viernes, 29 de diciembre de 2023

Una desgracia y un peligro

András, 29 diciembre de 2023


En España, tenemos una desgracia como otra cualquiera que es, la derecha que sufrimos. Una derecha que se dedica a poner palos en las ruedas de los avances de la nación siempre que no ejercen el poder. Una derecha que no ha votado a favor de los derechos sociales que nos han situado a la vanguardia del mundo democrático.


Más allá de su ideología, retrógrada, arcaica y anclada en el pasado, el problema es su falta de visión de la realidad que vivimos en la España del siglo XXI, que no es la de los Reyes Católicos, ni siquiera la de la Transición o la de hace veinte años. Muchos son los acontecimientos que han ocurrido, y que han sacado a la luz lo que realmente es España. 


Por supuesto, algunos problemas que afloran hoy en día vienen arrastrados de épocas anteriores, pero ahora, la diferencia es que hay una democracia, y la gente tiene derecho a dar su opinión y reclamar derechos. Eso es lo que parece no entender la derecha, que se ha quedado en la Transición.


Pero, si la derecha es una desgracia, peor es el apéndice que, desde hace unos años, ha cobrado vida propia fuera de las faldas del PP. Me refiero a la extrema derecha de Vox, que supone, sin duda, la mayor amenaza para la democracia española a día de hoy. 


Muy por encima de los desafíos soberanistas de los nacionalismos periféricos, el avance de la ultraderecha representa el auténtico peligro de la nación. Empezando porque su sola presencia, el odio que destilan y las ideas que tienen, aumentan y refuerzan la idea y las ansias de los independentistas. 


A fin de cuentas, los independentistas buscan alcanzar un estado propio para sus territorios, legítimo siempre que se haga por los cauces democráticos que nuestro ordenamiento jurídico establece; pero la ultraderecha, lo que pretende es acallar a los que piensan diferente mediante la ilegalización de partidos. 


Escuchar los discursos de Abascal, además de ser un ejercicio de infinita paciencia, da miedo. Cierto es que estamos protegidos por una democracia consolidada, con una mayoría parlamentaria de fuertes raíces democráticas, pero su mensaje es para estar alerta. 


No debemos cejar en arrinconar a la ultraderecha porque, además, contamos con la deslealtad y el oportunismo del PP, de hecho, tienen el gran honor de haberlos metido en las instituciones cincuenta años después. 


La investidura de Pedro Sánchez, en sí misma, representó lo que somos hoy en día. Una España muy plural que se une contra la ultraderecha y la derecha más desleal de los últimos años. Partidos de izquierdas, de derechas, nacionalistas… todos, menos el PP, juntos para señalar y arrinconar a la ultraderecha. Eso, ya justifica una legislatura.


Publicado en PontevedraViva.com el día 29 de diciembre de 2023


viernes, 22 de diciembre de 2023

Siempre racaneando

András, 22 diciembre de 2023


El Gobierno sigue en su línea de aumentar el salario mínimo, sobre todo, porque en España hay tres millones de personas que lo cobran. La propuesta consiste en un aumento del 4% para el próximo año, lo que supondría unos 43,20 euros más al mes de lo que cobran actualmente. Lógicamente, ni patronal ni sindicatos están de acuerdo, unos por exceso y otro por defecto.


Que los sindicatos pidan más es lo esperado, pero resulta curiosa la posición rácana de los empresarios, a pesar de que los márgenes de beneficios de las grandes compañías se han disparado este año a cifras récord, con un aumento de la rentabilidad a pesar de vender menos, solo que significa que están ganando más dinero. Por eso pueden negarse a subir 40 míseros euros a quienes no llegan a fin de mes.


Para los empresarios, las subidas de salarios son como el aspecto territorial para el PP. No se pueden tocar porque el tejido empresarial se rompería, España estaría amenazada por algún tipo de plaga bíblica y acabaría rompiéndose. Todo mentira.


Lo mínimo exigible sería vincular el crecimiento de los salarios a la inflación porque, cualquier tipo de subida salarial que esté por debajo, significa, en la práctica, perder poder adquisitivo. Lo que funciona es todo lo contrario de lo que viene planteando la patronal desde siempre. Es decir, las subidas del salario mínimo y la transformación de los contratos temporales a indefinidos, han generado el crecimiento del empleo, de la demanda interna y, en definitiva, del PIB.


Afortunadamente, todo lo que iban a ser efectos nefastos por las subidas salariales por encima de la inflación, no se han cumplido. El problema ahora, es que, para suscribir un acuerdo, la patronal exige una condición que nada tiene que ver con la negociación colectiva, que es la modificación de las condiciones de la contratación del sector público. 

