viernes, 29 de marzo de 2024

El vía crucis de la juventud

András, 29 marzo de 2024


Cada vez que escucho aquello de que, cualquier tiempo pasado fue mejor, intento darle dos lecturas diferentes. Una, más romántica, en el sentido de que los buenos momentos del pasado nunca van a volver. Y otra, más ideológica, asociada a quienes, de forma torticera, tratan de ligar los tiempos pasados a una mejor calidad de vida, mezclando aspectos políticos de índole autoritario para defender que, con el palo, la gente funcionaba mejor.


Particularmente, me quedo con la primera. Es verdad que los tiempos pasados son eso, pasado, que no volverán y que la historia, aunque pueda repetir situaciones similares, nunca es igual a la anterior. Podemos añorar tiempos pasados, pero la vida nunca ha sido mejor que ahora. De entrada, porque los avances científicos y la mejora en la sanidad, han hecho que la calidad de vida, en general, sea mucho mejor.


Cosa diferente es la economía. El capitalismo, que nos ha engullido a todos, ha logrado, seguramente, el efecto contrario de lo que inicialmente pretendía. Es decir, ha provocado un empobrecimiento de ciertos segmentos de la sociedad, aumentando, si cabe, cada vez más, la diferencia entre pobres y ricos.


Los seres humanos luchamos entre nosotros para sobrevivir en una selva de acero y hormigón donde, el más débil, siempre tiene las de perder. ¿Y quién es el más débil en la sociedad actual? En España, sin duda, los jóvenes, que deambulan por su particular vía crucis. 


Presumimos de tener a la juventud mejor preparada de toda la historia, sin embargo, les cuesta salir adelante en condiciones dignas. Hoy en día, acceder al mercado laboral para independizarse, poder adquirir una vivienda y, en definitiva, hacer una vida sin necesidad de ningún tipo de ayuda, está al alcance de my pocos.


Nunca se ha dedicado tantos años a la formación, nunca habíamos tenido tanta gente con estudios superiores, y nunca habíamos tenido tantas dificultades para acceder a una vida digna. Los que logran un trabajo, apenas tienen para el día a día, comprar una vivienda es inalcanzable, ahorrar una quimera y, lograr independizarse, casi imposible.


La precariedad laboral y los bajos salarios impiden que una buena parte de los jóvenes españoles pueda acceder a una vivienda en propiedad, porque ni tienen capacidad para pagar la entrada inicial, ni un trabajo estable para hacer frente a la hipoteca. Por eso, continúan viviendo en casa de sus padres o, los más osados, se hacían ocupando la habitación de un piso compartido. 


¿Es esto lo que queremos para nuestros hijos? ¿En esto consiste la llamada sociedad del bienestar con la que se llenan la boca los dirigentes? No, por supuesto que no lo es. Pensar en la juventud no consiste en crear un ministerio de juventud, ni alardear de medidas vacías. 


Pensar en la juventud es invertir en políticas a largo plazo para que su esfuerzo tenga una recompensa. Pensar en la juventud es apostar por las generaciones que vienen, con normas que tengan contenido y den resultados. Pensar en la juventud no es decirles que el adversario es peor que uno, sino demostrarles que, lo que se propone, va pensado por y para ellos.


Publicado en PontevedraViva.com el día 29 de marzo de 2024


viernes, 22 de marzo de 2024

La mentira por bandera

András, 22 marzo de 2024


Hace unos días, se conmemoraron veinte años del terrible crimen del 11-M. Aquel fue el peor atentado terrorista de la historia de España, y también la peor gestión que de un hecho similar se recuerda. Al menos, la de mayor bochorno, por la mentira generalizada que, de aquella masacre, hizo el gobierno que presidía José María Aznar.


La autoría del atentado y su contexto, provocaron varios días de caos, desinformación y mentiras que, veinte años después, siguen marcando a la sociedad española. Porque, el lío que se formó, no fue más que el inicio de la tremenda polarización que, desde entonces, ha dividido a la sociedad española, debido al interés partidista y manipulado que hizo la derecha, tanto la mediática, como la política.


Un aniversario siempre es momento para homenajear a las víctimas, pero no solo a las de los trenes, sino que el día debería de ser recordado como el del engaño masivo al que la ciudadanía española fue sometida por buena parte de la derecha.


El caso es que no se han dado por vencidos. De hecho, tenemos que seguir viendo como, tanto tiempo después, se siguen realizando homenajes paralelos a los muertos. Uno, presidido por el Rey, organizado por la Comisión Europea y el Gobierno español; y otro, organizado por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, por supuesto, en manos del PP, que continúa con su propio relato de la realidad.  


