lunes, 27 de febrero de 2023

¿Colón gallego?

András, 27 febrero de 2023 

Buceando entre las páginas pares de un periódico, me sorprendió hace unas semanas la noticia de que Cristóbal Colon podría haber nacido en Galicia. Tras una primera reacción de perplejidad, ahondé en el asunto para leer que son muchas las teorías sobre la procedencia del navegante, y que son muchas localidades que luchan por llevarse el gato al agua, pero me di cuenta de que todo eso se puede quedar en nada si a los gallegos se nos da por investigar y demostrar que el navegante podía ser paisano nuestro. En eso andaban recientemente los técnicos, en realizar estudios para avanzar en la teoría y dar un golpe de mano a la historia.

De confirmarse, se trataría de una gran noticia, que elevaría nuevamente a los gallegos a los altares de los grandes personajes más influyentes de la historia. Malo será que no se encuentre ningún resto de ADN que lo identifique con orígenes en la tierra de Breogán. En fin, es lo que hay… otros lo han intentado, pero hay que saber perder. Nosotros tenemos a Gayoso, Piñeiro, Colón… todos ellos destacadas figuras en sus materias, todos gallegos y todos contemporáneos… ¿Qué más queremos?

viernes, 24 de febrero de 2023

Oídos sordos

 András, 24 febrero de 2023

Clamor en contra del gobierno gallego y por la defensa de la sanidad pública en las calles de Santiago. Por decenas de miles se contaron las personas que se manifestaron contra la gestión que el gobierno de Rueda hace de la sanidad pública, que hizo oídos sordos del asunto, aunque seguro que, si el respaldo a la convocatoria hubiese sido menor, le habría faltado tiempo al gobierno autonómico para celebrar el naufragio de la iniciativa.

Si embargo, como la concentración fue mayoritaria, el gobierno regional tuvo que echar mano de los típicos tópicos con los que se despachan este tipo de cosas para tratar de diluir la dimensión de la protesta. Así, fue el propio presidente quien finiquitó el asunto diciendo que se trataba de una protesta política, justificada por la cercanía de las elecciones autonómicas. Ya, de entrada, que alguien que se dedica a la política diga que una manifestación es política, tratando con ello de desmerecer el derecho de los convocantes, es para hacérselo mirar.

Es posible que el presidente de la Xunta tenga comprobada la militancia izquierdista de las decenas de miles de manifestantes, pero incluso si así fuera, seguirían teniendo derecho, y ellos entienden que también motivo, para protestar. Por mucho interés político o de grupos políticos que haya detrás de una convocatoria, difícilmente alcanza un grado de seguimiento tan notable si no hay tema, es decir, si no existiera, al margen de la militancia de cada cual, una percepción extendida de que la atención sanitaria se está devaluando y que los responsables de la gestión no hacen nada para que esta mejore.

Por supuesto que estas manifestaciones son políticas, precisamente porque se protesta contra la política que aplican, consistente en reducir la inversión pública y fomentar la sanidad privada. Y claro que hay elecciones en mayo, por eso hacen bien los colectivos que se sienten poco atendidos por sus dirigentes en aprovechar estas semanas previas a las urnas para reclamar soluciones, porque saben que nunca mejor que ahora, en vísperas de unas elecciones, van a ser los gobiernos autonómicos y municipales más receptivos. ¿No será que el gobierno gallego los desprecia porque no los considera gente de bien?

Publicado en PontevedraViva.com el día 24 de febrero de 2023



miércoles, 22 de febrero de 2023

Gente de bien

 András, 22 febrero de 2023

¿Cuál es la gente de bien? ¿Qué significa ser una persona normal? La misma costumbre que tenía Rajoy, de hablar de “gente normal” para atacar a los que no eran del gusto de la derecha, la tiene Feijoo hablando de la “gente de bien” para ningunear al gobierno por aprobar leyes que defienden a las minorías. Todo responde a la fea costumbre que tiene la derecha de descalificar todo aquello que no es de su cuerda, aunque, en el fondo, solo se trate de una reacción de su propio subconsciente, que los traiciona y les hace decir lo que realmente piensan. Podemos afirmar que, para el PP, ¿todos los que no son de derechas, no son gente normal o de bien?

En realidad, todo lo que no sea tradicional, lo de toda la vida, no es normal para ellos. Aunque luego, sean los primeros en aprovecharse de todas esas leyes hechas para todas aquellas personas que no entran en sus cánones de normalidad. En el PP llevan años apropiándose de los símbolos y de todo aquello que, de una u otra forma, creen que les pertenece. Como lo de ser normal.

Pero la gente normal y la gente de bien no es de derechas ni de izquierdas, y en las minorías también hay gente normal y de bien. Es decir, no solo hay gente de bien en la derecha, ni todos los de izquierdas son peligrosos, señor Feijoo. Mire a su partido, que tiene mucha gente de todo tipo, incluso de las minorías.

viernes, 17 de febrero de 2023

Sobrevivir no es vivir

 András, 17 febrero de 2023

Cada vez que se abre el debate sobre el salario mínimo, surgen los viejos mantras de quienes, de forma torticera y demagógica, tratan de defender a la parte contratante con argumentos de fácil consumo.