Posiblemente sea necesario revisar los requisitos de la contratación pública, pero no en este marco. ¿Cuáles son las empresas que optan a este tipo de contratos? ¿A qué tipo de empresas representa la patronal que, para negociar el salario mínimo interprofesional, pone como condición la revisión de los contratos con la administración pública?


Publicado en Pontevedraviva.com el día 22 de diciembre de 2023


viernes, 15 de diciembre de 2023

Barra libre

András, 15 diciembre de 2023


Continúa la locura en Oriente Próximo. Los muertos se cuentan por decenas de miles, en una masacre de la que Israel es el único responsable. El gobierno israelí ha entrado en bucle, asesinando a inocentes y calificando de antisionismo a todos los que llaman a mantener la cordura para que no se extermine a la población en Gaza. 


Se puede, y debe, condenar a Hamás porque atenta, en primer lugar, contra el propio pueblo palestino, erigiéndose en libertadores cuando solo son terroristas. Pero mayor condena requiere la actitud israelí, a fin de cuentas, se trata de un estado supuestamente democrático que se dedica a hacer terrorismo de estado de forma indiscriminada contra civiles desarmados.


Las cifras que estamos viendo de fallecidos son inasumibles y merecen una condena rotunda por parte de todos. Sin embargo, esto no significa que todo el mundo sea antisionista, ni que se pretenda aniquilar al estado de Israel, simplemente es ver una realidad que se está llevando por delante a miles de personas inocentes.


Resulta desolador observar que no hay consenso en el análisis de la situación, y que no todo el mundo está de acuerdo en que la guerra contra civiles no es una solución. ¿En quienes pueden confiar los palestinos si, por un lado, se ven atemorizados por Hamás y por el otro bombardeados por Israel? ¿Qué les queda, si la comunidad internacional hace oídos sordos a tanta barbarie?


Israel lleva ninguneando a la ONU desde su formación como estado a la que, por cierto, le debe lo que es. Ha pasado por alto más de veinte resoluciones emitidas en su contra, en cuestiones como el desalojo de los territorios ocupados, la condena por el secuestro de un avión sobre territorio libanés, etc… Pareciera como si Israel tuviera barra libre desde la partición de los territorios en los años cuarenta, y como si el genocidio del que fueron víctimas les otorgase licencia para hacer lo que les venga en gana. ¿Hasta cuándo va a estar la humanidad en deuda con ellos?


Estamos ante un problema, a día de hoy, sin solución posible. Desde el mismo día del nacimiento del estado de Israel, se está viviendo allí una guerra perpetua a la que nadie quiere poner coto. Sería deseable que algún día la comunidad política internacional alcanzase a tener la cordura suficiente para encontrar alguna solución, pero parece que la creación del estado palestino, es la más sensata.


Publicado en PontevedraViva.com el día 15 de diciembre de 2023


viernes, 8 de diciembre de 2023

Del aplauso a la algarada

András, 08 diciembre de 2023

Hace tiempo que el PP se ha echado al monte, y ahora les ha dado por competir con los que desprestigian y ningunean las instituciones.

Porque, si grave es no acudir a una sesión del Congreso, sobre todo a la inaugural de una legislatura, más grave es despreciar a su presidenta que, no lo olvidemos, es la tercera autoridad del Estado.

Pues, lo primero, llevan años haciéndolo los independentistas; y lo segundo, es la nueva práctica del PP. Una vez más, alineados con la extrema derecha, en una lamentable demostración de descortesía y mala educación, no con la presidenta Armengol, que pertenece al PSOE, sino con la institución que representa, los diputados y diputadas del PP no aplaudieron su discurso porque no es de su partido y porque están enfadados por no tener el poder.

El partido que presume de ser más español que nadie, de constitucionalismo, de patriotismo y que cree que los símbolos del estado le pertenecen, se mofa de las instituciones porque las urnas los han puesto en la oposición.

Así es el PP que, además de rencoroso y desleal, ahora ha cambiado los aplausos y el respeto institucional por la algarada callejera, aunque, eso sí, envueltos en la bandera, que siempre da un poco más de empaque y credibilidad.

Pero la cosa no acabó ahí, porque después salió el moderado Feijoo a los medios para pedir que les descuenten el salario a los que no han asistido a la sesión inaugural. En eso lleva razón, porque debería ser obligatorio que sus señorías estén presentes en todas las sesiones del Congreso.

Además, hace gala Feijoo de una enorme coherencia, porque ya dijo lo mismo cuando Rajoy, en pleno debate de la moción de censura que acabó con su mandato, abandonó el Congreso para emborracharse en un restaurante cercano y dejó el bolso de la vicepresidenta en su escaño. Vamos que, a la moderación, une el señor Feijoo la coherencia entre sus destacadas virtudes.

Muy bien, señor Feijoo, siga por ese camino, usted a lo suyo.