La división creada no se ha superado, porque quienes generaron aquel bulo, han permanecido sosteniéndolo contra viento y marea hasta hoy en día. Hasta el punto, de haberlo normalizado como arma de ataque contra el adversario político. Y en ello siguen, la derecha se inventó una historia y lleva veinte años alimentándola, a pesar de las sentencias judiciales que la desmienten. 


El PP mintió, primero para meternos en una guerra, y después para tratar de convencernos de que la autoría del atentado de Madrid era de ETA. Y lo hizo a sabiendas de que estaba mintiendo, por único interés partidista. Dicen, que los malos periodistas nunca dejan que la realidad les estropee una buena noticia, pues bien, la derecha española es como ellos, no está dispuesta a admitir la realidad, si ésta va en su contra. 


Publicado en PontevedraViva.com el día 22 de marzo de 2024


viernes, 15 de marzo de 2024

Una pasión

András, 15 marzo de 2024


Cada semana, me afano en ver las sesiones de control al Gobierno, las comparecencias de los grupos que interpelan a los que ejercen el poder, con la esperanza de descubrir, por una vez, como el Parlamento ejerce su labor de forma eficiente. 


Cada semana, mantengo la esperanza de escuchar alguna respuesta sobre un asunto de interés nacional, o una pregunta inteligente que ponga en apuros al ministro de turno. Pero, cada semana, sucede lo mismo. Nada de nada. Solo reproches que, en nada ayudan a la resolución de los asuntos de interés general.


La política, consiste en ejercer el poder para resolver los problemas de los ciudadanos. Sin embargo, desde hace un tiempo, se está ha convertido en un tremendo lodazal, un enorme circo mediático de gente mal avenida a la que lo único que le importa, es dañar al adversario. Es decir, la política española se está convirtiendo en una guerra entre dos familias que luchan por hacerse con la mayor parte del poder.  


Ello ha provocado que mucha gente esté totalmente distanciada de la política, a pesar de que la cosa también va con ellos. Otros, por el contrario, tratan de implicarse para, cuando menos, estar informados, pero acaban conformándose con que sean los propios, los que aticen con más fuerza a los otros. Esto, es lo que, hoy en día, se llama polarización.


Quienes ejercen el poder, y quienes tienen la responsabilidad de controlar al que lo ejerce, tienen una gran responsabilidad, no es una cosa menor. Y, en tal ejercicio, es entendible que todos puedan cometer errores. 


El problema surge cuando los errores son las mentiras, los casos de corrupción, el desprecio de la democracia, el incumplimiento de los compromisos electorales, o responsabilizar al contrario de los errores propios. El problema aparece cuando, en vez de esforzarse para resolver los problemas del país, se dedican a comparar los errores de cada uno, tratando de tapar el último con el anterior.


El problema, en definitiva, es que la política se ha convertido en una pasión. La pasión es, posiblemente, uno de los sentimientos más intensos que puede experimentar el ser humano. Lo definió perfectamente Pablo Sandoval, cuando le explicaba a Benjamín lo que era la pasión. “Se puede cambiar de cara, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no se puede cambiar: no se puede cambiar de pasión”. ¡Qué gran verdad!


Y eso nos pasa con la política, es una pasión que nos ciega y no permite que veamos los errores de los propios, solo los de los adversarios. Nos pasa a todos, a los que ejercen el poder, a la oposición y a los ciudadanos.


Por eso, cada miércoles, en cada sesión de control, la oposición dice lo que le viene en gana y el gobierno le responde lo que le parece. Por eso pueden seguir mintiendo y convirtiendo las instituciones en el lugar de defensa de asuntos propios, porque saben que lo que nos mueve a todos es una pasión.


Y por eso, todo seguirá igual mientras, en la política, igual que el fútbol, todo ocurra en el campo de la pasión. Mientras continúe instalada ahí y no pase al terreno de la razón, no hay nada que hacer. Mientras no veamos la política como una actividad para todos, dejando las camisetas de lado y sin pasión, seguiremos igual. Y ellos encantados.


Publicado en PontevedraViva.com el día 15 de marzo de 2024


viernes, 8 de marzo de 2024

Hasta siempre, maestro

András, 08 marzo de 2024

Puede que parezca un poco prematuro, pero empiezo a sentir que si las cosas transcurriesen por el orden lógico de irnos según el año de nacimiento, cada vez se acerca más mi turno. Es doloroso ver como se van yendo personas que quieres, y el vacío enorme que se produce a tu alrededor. Cada vez, queda menos gente con la que compartí juventud siendo ellos adultos y eso, me hace sentir un cierto vértigo, porque cuando empiezas a ver que los que te preceden se empiezan a ir, sabes que el siguiente en la línea de salida, eres tú.


