viernes, 24 de junio de 2022

Oltra… más

András, 24 Junio de 2022


Si algo está claro, es que todos los dirigentes políticos siguen un patrón muy claro de actuación, consistente en la aplicación de la doble vara de medir en función de quién sea el afectado. Es curioso, lo que les cuesta ponerse de acuerdo para resolver los problemas de la gente, y lo mucho que coinciden en la forma de enfocar los asuntos propios, dejando de lado la ideología cuando se trata de sus intereses.


El último ejemplo esta misma semana, con la dimisión de Mónica Oltra, que no lo hizo por convencimiento, sino por obligación. En la rueda de prensa que convocó para dar explicaciones, se presentó como una víctima, disparando contra todo y contra todos, cuando lo único que ocurre es que ha sido imputada por delitos muy graves de los que nadie, salvo ella, tiene culpa alguna.


El caso es que, después de haber repetido hasta la saciedad que se mantendría en el cargo, porque era lo ético, lo estético y porque de ello dependía poco menos que la defensa de la democracia frente al fascismo, dimitió. ¿Por qué lo hizo entonces?


Lo que realmente ha ocurrido, es que fueron los de su propio partido los que le han enseñado la puerta de salida para que el PSOE no rompiera la coalición y se quedasen sin la sopa boba del salario público. Es decir, no es que la considerasen culpable o siquiera presunta culpable de los delitos que se le imputan, sino que les parecía un estorbo para sus intereses. 


En su derecho está la dimisionaria a sentirse perjudicada de una conjura fascista, mediática o como quiera definirla, y a proclamarse como víctima de un sacrificio que, como dijo, pasará a la historia de la infamia. Sin embargo, debería tener presente que afirmar que van a por ella porque hace políticas contra los poderosos, deja en muy mal lugar a sus compañeros de partido que no están imputados. 


¿O pretende acaso decir que todas las personas que no están imputadas y que defienden sus mismas políticas están al servicio de los poderosos? A ver si ahora va a resultar que quién no tiene una imputación encima es porque está sometido o entregado al capricho de quienes tienen el poder. 


Lo que le pasa a Mónica Oltra es que ha sido presa de su propia trampa, y que se creó un problema el día que nos hizo creer que cuando un tribunal imputa a un político, significa que algo ha hecho y que, por tanto, éticamente debe irse sin esperar a ser condenado o absuelto. En definitiva, sin esperar a nada. 


No hay ninguna ley que diga que un dirigente imputado tiene que dimitir, lo que hay es una doctrina defendida, entre otras muchas, por la propia Mónica Oltra, por cierto, de forma muy vehemente. ¿Qué es lo próximo? Pues lo típico, si el juez archiva su causa será un gran profesional, pero si el juez sigue adelante con la denuncia contra ella, entonces será un fascista. Esta película ya la hemos visto antes, y la señora Oltra, no deja de ser una más... Oltra, más. 


Publicado en PontevedraViva.con el día 24 de Junio de 2022



viernes, 17 de junio de 2022

¿Cuál es su modelo señor Feijoo?

András, 17 Junio de 2022

El Senado es un lugar de contrastes, porque igual te encuentras a quien estando en el ocaso de su vida política se le busca un acomodo a costa del erario público, como aquellos que están iniciando una nueva etapa y necesitan una plataforma desde la que postularse. Como Feijoo que, gracias a ese pozo sin fondo que son las designaciones autonómicas, se fue allí para poder hacer campaña contra el presidente del Gobierno desde dentro de las instituciones.

Feijoo está siguiendo la estrategia de la moderación, tratando de presentarse ante la sociedad como un político tranquilo, en una clara intención de no molestar demasiado a los votantes y de parecer bueno para todos. Para los que son de derechas, y para los que no son.

Sin embargo, a pesar de esa aparente imagen de hombre bueno, todavía tiene que definir qué quiere hacer con el partido. Si quiere que el PP sea una derecha moderada y alejada de la ultraderecha o si, por el contrario, se encama con ellos para lograr el poder.

Y en ese viaje a no se sabe dónde, empieza Feijoo a meter un poco de caña en sus intervenciones. Sin alcanzar, de momento, el nivel de su antecesor, ya ha empezado a percatarse de que, con ese tono de niño bueno del colegio, no va a ningún lado.

Hace unos días, se descolgó con unas declaraciones en las que venía a compararse con otros líderes, y afirmaba que él no es Pedro Sánchez ni Yolanda Díaz porque no se identifica con unos personajes que, según sus propias palabras, son dañinos para el estado de derecho.

Está bien que pueda tener su propio espejo en el que mirarse, pero si pretende alcanzar la presidencia del Gobierno, es entendible que nos preguntemos cuál es su modelo a seguir. ¿Es quizás Mañueco, que ha convertido en vicepresidente autonómico a Juan García-Gallardo Frings, un militante de la ultraderecha que no cree en la España de las autonomías y que pretende convertir a Castilla y León en una región donde las mujeres sean mujeres, madres y trabajadoras? En ese orden, igual que hace cincuenta años.

¿Se identifica mejor Feijoo con un vicepresidente autonómico que forma parte de una institución que él mismo considera una estafa? Por cierto, ¿alguien que pertenece a una institución que es una estafa, no es un estafador? ¿Se identifica usted mejor con este modelo, señor Feijoo? ¿Quiénes considera que son más dañinos para la democracia, Yolanda Díaz o García-Gallardo?