Publicado en PontevedraViva.com el día 08 de diciembre de 2023

viernes, 1 de diciembre de 2023

¿Qué es peor?

András, 01 diciembre de 2023 

En el contexto político actual, lejos de mayorías absolutas que permitan a los grandes gobernar sin apenas dar explicaciones, nos enfrentamos a dos modelos diferentes de hacer política. Ambos, se ven en la necesidad de pasar por el peaje del pacto para alcanzar el poder, algo que, de entrada, ya es una buena noticia para la democracia.

En España, hay multitud de sensibilidades y formas de pensar, muchas de ellas con representación parlamentaria para que sus voces se puedan escuchar en la sede de la soberanía nacional, donde se toman las decisiones que afectan a todos.

Y es ahí, en el Congreso, donde tratan de sacar rendimiento a los votos obtenidos, algo tan legítimo como la propia Constitución. No olvidemos que, gracias al apoyo de partidos minoritarios, se han logrado importantes avances en derechos, no solo en aquellas regiones de las que provienen, sino en aspectos que afectan a la vida de todos los españoles. Sin ir más lejos, la subida del salario mínimo se la debemos a la propuesta del PSOE y al apoyo recibido de partidos con poca representación parlamentaria.

El problema es que, el Partido Popular, que está habituado a hacer y deshacer a su antojo, no está acostumbrado a pactar. Por eso rechazan el gobierno de coalición y lo deslegitiman calificándolo de gobierno Frankenstein, porque les falta la cultura del pacto y el respeto a las minorías.

Sin embargo, en la España actual, más plural que nunca, no tienen más remedio que hacerlo si quieren gobernar. Y así, surgen dos modelos diferentes de alianzas. El del PSOE, con los independentistas, aceptando cesiones en el ámbito territorial que, no lo olvidemos, siempre tendrán que pasar por el filtro del Parlamento y del Tribunal Constitucional, si fuese necesario.

Y el del PP, basado en encamarse con la ultraderecha y aceptar cesiones que suponen regresión de derechos sociales, pérdida de derechos para las mujeres, para las minorías, para los inmigrantes... En definitiva, poco menos que volver a la España en blanco y negro.

Para simplificarlo, podríamos decir que unos negocian con el asunto territorial, cediendo competencias y reconociendo la singularidad de los territorios que conforman el Estado; y los otros, negocian con los derechos sociales, poniendo en riesgo lo que tantos años hemos tardado en lograr. ¿Qué es peor?

Publicado en PontevedraViva.com el día 01 de diciembre de 2023

miércoles, 29 de noviembre de 2023

¿No hay uno bueno?

András, 29 noviembre de 2023

Definitivamente, el moderado Feijoo ha perdido la cabeza. Mezclar la amnistía, con los apoyos legítimos de partidos en el Congreso para la investidura y el terrorismo de Hamás para acusar de todo ello al presidente del gobierno, es indigno. Lleva una ensalada mental en la cabeza preocupante, y lo peor, es que empieza a creérselo todo.

Hay que empezar a pensar que la patología de la que acusaba a Sánchez es la que en realidad le afecta a él, porque la mentira, el engaño permanente y las falsedades con las que cada día nos deleita, supuran un odio brutal.

Empieza a causar un poco de pena ver el estado de shock en el que se puede quedar un hombre que no alcanza el poder cuando ya lo estaba tocando con los dedos. De llegar a Madrid bajo palio para ser presidente del gobierno, a hacer oposición al malvado Sánchez, hay un abismo. Va dando bandazos, y la impotencia de ver a Sánchez de presidente le hace decir cualquier tontería que se le pasa por la cabeza. Le ha llamado de todo, y cada vez nos demuestra que de moderado nada de nada, todo lo contario.

Sabemos lo que es el PP, lo que es Feijoo, y que cuando están en la oposición son casi tan peligrosos como en el gobierno. La deslealtad es su bandera. Tiran contra todo sin importarle las consecuencias y, mucho menos, el país. Y lo vamos a ver con el cambio de portavocia en el Congreso, donde Tellado hará buena a Cuca Gamarra porque, en otro gesto de moderación de Feijoo, ha colocado a su escudero gallego al frente del grupo parlamentario, para demostrarnos que la mesura será la tónica de la oposición en esta nueva legislatura.

En Galicia ya lo conocemos bien y sabemos cómo se las gasta. Faltón, mentiroso y sectario a más no poder. Dicen que lo que pretende Feijoo con este nombramiento es marcar una distancia con Vox, pues bien, con Tellado de portavoz, hará bueno a cualquiera que ponga la extrema derecha. ¿Es que no hay un gallego bueno en el PP para enviar a Madrid?

lunes, 27 de noviembre de 2023

Hermanos ideológicos

András, 27 noviembre de 2023

En el fondo, el PP y los separatistas se necesitan y retroalimentan, porque uno no puede vivir sin el otro. No olvidemos que ambos son partidos de derechas y que, además de la ideología, les une el nacionalismo. Uno catalán y otro español, pero, a la postre, ambos nacionalistas.