Sin embargo, estamos ante un debate de mucho más calado, que no merece ser tratado con la misma simplificación con la que algunos lo despachan, sobre todo, de aquellos que lo resumen todo con la queja del incremento del coste para los empresarios.

El salario mínimo es el resultado de un logro que se ha ido consolidando en España a lo largo de los años, siempre, dicho sea de paso, con gobiernos socialistas.

Posiblemente, los economistas puedan aportar todo tipo de perspectivas económicas al respecto, pero el debate político y social debe de ir mucho más allá.

Por ejemplo, para definir qué tipo de democracia queremos. Una democracia no consiste únicamente en permitir que los ciudadanos puedan votar cada cuatro años. Una democracia no puede consentir las profundas desigualdades que hay entre los que ganan muchísimo para vivir, y una parte importante de la población que no consigue un salario mínimo para sobrevivir.

Por eso no se trata únicamente de un tema económico. ¿Queremos una democracia que permita tales desigualdades? ¿Apoyamos que el salario mínimo consista en eso, en sobrevivir o, por el contrario, aspiramos a una sociedad en la que la gente que tiene menos recursos pueda vivir dignamente?

Es evidente que el que contrata siempre piensa en los beneficios, pero hay que recordar que también obtiene beneficios de los salarios que paga, se llama plusvalía. Tampoco vale llevar el debate a las contrataciones que hacen los autónomos. El problema, no son ellos, sino los grandes empresarios, que solo ven sus cuentas de resultados y que presionan a los gobiernos para que estas medidas no prosperen.

En definitiva, en el año 2023, en España, con un gobierno de coalición de izquierdas, lo sorprendente sería que no hubiera habido durante este mandato nada relacionado con la subida del salario mínimo. Los votos transmiten perspectiva y esperanzas, y hay mucha gente que la ha perdido, simplemente, porque no llega a fin de mes.

Publicado en PontevedraViva.com el día 17 de febrero de 2023

lunes, 13 de febrero de 2023

Yo no estaba

 András, 13 febrero de 2023

Ximo Puig ha caído en la misma trampa, en el uso de la misma excusa en la que sucumbieron otros cuando fueron acusados de lo mismo. De corrupción. Esa palabra tan temida que hacía tiempo que no salía a la palestra por la aparición de un nuevo caso. Posiblemente, él ya sabía que diría lo mismo si algún día se veía en la misma situación. Me refiero al tan manido “eso ocurrió cuando yo no era responsable del partido”. Lo han utilizado todos los que se han visto en la misma tesitura, porque saben que los muy acérrimos, los del partido de toda la vida, aquellos que les van a votar, no por ir a su favor, sino por ir en contra del adversario, no les va a importar.

Para eso solo hace falta un grado de caradura razonable, que le permita no ponerse colorado ante los medios. Lo demás es fácil. Además, cuando lo han hecho una vez, la segunda ya no supone apenas sonrojo. Pero todo le sonríe porque, si finalmente alguno de su partido es condenado por malversación, ya le habrán arreglado el camino sus compañeros de Madrid, en forma de reducción de las penas por malversación. Es lo que tiene trabajar en política, que todo son ventajas.

viernes, 10 de febrero de 2023

A lomos de la soberbia y la indolencia

 András, 10 febrero de 2023

Por si alguien tenía dudas, el pasado fin de semana Núñez Feijoo nos dejó claras muestras de lo que representa y de cuáles son los espejos en los que piensa mirarse si llegase a gobernar. En un acto de ensalzamiento personal, se hizo acompañar por Aznar y M. Rajoy, y aprovechó para recuperar el famoso, “váyase” del primero, en un guiño de pleitesía al gurú vallisoletano.

Feijoo los juntó porque cree que pueden ser sus modelos de futuro, y porque de ellos puede copiar el engreimiento del que obró el “milagro” del ladrillo en España y la dejadez de quien no hizo nada para evitar el procés en Cataluña. De todo ello, bien aderezado con la más que evidente necesidad que tendrá para pactar con Vox, obtendrá el engendro que nos espera si el PP gana las próximas elecciones. Un cóctel explosivo y regresivo.

Sin embargo, como no hay mal que por bien no venga, si logra gobernar bajará la tensión, desaparecerán las insinuaciones a la legitimidad del gobierno y ya no se hablará de pactos dañinos para la democracia, aunque éstos vengan de la mano de los herederos de quienes impusieron una dictadura en España durante más de cuarenta años. Es decir, con el PP llegará de nuevo la tranquilidad a España y la crispación será un mal recuerdo, básicamente, porque los encargados de generarla habrán logrado por fin ser los dueños del balón.