El pasado 22 de febrero falleció José Luis Prado Alfonso, y con él, se fue una parte de mi vida. No soy muy aficionado a las misas de réquiem, únicamente algunos funerales de personas muy escogidas, lo reconozco. Pero esta era, por supuesto, una de esas ocasiones, porque Prado era mucho más que un vecino conocido, mucho más que el padre de unos amigos. 


Prado era, además de una institución en el pueblo, un buena persona, buen conversador, respetuoso y muy cariñoso. Pero, sobre todo, era mi amigo. Además, como buen amante de la música, depuraba una enorme sensibilidad, y se preocupaba mucho por la gente que quería, entre los que, estoy seguro, me consideraba uno más. Él estuvo presente en muchos momentos importantes de mi vida, porque compartimos muchas horas juntos.


De él conservo sus consejos, y su cariño a un niño que lo admiraba y quería como si fuese su propio padre. Me he quedado con la espina de no haberme despedido de él, pero sé que a pesar de eso, acostumbraba a preguntar por mí con frecuencia porque, sin duda, me quería tanto con yo a él. Me quedo con eso y con todo lo que, quizás, sin saberlo ninguno de los dos, influyó en mi desarrollo como persona.


Desde ahora, el 22 de febrero se convertirá en una fecha señalada en mi calendario. Una fecha que siempre será la del recuerdo de José Luis. Cada aniversario, recordaré el tono de su voz pronunciando mi nombre, los viajes en su furgoneta repartiendo muebles por las casas de Vilanova, su mano elevada para marcar la nota antes de que arrancásemos a cantar en la coral, su sonrisa orgullosa señalando al coro cuando el público aplaudía, o su pose de director satisfecho por el trabajo bien hecho.


Por tanto, mientras no llegue mi turno, su recuerdo perdurará en mi cabeza para siempre, y su nombre saldrá a la luz por algún motivo. 


Ahora toca despedirme de él y decirle: "hasta siempre maestro, espero que allá donde estés, puedas encontrarte con tu querida Paquita. Descansa en paz, amigo”.


Publicado en PontevedraViva.com el día 08 de marzo de 2024


viernes, 1 de marzo de 2024

La presunta dignidad de Ábalos

András, 01 marzo de 2024


Es muy respetable que Ábalos quiera preservar su dignidad, pero los sillones del Congreso de los Diputados, no están para eso. De grave y triste se puede considerar su intervención para anunciar que se pasaba al grupo mixto.


En su comparecencia, lejos de lograr lo que pretendía, lo que hizo fue dañar su dignidad porque, si realmente quisiera protegerla, lo que tenía que haber hecho era presentar su dimisión en el mismo momento en que detuvieron a su colaborador, todo lo demás, en política, no vale.


Es cierto que el ex ministro no está siendo investigado por nada, ni siquiera se le imputa algún delito en la trama en la que fue detenido Koldo García. Pero la cosa no va de que estuviese al corriente de las tropelías del asesor, incluso podemos imaginar que no tuviese ni idea de lo que hacía. De lo que va esto, es de que era plenamente consciente de que tenía a una persona en su entorno que estaba dónde no le correspondía.


El error de Ábalos es equivocarse gravemente al nombrarlo, y permitirle estar donde no debía, haciendo negocios para enriquecerse sin controlar absolutamente nada de lo que hacía. Fue él, como ministro, quien lo puso al frente de cargos de relevancia en Renfe y Puertos del Estado, y eso, en sí mismo, es una responsabilidad grave que no tiene nada que ver con la corrupción que vino detrás. 


Por tanto, en el mismo momento que este señor es detenido, sin necesidad de intervención de nadie del partido, el propio Ábalos tenía que haber dejado su puesto, reconociendo el error de su nombramiento, y disculpándose por ello. Eso se llama error de juicio, y es lo que se le reprocha y por lo que tenía que haber dejado el acta de diputado.


Si después, la justicia lo investiga porque cree que hay algún indicio de responsabilidad por su parte, ya será cosa de la justicia, pero las responsabilidades políticas, que nada tienen que ver con las judiciales, se depuran dimitiendo de los cargos públicos y poniéndose a disposición de la justicia para lo que sea menester. Sobre todo, cuando uno está tan seguro de ser inocente. 


En definitiva, el error de juicio de Ábalos está probado y demostrado en el momento de la detención de su colaborador, y no necesita ningún tipo de instrucción judicial. Con su decisión de no dimitir y quedarse atrincherado en el grupo mixto, apelando a esa llamada a la dignidad, lo único que logra es dañarla mucho más. La dignidad de un político se defiende asumiendo la responsabilidad de dejar el cargo voluntariamente, no llorando en las televisiones. 


Publicado en PontevedraViva.com el día 01 de Marzo de 2024