A los catalanes les conviene que, de vez en cuando, gobierne la derecha para mantener vivía la llama del independentismo; y al PP, si le faltan los separatistas y ETA, se le acaban los argumentos. ¿Cuáles serían entonces los miedos que les meterían en el cuerpo a los españoles? A no ser que pretendan convencer a la gente de las maldades de subir el salario mínimo, por ejemplo.

Además, ahora comparten estrategia política. Ambos están en la internacionalización del conflicto catalán. Primero fueron los de Puigdemont quienes llevaron el tema a Europa, tratando de hacer ver a la Unión Europea, que en España se perseguía a las minorías y que el estado de derecho estaba en entredicho porque no se les dejaba votar libremente.

Y ahora es el PP el que va a Europa a decir que en España no hay democracia y que Sánchez se quiere cargar el estado de derecho. Vuelven a coincidir en el diagnóstico que aflora en España, es decir, la lesión que se le está infringiendo a la democracia. De lo que no hablan, es del quebranto que ellos le están causando.

La verdad es que ambos están igual de pasados de vueltas y que, si no fuera por el PSOE, esto había estallado por los aires hace mucho tiempo, ya que, por lo que se ve, el único partido que pone un poco de mesura en todo esto, es el socialista.

El PP está desbocado, su rencor por no haber logrado el poder, cuando ya se estaban repartiendo los ministerios, los lleva a hacer cualquier cosa, pidiendo el amparo de la Unión Europea como si España fuese una república bananera. Seguro que, si esto fuese una dictadura, no verían tantos peligros.

viernes, 24 de noviembre de 2023

La patología de la derecha

 András, 24 noviembre de 2024

Podemos estar a favor o en contra de la amnistía. Incluso podemos dudar. Sin embargo, muchos no acabamos de entender porqué la amnistía otorgada en la Transición, que perdonó a los criminales franquistas, era maravillosa, y esta, va a romper España, acabará con la democracia y será el inicio del fin de la humanidad.

La derecha, en su línea catastrofista, no escatima en calificativos para amedrentar. Nada nuevo, es la estrategia que utilizan cuando no tienen el poder, porque saben que les funciona. Solo hay que escuchar los comentarios de quienes acuden a las concentraciones en contra de la amnistía, para ver de qué manera se materializa la manipulación en el cerebro humano.

¿Cómo podemos consentir que el dirigente político de un partido que se dice democrático afirme, que la amnistía es peor que el intento de golpe de estado de Tejero, o que el terrorismo de ETA? ¿Qué cuajo puede tener un demócrata que, para protestar por una medida política de un gobierno legítimo, pide que el presidente abandone el país oculto en un maletero? ¿Qué odio supura quien afirma que el presidente del gobierno tiene una patología solo por estar en desacuerdo con él? ¿Y qué esperamos de quienes se manifiestan, si sus líderes se expresan así? Esta, es la derecha que tenemos, experta en fomentar el odio, y que solo cree en la democracia cuando la pueden dominar.

Cualquier candidato a la presidencia está obligado a pactar para formar gobierno. Lo que no pudo hacer Feijoo, por su demostrada incapacidad. Por supuesto que los independentistas consiguieron la amnistía y Sánchez la investidura, pero hay algo más importante, la renuncia a la vía unilateral por parte del independentismo.

¿Acaso esto no beneficia a todos los españoles? ¿Lograr la paz social y política en una región con fuertes raíces independentistas no es bueno para la unidad de España? Probablemente, la proclamación unilateral de independencia en Cataluña, conjuntamente con el intento de golpe de estado del 23-F, hayan sido los actos más graves de lo que llevamos de democracia.

Pues bien, ante semejante afrenta, hemos visto dos modelos de abordar el asunto. El del PP, basado en la confrontación y llenar Cataluña de policía; y el del PSOE, consistente en buscar soluciones desde la vía política. Hasta la fecha, parece evidente que el modelo que ha dado mejores resultados es el socialista, con concesiones, por supuesto, pero suavizando el problema y logrando compromisos por parte del independentismo.

Es evidente que la amnistía no es una solución definitiva, porque el sentimiento independentista de un pueblo no se esfuma de la noche para la mañana. Pero posiblemente tengamos muchos años de sosiego institucional, en los que los futuros gobiernos deberán abordar la cuestión desde una mayor tranquilidad.

El problema, por tanto, no es la amnistía, sino que la derecha no soporta que gobierne la izquierda, porque arrastran la patología del odio que prendió la llama de la guerra civil. Por eso tratan de lograr en las calles, lo que las urnas le niegan.