Pues eso, que Feijoo quiere alcanzar la Moncloa a lomos de la soberbia y la indolencia que representan sus mentores, y de la caspa y la regresión que supone encamarse con la ultraderecha. ¡Que Dios nos pille confesados! A todos, no solo a los creyentes…

Publicado en PontevedraViva.com el día 10 de febrero de 2023

miércoles, 8 de febrero de 2023

Desinformación

 András, 08 febrero de 2023

Si quieres recibir información positiva, solo buenas noticias que te alegren el día y te alejen de las preocupaciones, incluso de la realidad, tu medio es la RTVG. Si eres simpatizante o militante del PP o, simplemente de derechas, y lo único que valoras y quieres es que le aticen a tu adversario de forma incondicional por encima de todo, incluso ocultando o tergiversando la verdad de las cosas que suceden, la RTVG es tu medio. Si eres estudiante de ciencias de la información y quieres realizar una tesis de fin de carrera para analizar un ejemplo de lo que no es un medio de información independiente, veraz y objetivo, entonces tu medio es la RTVG. Si crees que la televisión es un medio de comunicación envidiable, con múltiples posibilidades, que sirve para entretener, para informar, para formar y culturizar, tu medio NO es la RTVG. En definitiva, si quieres desinformación, o eres del PP, tu medio ideal es la RTVG.

viernes, 3 de febrero de 2023

Con soberbia no se legisla

 András, 03 febrero de 2023

El Gobierno se negaba, hasta ahora, a modificar la polémica “ley del sí es sí” porque confiaba en que el Tribunal Supremo dictara sentencias que unificasen doctrina. Esa era la estrategia desde que empezaron a salir a la calle condenados por la rebaja de penas, consistente en que el Supremo hiciera el trabajo de los legisladores. El alto tribunal debía de ser el encargado de interpretar las nuevas horquillas de penas, consecuencia de haber eliminado el abuso sexual para que todo se castigue como agresión sexual.

Este relato, no era más que una forma de decir que son los tribunales los que no se enteran de cual debe de ser la interpretación correcta de esta ley, y que el Supremo se encargaría de poner las cosas en su sitio. Es decir, la ley estaba bien redactada y el problema eran los jueces. Error.

El Supremo no es lo que el Gobierno pretende que sea, porque no es un órgano consultivo, ni es el traductor de las nuevas legislaciones, y mucho menos es el comodín al que agarrarse cuando se producen efectos que el legislador no calculó bien.

¿Cómo es posible que un gobierno que se denomina feminista haya metido tanto la pata en la aprobación de una ley contra las agresiones sexuales a mujeres? ¿Y cómo es posible que, una vez metida la pata, no lo reconozcan para tratar de sacar la pata lo mejor posible antes de que la cosa sea más grave? ¿Por qué la ministra niega las excarcelaciones de condenados que se están aprovechando (legalmente) de las rebajas e las penas? ¿Por qué prefiere hablar de una campaña contra ella?

Posiblemente porque le puede su egocentrismo y se le ha subido a cabeza el puesto que le han dado. Negar la realidad de una forma tan vehemente en contra de la evidencia de las acciones que todos vemos, es un síntoma de chulería que solo está al alcance de quienes se saben sobrepasados por el cargo que desempeñan y no están preparados para ello, pero, sobre todo, de quienes saben que están mintiendo. Como le pasa a la ministra, que no ha aceptado el error por soberbia. ¿Qué estaría diciendo si esta fuese una ley aprobada por un gobierno de derechas?

Publicado en PontevedraViva.com el día 03 de febrero de 2023

jueves, 2 de febrero de 2023

Incapaz y desagradecido

 András, 02 febrero de 2023

Máximo Huerta Hernández, conocido artísticamente como “Máxim”, es un tipo que se ha destacado por haber llegado a ministro sin tener méritos para ello y por haber defraudado a Hacienda. Lo primero no es mérito suyo, lo segundo sí. Ser uno más de la larga lista que engrosan los exministros sin mérito alguno no es culpa suya, sino de quien cometió el enorme error de ponerlo en el lugar que no le correspondía. Ser un defraudador de Hacienda, sí que es mérito y responsabilidad absoluta suya.

El caso es que, además de no estar preparado para la empresa de llevar una cartera ministerial en un Gobierno del Reino de España, cargo que, además, ensució por su fraude con la hacienda pública, ahora hemos sabido que se trata de una persona desagradecida con quien, durante algún tiempo, le elevó a los altares de participar en un consejo de ministros.

Por eso se dedica a ir por ahí hablando mal del presidente del Gobierno, y contando cosas que van más allá de su impresión personal. En realidad, lo que hace ahora es lo que mejor se le da, que no es otra cosa que participar en saraos amarillos en los que se despelleja a quien en cada momento conviene por un puñado de euros. Pero bueno, ya sabemos que la culpa es de Pedro Sánchez, que insistió en aportar su granito de arena a la devaluación del cargo de ministro con el nombramiento del gran “Máxim”.