Las formas, son importantes en política igual que en todos los órdenes de la vida. Pero también lo es el fondo, y hasta que se defina, no podremos saber si las formas se corresponden con sus intenciones políticas o si, por el contrario, se trata de una careta con la que engañarnos para lograr el poder. Hasta entonces, tenemos derecho a dudar.

Publicado en PontevedraViva.com el día 17 de Junio de 2022


viernes, 10 de junio de 2022

La izquierda pierde fuelle

 András, 10 Junio de 2022

Las elecciones se ganan de dos formas, movilizando o desmovilizando a los votantes, porque lo de tratar de convencerlos con argumentos está, desgraciadamente, sobrevalorado. Así llevan años disputándose el poder PP y PSOE en España, y así pretenden llevarse el gato al agua en Andalucía.

El PP desmovilizando a los votantes de la izquierda, hastiados por tantos años de rodillo socialista. Y en el PSOE, buscando la movilización de los suyos a costa de meterles el miedo en el cuerpo con el fantasma de la ultraderecha, y anticipando un posible pacto con el PP.

¿Qué resulta más fácil, movilizar o desmovilizar? En este caso, si bien el PSOE esperaba que la candidatura de Macarena Olona fuera un revulsivo para los votantes de izquierdas, posiblemente no sea así. El cansancio en su electorado es tal, que ya les da igual quien venga o deje de venir. Además, los argumentos utilizados para la desmovilización, empiezan a perder fuelle.

En efecto, es posible que el miedo a la ultraderecha empiece a ser una munición un poco gastada. A fin de cuentas, Vox lleva cuatro años influyendo en las decisiones del gobierno andaluz y no ha pasado nada especialmente grave.

Por el contrario, el partido socialista viene acumulando muy malos resultados en las últimas citas electorales. En Castilla y León, donde venía de haber sido la primera fuerza, en la Comunidad de Madrid, donde obtuvo un resultado calamitoso, etc… Es decir, hay una tendencia de fondo negativa para el partido socialista en muchos territorios, y no parece que en Andalucía vaya a ser diferente.

Además, por si fuera poco, el PSOE se presenta con un candidato desconocido, un partido desmotivado y un Gobierno central que resta más que suma. Resulta curioso que el PP haya dado un vuelco tan grande al PSOE en Andalucía, sobre todo después de haber sido el primer partido en lograr el gobierno con el apoyo de Vox. ¿Qué fue de aquella alerta anti fascista que pronosticaba la izquierda? ¿Dónde está la involución que se iba a producir en Andalucía? Es probable que ahora se estén aplicando políticas de derechas, pero de eso, a la destrucción total hay un trecho.

Sin duda, lo peor que le puede pasar a un dirigente político es anunciar el apocalipsis y que éste no se produzca. Y que, en lugar del desastre pronosticado, el actual gobierno andaluz obtenga una buena nota en su gestión a pesar del apoyo de la ultraderecha. Pero el problema puede ser más grave todavía, porque el crecimiento de Vox no es a costa del PP, sino de los propios votos de la izquierda. Por tanto, menos meter el miedo en el cuerpo, más ideas, más argumentos y, sobre todo, más trabajo señores del PSOE.

Publicado en PontevedraViva.com el día 10 de Junio de 2022


viernes, 3 de junio de 2022

Malos augurios

 András, 03 Junio de 2022

Todos los sondeos que se están realizando de cara las próximas elecciones andaluzas dan como claro vencedor al PP, pero con la duda de si podrá formar gobierno en solitario o, por el contrario, necesitará del apoyo de Vox para hacerlo, lo cual, en cierto modo, lo situará a los pies de los caballos, ya que la opción de establecer una coalición de moderación con el PSOE parece, tristemente, imposible.

La otra lectura que arrojan los sondeos, es la debacle del PSOE, que paga los años de corrupción en la comunidad y el agotamiento institucional al que han sometido a los andaluces en tantos lustros de poder casi omnímodo. Es triste ver a lo que ha llegado el partido en la comunidad en la que fue líder durante todo el periodo democrático reciente.

Al PSOE le está pasando factura el despilfarro en Andalucía, pero también los líos en el Gobierno nacional. No es de mucha ayuda para su candidato que el gobierno de coalición esté constantemente a la gresca, con una parte del mismo permanentemente interpelando al propio Gobierno del que, por si no se han dado cuenta, forman parte.

La última a cuenta de la cumbre de la OTAN en Madrid, con el Gobierno (Podemos) acusando al Gobierno (PSOE) de adjudicar a dedo la organización de la misma. En definitiva, el Gobierno acusa al Gobierno de trato de favor a algunas empresas, en un esperpento al puro estilo valleinclanesco.

Debemos de ser el primer país del mundo que tiene una parte del gobierno a favor de la OTAN y otra en contra. Olvidan que una cosa es el Gobierno y otra los partidos que lo sustentan, y dan la espalda a la importancia de mantener una postura única en cualquier decisión del Consejo de Ministros.

Por eso se desangra el partido en Andalucía, y se atisban malos augurios para PSOE y Unidas Podemos en las futuras elecciones nacionales. Porque a los problemas de gestión, a los errores en políticas aplicadas, al desgaste de la pandemia, se une un descontento generalizado por la actitud de los miembros del Gobierno, que no actúan como tal, sino como simpatizantes de un partido político. Cada uno del suyo.

Publicado en PontevedraViva.com el día 03 de Junio de 2022