Publicado en PontevedraViva.com el día 24 de noviembre de 2023

martes, 21 de noviembre de 2023

España se rompe

András, 21 noviembre de 2023

España se rompe, esa es la gran mentira con la que la derecha trata de amedrentar a la población. España se rompe, nos dice Feijoo, que se iba de vacaciones con un narcotraficante mientras las madres lloraban las muertes de sus hijos por consumo de droga. España se rompe, afirma Ayuso, que decidió que la vida de los abuelos de la comunidad de Madrid no merecía la pena salvar en plena pandemia, mientras firmaba contratos millonarios con su hermano. España se rompe, dice Aznar, que se inventó la existencia de unas armas de destrucción masiva en Irak para meternos en una guerra sin sentido.

Pero no, un país no se rompe por llega a acuerdos políticos. Un país no se rompe por perdonar. Un país no se rompe porque dos partes se reconcilien. Un país no se rompe por pactar en armonía. Un país no se rompe por dar voz a las minorías. Un país no se rompe porque los partidos minoritarios saquen beneficio político de su representación parlamentaria. Un país no se rompe por entender su singularidad y pluralidad.

España se rompe cada vez que permitimos la privatización de la educación y la sanidad que promueve la derecha. España se rompe cada vez que una mujer muere víctima de violencia de género y porque haya partidos que la nieguen. España se rompe cada vez que un niño va al colegio sin poder desayunar. España se rompe cuando no se da cobijo a los inmigrantes que escapan de la miseria de sus países. España se rompe cuando se grita la palabra “maricón” para insultar a alguien. España se rompe por culpa de gente como ellos.

domingo, 19 de noviembre de 2023

Carta abierta a los manifestantes de Ferrez

András, 19 noviembre de 2023

En marzo de 1996, el Partido Popular presidido por José María Aznar, ganó las elecciones, pero no logró mayoría absoluta, necesitando del pacto con los independentistas catalanes para poder formar gobierno. Lo hizo con CIU, el partido de Jordi Pujol que ahora es el de Puigdemont. 


Para conseguir los 16 votos que necesitaba de los independentistas catalanes, Aznar cedió en todo lo que pidió Pujol, haciéndole un traje a medida de competencias, transferencias y recursos económicos. 


Concretamente, entregó la gestión prisiones, la policía autonómica, retiró de Cataluña a la Guardia Civil de Tráfico, concedió TV3, entregó la gestión de Puertos del Estado, el 15% del IRPF, el 40% de impuestos especiales, el 35% del IVA, indultó a 16 condenados por terrorismo de Terra Lliure, concedió a Cataluña el acceso a los fondos europeos de cohesión, indultó a condenados por corrupción, calificó a Pujol de hombre de Estado, además de presumir de hablar catalán en la intimidad. Por cierto, todo ello, sin estar incluido en el programa electoral con el que el PP ganó las elecciones.


Ante este derroche de concesiones, nadie dijo que el Gobierno de Aznar era ilegítimo, nadie lo acusó de fraude electoral, nadie ldii que en España se estaba produciendo un golpe de estado, ni hubo violencia, ni insultaron a Aznar, ni le llamaron traidor, ni se rompía España, ni estaba en riesgo la democracia ni siquiera el estado de derecho corría peligro y, por supuesto, nadie salió a manifestarse en la calle Génova profiriendo graves insultos al presidente legítimo del Gobierno de España.


Porque eso es la política, pactar, negociar, ceder, acordar y, en definitiva, acatar las normas democráticas que tenemos y que, cada gobierno, en su momento, utiliza de la mejor forma que puede. Así, Aznar fue investido presidente, porque se acataron las leyes y la Constitución. Todo lo contrario de lo que ocurre hoy porque la derecha y la ultraderecha, mienten y no acatan las normas democráticas, manipulando a la ciudadanía y provocando la ruptura y el odio entre españoles.


Imaginemos, por un momento, qué se estaría diciendo ahora si, además de conceder una amnistía, al PSOE se le hubiera ocurrido retirar las Fuerzas de Seguridad del Estado de Cataluña en este contexto. Posiblemente estarían llamando al Ejército a tomar las calles sin tapujos. No olvidemos la historia, y respetemos la victoria del adversario que, aunque amarga, es igual de legítima que la propia.

viernes, 17 de noviembre de 2023

Help Spain!

András, 17 noviembre de 2023

Feijoo convocó a los corresponsales de prensa extranjeros para decirles que Pedro Sánchez pretendía dar un golpe de estado en España. Como si de la resistencia venezolana, o de un partido ilegalizado y perseguido en un régimen dictatorial se tratase, el PP se presenta ante los medios internacionales para hacer lo que mejor sabe hacer; alarmar y mentir.

