viernes, 29 de diciembre de 2023

Una desgracia y un peligro

András, 29 diciembre de 2023


En España, tenemos una desgracia como otra cualquiera que es, la derecha que sufrimos. Una derecha que se dedica a poner palos en las ruedas de los avances de la nación siempre que no ejercen el poder. Una derecha que no ha votado a favor de los derechos sociales que nos han situado a la vanguardia del mundo democrático.


Más allá de su ideología, retrógrada, arcaica y anclada en el pasado, el problema es su falta de visión de la realidad que vivimos en la España del siglo XXI, que no es la de los Reyes Católicos, ni siquiera la de la Transición o la de hace veinte años. Muchos son los acontecimientos que han ocurrido, y que han sacado a la luz lo que realmente es España. 


Por supuesto, algunos problemas que afloran hoy en día vienen arrastrados de épocas anteriores, pero ahora, la diferencia es que hay una democracia, y la gente tiene derecho a dar su opinión y reclamar derechos. Eso es lo que parece no entender la derecha, que se ha quedado en la Transición.


Pero, si la derecha es una desgracia, peor es el apéndice que, desde hace unos años, ha cobrado vida propia fuera de las faldas del PP. Me refiero a la extrema derecha de Vox, que supone, sin duda, la mayor amenaza para la democracia española a día de hoy. 


Muy por encima de los desafíos soberanistas de los nacionalismos periféricos, el avance de la ultraderecha representa el auténtico peligro de la nación. Empezando porque su sola presencia, el odio que destilan y las ideas que tienen, aumentan y refuerzan la idea y las ansias de los independentistas. 


A fin de cuentas, los independentistas buscan alcanzar un estado propio para sus territorios, legítimo siempre que se haga por los cauces democráticos que nuestro ordenamiento jurídico establece; pero la ultraderecha, lo que pretende es acallar a los que piensan diferente mediante la ilegalización de partidos. 


Escuchar los discursos de Abascal, además de ser un ejercicio de infinita paciencia, da miedo. Cierto es que estamos protegidos por una democracia consolidada, con una mayoría parlamentaria de fuertes raíces democráticas, pero su mensaje es para estar alerta. 


No debemos cejar en arrinconar a la ultraderecha porque, además, contamos con la deslealtad y el oportunismo del PP, de hecho, tienen el gran honor de haberlos metido en las instituciones cincuenta años después. 


La investidura de Pedro Sánchez, en sí misma, representó lo que somos hoy en día. Una España muy plural que se une contra la ultraderecha y la derecha más desleal de los últimos años. Partidos de izquierdas, de derechas, nacionalistas… todos, menos el PP, juntos para señalar y arrinconar a la ultraderecha. Eso, ya justifica una legislatura.


Publicado en PontevedraViva.com el día 29 de diciembre de 2023


viernes, 22 de diciembre de 2023

Siempre racaneando

András, 22 diciembre de 2023


El Gobierno sigue en su línea de aumentar el salario mínimo, sobre todo, porque en España hay tres millones de personas que lo cobran. La propuesta consiste en un aumento del 4% para el próximo año, lo que supondría unos 43,20 euros más al mes de lo que cobran actualmente. Lógicamente, ni patronal ni sindicatos están de acuerdo, unos por exceso y otro por defecto.


Que los sindicatos pidan más es lo esperado, pero resulta curiosa la posición rácana de los empresarios, a pesar de que los márgenes de beneficios de las grandes compañías se han disparado este año a cifras récord, con un aumento de la rentabilidad a pesar de vender menos, solo que significa que están ganando más dinero. Por eso pueden negarse a subir 40 míseros euros a quienes no llegan a fin de mes.


Para los empresarios, las subidas de salarios son como el aspecto territorial para el PP. No se pueden tocar porque el tejido empresarial se rompería, España estaría amenazada por algún tipo de plaga bíblica y acabaría rompiéndose. Todo mentira.


Lo mínimo exigible sería vincular el crecimiento de los salarios a la inflación porque, cualquier tipo de subida salarial que esté por debajo, significa, en la práctica, perder poder adquisitivo. Lo que funciona es todo lo contrario de lo que viene planteando la patronal desde siempre. Es decir, las subidas del salario mínimo y la transformación de los contratos temporales a indefinidos, han generado el crecimiento del empleo, de la demanda interna y, en definitiva, del PIB.


Afortunadamente, todo lo que iban a ser efectos nefastos por las subidas salariales por encima de la inflación, no se han cumplido. El problema ahora, es que, para suscribir un acuerdo, la patronal exige una condición que nada tiene que ver con la negociación colectiva, que es la modificación de las condiciones de la contratación del sector público. 

Posiblemente sea necesario revisar los requisitos de la contratación pública, pero no en este marco. ¿Cuáles son las empresas que optan a este tipo de contratos? ¿A qué tipo de empresas representa la patronal que, para negociar el salario mínimo interprofesional, pone como condición la revisión de los contratos con la administración pública?


Publicado en Pontevedraviva.com el día 22 de diciembre de 2023


viernes, 15 de diciembre de 2023

Barra libre

András, 15 diciembre de 2023


Continúa la locura en Oriente Próximo. Los muertos se cuentan por decenas de miles, en una masacre de la que Israel es el único responsable. El gobierno israelí ha entrado en bucle, asesinando a inocentes y calificando de antisionismo a todos los que llaman a mantener la cordura para que no se extermine a la población en Gaza. 


