamente su destino, abrirlo a la ciudadanía y que sirva para que nuevos creadores expongan sus creaciones al mundo. Lastima no poder ver la cara de Franco al enterarse del uso feminista que la Xunta le quiere dar al Pazo. Tendremos que conformarnos con la de sus herederos, de sangre... y políticos.


viernes, 4 de diciembre de 2020

La jerarquía de los afectos

 András, 03 Diciembre de 2020

Si hasta ahora la solvencia de las familias se ponía a prueba en las discusiones de las cenas navideñas, ahora va a ponerse a prueba en la selección previa. Porque el consejo interterritorial del sistema nacional de salud, finalmente ha decidido que el aforo máximo para la Nochebuena es de diez personas, y esa va a ser la prueba del algodón de los afectos familiares.

A la elección del menú navideño, se le añade a las familias un nuevo e importante reto, que es el de decidir quién se queda fuera del círculo de los diez, lo que provocará más de una desavenencia. Por tanto, si ya sabíamos que estas iban a ser unas navidades diferentes, ahora también sabemos que van a ser las de la verdad familiar, por saber a quién se considera familia y quién resulta prescindible. Se pone en marcha lo que podríamos llamar la jerarquía de los afectos.

¿Y por qué diez y no once? ¿Qué ha pasado para que la ciencia cambie de seis a diez personas por grupo? ¿Será por eso que dicen que la ciencia no es exacta? Lo que sí sabemos, es que en ese círculo reducido de elegidos estarán finalmente los niños, que van a contar como personas después de una semana en la que estuvieron en riesgo de ser considerados animales de compañía.

Se crea además una nueva figura que será la que dé más juego, la del allegado, y entre ellos se producirá la pelea por pertenecer al top 10. ¿Pero, qué es un allegado? ¿Son aquellos que no siendo familia directa pueden estar invitados a cenar en casa de una familia? ¿Por qué no han pensado en la posibilidad de hacer un carné de allegado para, cuando menos, saber cuánto tiempo llevan perteneciendo a ese selecto club?

En fin, ironía aparte, quién nos iba a decir cuando empezó 2020, que a estas alturas del año íbamos a estar discutiendo si deben sentarse a la mesa más de seis o menos de diez, si deben pertenecer a la misma burbuja o a varias burbujas, si son de un mismo núcleo convivencial o de dos, si el niño cuenta cómo persona y si la novia se considera ya allegada o llevamos saliendo todavía muy poco tiempo.

Al final, como casi siempre, todo queda en manos de la responsabilidad y el civismo de cada individuo, ya que se empeñan en aprobar normas de imposible control. Porque, ¿qué le pasa al que meta once en casa en vez de diez? ¿Qué va a ocurrir si la policía nos para desplazándonos de una comunidad a otra la noche de fin de año? ¿Nos pueden detener si no llevamos la invitación oficial de nuestra suegra para cenar en su casa?

Publicado en PontevedraViva.com el día 04 de Diciembre de 2020



miércoles, 2 de diciembre de 2020

Hay cosas que no tienen explicación

András, 02 Diciembre de 2020

 

El Gobierno ha venido presumiendo de que el impacto de la pandemia en el desempleo está siendo contenido por la prórroga de los ERTE’s (trabajadores que tienen su empleo suspendido pero que técnicamente no son parados) y también gracias a la reactivación de muchos de esos desempleados cuando las empresas han podido ir retomando la actividad. 


Lo que no dice es que las empresas que tienen empleados en un ERTE aún no han visto un euro desde la pasada primavera, y que la reactivación de la economía es, hoy por hoy, un espejismo.


Y tampoco hablan de los efectos de la pandemia sobre los autónomos que tienen pequeños negocios, y que han iniciado noviembre con un incremento en las cuotas que tienen que pagar. Tampoco dicen que los aplazamientos solicitados por las asociaciones de autónomos no fueron atendidos por el gobierno, a pesar de que se les llena la boca diciendo que hay que hacer todo lo que sea neesario para que el impacto de la pandemia se suavice, y que saldremos reforzados de todo esto.


¿Hay más de 600.000 autónomos con el negocio cerrado por culpa de la pandemia, y todavía nos dicen que los datos del paro no son tan malos? ¿Cómo es posible ver algo positivo ante una situación como esta? Solo se entiende desde un punto de vista: el del inerés partidista.

martes, 1 de diciembre de 2020

El falso sueño americano

 András, 01 Diciembre de 2020


Estados Unidos ya no es el mejor país del mundo. Posiblemente el más poderoso e influyente, pero cada vez atrae menos a los extranjeros, que solían ver en aquella tierra del nuevo continente la solución a todos sus problemas. Una casa con jardín, un coche, trabajo estable, dinero y la seguridad de poder criar una familia en un ambiente próspero y pacífico. En una palabra, alcanzar el famoso sueño americano.


La realidad dista mucho de aquella idílica imagen que nos han vendido, porque lo de llegar a Estados Unidos y triunfar es una mentira, una quimera, un cuento de Hollywood que nos hemos tragado mil veces y que al final ha terminado calando. 


La verdad es que allí ningún extranjero es bienvenido. Su política migratoria no permite contratar a nadie que no cuente de antemano con un permiso de trabajo. Nos han vendido una falsa idea de tierra de oportunidades, de igualdad para todos, cuando lo que subyace es una enorme desigualdad, un racismo crónico, tienen un sistema educativo cerrado a unos pocos y una sanidad pública muy deficiente que obliga a la posesión de un seguro médico poco menos que para sobrevivir. 


Por no hablar de la enorme pobreza, que alcanza a 28 millones de personas, de la existencia de diversas leyes que violan derechos humanos reconocidos internacionalmente y que, por supuesto, afectan sobre todo a aquellas personas que tienen menos posibilidades de defender sus derechos ante los tribunales y que son las más expuestas a sufrir abusos. 


Es posiblemente esa tremenda desigualdad y la falta de éxito, lo que provoca una gran frustración entre los más desfavorecidos, que los lleva a aferrarse como lapas al populismo nacionalista de Trump quién, precisamente, se acaba convirtiendo en su peor enemigo. 


Estos días, el mundo ha estado observando con ansiedad a Estados Unidos por la celebración de su proceso electoral, sabedor de que allí se jugaba buena parte del futuro de muchos países por la influencia que ejercen en las relaciones internacionales. Pero también en este asunto han dejado de ser modelo.


Casi una semana contando los votos mientras se sucedían las sospechas de fraude, y el presidente en funciones acusaba de soborno a su adversario para tratar de sacarlo de su puesto haciendo trampas. Aunque pareciera lo contrario, no se trataba de Venezuela, o de Irán, ni siquiera un país más o menos dudoso de la zona acomodada del planeta. Nos referimos a los todopoderosos Estados Unidos de América. 


Y cuanto más nos comparamos, más debemos alegrarnos de haber nacido en esta parte del mundo, en el viejo continente que, con sus defectos, está a años luz de aquello. Cambiemos el sueño americano por la realidad europea, saldremos ganando.