En su estrategia de desestabilizar, se dedica a echar basura sobre el Estado y las instituciones, mintiendo a los periodistas extranjeros para que nuestra imagen internacional se vea comprometida. Es el estilo del PP, hacer lo que sea cuando pierde el poder, caiga quien caiga. Tenemos ejemplos sobrados de situaciones similares.

Afortunadamente, en la mayoría de países, cuando reciban la información de sus cronistas, se echarán a reír al leer las argumentaciones de Feijoo. Saben que miente, que su reacción es fruto de la frustración por no poder gobernar y que, si no lo hace, no es porque un golpe de estado se lo impida, sino porque la aritmética parlamentaria, que es la que, democráticamente, otorga las mayorías de gobierno en España, no se lo permite.

Feijoo, quedará ante Europa como el mejor aliado de Vox, un partido de extrema derecha que pretende devolver España a los años 50, y como el guardián de uno de los últimos reductos donde las ideas retrógradas y sectarias tienen cabida gracias al oxígeno que su partido, y él mismo, le insufla a la extrema derecha.

Feijoo asume el discurso de Abascal, de hecho, es su único aliado. Un discurso reaccionario, falaz y que supura un odio y una vuelta al pasado peligrosa. En este sentido, la imagen que Feijoo proyecte de sí mismo en Europa no es lo importante, allí ya saben cómo es la derecha española. El problema es el daño que le causa al estado español, y que va directamente a la línea de flotación de la salud democrática de nuestro país.

“Help Spain” fue el eslogan escogido para la representación. Y en esto aceraron, porque es verdad que España necesita ayuda, pero no para liberarla de las mayorías parlamentarias salidas del sufragio universal, sino de la derecha que tenemos, la más rancia de Europa, la más anclada al pasado, la que conserva a franquistas entre sus filas y la que, en vez de avanzar y separarse de la ultraderecha, juega a competir con ella para ver quién es más facha.

Gritemos, por tanto, Help Spain! Necesitamos que España deje de ser un refugio de la extrema derecha en la Unión Europea, porque el verdadero problema de la convivencia en España no lo genera el independentismo, sino el primer partido de la oposición, el Partido Popular.

Publicado en PontevedraViva.com el día 17 de noviembre de 2023

miércoles, 15 de noviembre de 2023

¡Entérate ya, Alberto!

András, 15 noviembre de 2023

Feijoo está pidiendo elecciones de nuevo. El problema, es que hace poco más de tres meses que los españoles dijeron en las urnas que no querían un gobierno del PP con Vox, por eso, cuando se postuló para presidente del gobierno, no obtuvo la mayoría parlamentaria que se necesita para ello. Como cada día da muestras de no entender la situación, vamos a hacer un poco de memoria y de matemáticas.

El candidato Sánchez tiene asegurados, a día de hoy, 179 escaños. Mientras que Feijoo, no logró aunar más que 171 escaños. Es decir, tenemos 179 escaños frente a 171 escaños, que suponen 8 escaños más, lo que otorga la mayoría a Sánchez para formar gobierno. Esa es la realidad parlamentaria que la derecha se niega a reconocer porque lo que no quieren es aceptar el resultado electoral.

Los 179 escaños, se corresponden al 51% de los votantes del 23 de julio, es decir, representan a 12.610.939 votos. Por su parte, los 171 escaños que apoyaron a Feijoo, son el 45% de los votantes, representados en 11.270.025 votos. ¿Qué significa esto? Pues muy fácil, que la mayoría que apoya a Sánchez es superior a la que apoya a Feijoo, concretamente son 1.340.914 votos más.

Es verdad que no es fácil aceptar las reglas democráticas, sobre todo cuando no te favorecen, y que, a Feijoo, posiblemente presionado por la parte más radical de su partido, le sale la vena dictatorial, consistente en impedir que se cumpla el artículo 99 de la Constitución, aquel que explica cómo se logra la investidura en nuestro país.

Para ponerle un ejemplo, por si le quedan dudas, ese precepto es el mismo que permitió a Ayuso, Almeida o Juanma Moreno, alcanzar el poder habiendo sido la segunda fuerza más votada, pero obteniendo el apoyo de otros partidos. Algo que, por cierto, es perfectamente legítimo en nuestra democracia y en nuestro sistema parlamentario.

Pues ahora es lo mismo, la misma legitimidad que tenían los presidentes autonómicos para gobernar, respalda ahora a Pedro Sánchez. El problema es que la derecha no acepta las normas democráticas cuando no le favorecen. Es decir, cuando pierden las elecciones, lo rompen todo.

Por tanto, mañana, habrá investidura pese lo que le pese a la derecha, y será el resultado de lo que legítimamente la mayoría de los españoles han votado.

viernes, 10 de noviembre de 2023

El verdadero peligro para la democracia

András, 10 noviembre de 2023

Si no fuera por Aznar, los españoles creeríamos en la legalidad de las elecciones de julio, y que, si el PP no gobierna, es por falta de apoyos en el Congreso, no porque se lo impidan. Si no fuera por la lucidez de Aznar, no sabríamos que Pedro Sánchez es un peligro para la democracia, y que nuestras libertades se ven amenazadas si, como parece, el socialista vuelve a gobernar.

Por mucho que estemos acostumbrados a las sandeces de este señor, cuyo único respeto que merece se lo debe a haber sido presidente del gobierno de España, las cosas tienen un límite. Aznar miente, y lo hace consciente de lo que dice y de la peligrosidad que suponen sus palabras, cuya única intención es generar odio y confrontación.

A quien ha sido presidente del Gobierno, se le debería exigir un mayor respeto institucional que a cualquier otro ciudadano. Pero no es el caso de Aznar. Él, que une a su arrogancia una facilidad para la mentira extraordinaria, sí que es, como su partido, el verdadero peligro que tiene la democracia española.

Aznar ha dado la voz de alarma, con una frase que resume el espíritu golpista que todavía pervive en la derecha. “El que pueda hacer, que haga” afirmó. Y de ahí, arranca buena parte de la violencia que estamos viendo estos días en la calle. Acoso, amenazas y odio bajo la excusa de que la democracia está en peligro.

Pero no, la democracia no está en peligro porque un gobierno tome decisiones políticas que convierte en proposiciones de leyes que, recordemos, han de pasar por el Congreso de los Diputados para su ratificación antes de ser sancionadas definitivamente por el Jefe del Estado.

Lo que pone en peligro la democracia es pactar con la ultraderecha de Vox, un partido que aboga por ilegalizar a todos los que piensan diferente. Peligro para la democracia es acusar de legitimidad a un gobierno elegido democráticamente. Peligro para la democracia es incumplir la Constitución y no renovar el órgano de gobierno del CGPJ.

Peligro para la democracia es votar en contra del salario mínimo. Peligro para la democracia es estar en contra de los derechos sociales. Peligro para la democracia es alardear de que “cuánto peor, mejor”.

Peligro para la democracia es gritar “que se jodan” en el Congreso de los Diputados cuando se le están recortando las prestaciones a los parados. Peligro para la democracia es ser el primer partido condenado por corrupción. Peligro para la democracia es que un partido pague las obras de su sede con dinero negro.

Peligro para la democracia es amedrentar a la sociedad con la vuelta a la dictadura. Peligro para la democracia es no aceptar las normas democráticas, empezando por la más básica, la que dice que somos una monarquía parlamentaria y que son los diputados electos los que eligen al presidente del gobierno.

Peligro para la democracia es manifestarse en contra de sus adversarios y aplaudir gritos de “viva Franco” exhibiendo banderas anticonstitucionales. Peligro para la democracia es llamar terrorista al presidente del gobierno. En definitiva, el peligro real para la democracia en España no es Pedro Sánchez, sino la derecha que sufrimos, retrógrada, incendiaria y desleal.

Publicado en PontevedraViva.com el día 10 de noviembre de 2023


viernes, 3 de noviembre de 2023

Feijoolloween

 András, 03 noviembre de 2023

Para los poco, o nada, creyentes, el primer día de noviembre se conmemora el inicio del invierno y el fin de la cosecha. Esa es, al menos la explicación tradicional. Oficiosamente, se trata de un día de fiesta para que la juventud se disfrace de zombi y los asalariados tengamos un día de asueto.

Y, por lo que parece, Feijoo ha decidido unirse al grupo de los primeros, es decir, de los que se disfrazan de zombis y dan rienda suelta su imaginación más perversa. A fin de cuentas, políticamente, Feijoo no es más que un muerto viviente que, como si un hechizo de brujería se tratase, se encuentra poseído por la rama más radical de su partido con el fin de dominar su voluntad.

De no ser así, difícil sería de explicar su última aparición, en la que se ha dedicado a valorar la honestidad y la firmeza de Carles Puigdemont, además de mostrarle su respecto más absoluto. Sí, han leído bien. Feijoo, invadido quizás de algún encantamiento por la cercanía de la noche de los muertos vivientes, ha hecho que Puigdemont haya pasado de ser un prófugo que ponía en riesgo la unidad de España, a convertirse en alguien admirable, riguroso, y que siempre dice la verdad.

No me digan que no parece cosa de meigas. Sostuvo, el abducido Feijoo, que en un país donde los políticos están acostumbrados a mentir (incluyéndose, por supuesto, a sí mismo, como el primero de la lista) Puigdemont rompe con esa imagen porque, además de no mentir, tiene las ideas muy claras y sabe lo que quiere.

Probablemente, a Feijoo, no le haya parecido suficiente mentira que Puigdemont prometiese a los catalanes que la independencia era posible; o puede que, comparándola esta con las mentiras que él suele decir, le pareciese algo menor.

Quienes justifican los halagos de Feijoo al prófugo, no lo hacen creyéndolo poseído por algún maleficio, sino que lo justifican diciendo que se encontraba en Cataluña, rodeado de empresarios catalanes y que, por tanto, se vio un poco forzado a expresarse de tal manera. Es una pena que el hechizo no lo hubiese pillado rodeado de currantes, porque podría haberles prometido la subida del salario mínimo que en condiciones normales les negó.

En todo caso, lo único cierto es que decir la verdad no es una cualidad de Feijoo, y que tampoco dice lo mismo en Barcelona que en Madrid porque no se atreve. Pero prefiero quedarme con la versión más romántica, la del embrujo de la noche de Halloween, renombrado a partir de ahora como Feijoolloween, que lo hechizó e hizo que halagase a quien, hasta la fecha, era un demonio para su partido. De ahí, a votar a favor de la amnistía, hay un paso.

Publicado en PontevedraViva.com el día 03 de noviembre de 2023

viernes, 27 de octubre de 2023

La independencia judicial que quiere la derecha

András, 27 octubre de 2023

“Para profundizar en la independencia del Poder Judicial, que cuenten con el Partido Popular. Para controlar el Poder Judicial, no”. Así, sin anestesia y con una tremenda caradura, se expresa Feijoo cuando le interpelan sobre la independencia de los jueces en España. La verdad, es que el cinismo y la facilidad para la mentira con la que se despacha, es digna de elogio, porque hay que tener mucho cuajo para ir así por la vida sin sonrojarse.

Feijoo, sostiene que acabar con la independencia del Poder Judicial significaría lesionar gravemente una parte del Estado de Derecho. Hasta aquí, nada que objetar. Sin embargo, lo que no dice cuando acusa al PSOE de ansiar el control de los jueces, es que su partido pretende el mismo objetivo.

Tampoco dice que el Tribunal Constitucional está dominado por una mayoría conservadora cercana al PP y, por supuesto, no se le ocurre afirmar que, el motivo por el cual no quiere que el PSOE controle el Poder Judicial, no se debe a que aspire a su plena independencia, sino a que pretende que sea su partido quien lo siga haciendo. Es un pequeño matiz, apenas perceptible, sobre todo, para los fieles seguidores de la derecha.

Veamos un sencillo, pero revelador ejemplo, de lo que entiende el Partido Popular por independencia judicial. Hay un señor que es juez de profesión y que se llama Manuel García Castellón, que decidió exculpar a M. Rajoy y a Cospedal por el caso Bárcenas, haciendo oídos sordos al criterio de la Fiscalía Anticorrupción, que pedía continuar con la investigación.

Por supuesto, nadie duda de la independencia del señor García Castellón, y mucho menos, se nos ocurriría pensar que se le pudiera pasar por la cabeza tomar decisiones en el ámbito de su profesión que favoreciesen el PP, a pesar de haber estado más de 17 años desempeñando puestos nombrados a dedo por los gobiernos de Aznar y Rajoy.

A fin de cuentas, al señor García Castellón, lo nombró Aznar en el año 2000 juez de enlace en Francia; y en 2012, Rajoy en Italia. Pero, además, cuando en 2016 volvió a España, Zaplana e Ignacio González lo colocaron al frente del caso Lezo, lo que le sirvió al expresidente madrileño para librarse de la cárcel. Casualidades de la vida.

La cosa no acabó ahí, porque, en 2018, archivó la investigación al Rey Emérito, y en 2020 rechazó investigar los vínculos entre Villarejo y Eduardo Inda, un esbirro aventajado de la derecha que se dedica a embarrar el campo político allá por donde va.

En todo caso, ¿ya estamos de nuevo con la típica confabulación judeo-masónica de la izquierda, viendo corrupción dónde solo hay causalidades? No es justo pensar que el PP fuera capaz de mancharse las manos con casos de jueces que les benefician porque, a pesar de ser el primer partido de la democracia condenado por corrupción, sabemos que su compromiso con el Estado de Derecho y su fe en la separación de poderes es total… ¿no?

Sin embargo, a pesar de todo, todavía hay gente capaz de creer que el Partido Popular trata de colocar a sus amigos en el Poder Judicial para salir indemne de todos los casos de corrupción con lo que nos suele deleitar y, de paso, para hacer oposición al Gobierno.

Muchos, incluso, llegan a pensar que es esa la razón por la que se niegan a renovar sus órganos de gobierno, y que mienten para no reconocer que no quieren cambiarlos porque están muy a gusto con los suyos al mando. Si es que, con mentes tan retorcidas, no hay manera de avanzar…

Publicado en PontevedraViva.com el día 27 de octubre de 2023