Se puede, y debe, condenar a Hamás porque atenta, en primer lugar, contra el propio pueblo palestino, erigiéndose en libertadores cuando solo son terroristas. Pero mayor condena requiere la actitud israelí, a fin de cuentas, se trata de un estado supuestamente democrático que se dedica a hacer terrorismo de estado de forma indiscriminada contra civiles desarmados.


Las cifras que estamos viendo de fallecidos son inasumibles y merecen una condena rotunda por parte de todos. Sin embargo, esto no significa que todo el mundo sea antisionista, ni que se pretenda aniquilar al estado de Israel, simplemente es ver una realidad que se está llevando por delante a miles de personas inocentes.


Resulta desolador observar que no hay consenso en el análisis de la situación, y que no todo el mundo está de acuerdo en que la guerra contra civiles no es una solución. ¿En quienes pueden confiar los palestinos si, por un lado, se ven atemorizados por Hamás y por el otro bombardeados por Israel? ¿Qué les queda, si la comunidad internacional hace oídos sordos a tanta barbarie?


Israel lleva ninguneando a la ONU desde su formación como estado a la que, por cierto, le debe lo que es. Ha pasado por alto más de veinte resoluciones emitidas en su contra, en cuestiones como el desalojo de los territorios ocupados, la condena por el secuestro de un avión sobre territorio libanés, etc… Pareciera como si Israel tuviera barra libre desde la partición de los territorios en los años cuarenta, y como si el genocidio del que fueron víctimas les otorgase licencia para hacer lo que les venga en gana. ¿Hasta cuándo va a estar la humanidad en deuda con ellos?


Estamos ante un problema, a día de hoy, sin solución posible. Desde el mismo día del nacimiento del estado de Israel, se está viviendo allí una guerra perpetua a la que nadie quiere poner coto. Sería deseable que algún día la comunidad política internacional alcanzase a tener la cordura suficiente para encontrar alguna solución, pero parece que la creación del estado palestino, es la más sensata.


Publicado en PontevedraViva.com el día 15 de diciembre de 2023


viernes, 8 de diciembre de 2023

Del aplauso a la algarada

András, 08 diciembre de 2023

Hace tiempo que el PP se ha echado al monte, y ahora les ha dado por competir con los que desprestigian y ningunean las instituciones.

Porque, si grave es no acudir a una sesión del Congreso, sobre todo a la inaugural de una legislatura, más grave es despreciar a su presidenta que, no lo olvidemos, es la tercera autoridad del Estado.

Pues, lo primero, llevan años haciéndolo los independentistas; y lo segundo, es la nueva práctica del PP. Una vez más, alineados con la extrema derecha, en una lamentable demostración de descortesía y mala educación, no con la presidenta Armengol, que pertenece al PSOE, sino con la institución que representa, los diputados y diputadas del PP no aplaudieron su discurso porque no es de su partido y porque están enfadados por no tener el poder.

El partido que presume de ser más español que nadie, de constitucionalismo, de patriotismo y que cree que los símbolos del estado le pertenecen, se mofa de las instituciones porque las urnas los han puesto en la oposición.

Así es el PP que, además de rencoroso y desleal, ahora ha cambiado los aplausos y el respeto institucional por la algarada callejera, aunque, eso sí, envueltos en la bandera, que siempre da un poco más de empaque y credibilidad.

Pero la cosa no acabó ahí, porque después salió el moderado Feijoo a los medios para pedir que les descuenten el salario a los que no han asistido a la sesión inaugural. En eso lleva razón, porque debería ser obligatorio que sus señorías estén presentes en todas las sesiones del Congreso.

Además, hace gala Feijoo de una enorme coherencia, porque ya dijo lo mismo cuando Rajoy, en pleno debate de la moción de censura que acabó con su mandato, abandonó el Congreso para emborracharse en un restaurante cercano y dejó el bolso de la vicepresidenta en su escaño. Vamos que, a la moderación, une el señor Feijoo la coherencia entre sus destacadas virtudes.

Muy bien, señor Feijoo, siga por ese camino, usted a lo suyo.

Publicado en PontevedraViva.com el día 08 de diciembre de 2023

viernes, 1 de diciembre de 2023

¿Qué es peor?

András, 01 diciembre de 2023 

En el contexto político actual, lejos de mayorías absolutas que permitan a los grandes gobernar sin apenas dar explicaciones, nos enfrentamos a dos modelos diferentes de hacer política. Ambos, se ven en la necesidad de pasar por el peaje del pacto para alcanzar el poder, algo que, de entrada, ya es una buena noticia para la democracia.

En España, hay multitud de sensibilidades y formas de pensar, muchas de ellas con representación parlamentaria para que sus voces se puedan escuchar en la sede de la soberanía nacional, donde se toman las decisiones que afectan a todos.

Y es ahí, en el Congreso, donde tratan de sacar rendimiento a los votos obtenidos, algo tan legítimo como la propia Constitución. No olvidemos que, gracias al apoyo de partidos minoritarios, se han logrado importantes avances en derechos, no solo en aquellas regiones de las que provienen, sino en aspectos que afectan a la vida de todos los españoles. Sin ir más lejos, la subida del salario mínimo se la debemos a la propuesta del PSOE y al apoyo recibido de partidos con poca representación parlamentaria.

El problema es que, el Partido Popular, que está habituado a hacer y deshacer a su antojo, no está acostumbrado a pactar. Por eso rechazan el gobierno de coalición y lo deslegitiman calificándolo de gobierno Frankenstein, porque les falta la cultura del pacto y el respeto a las minorías.

Sin embargo, en la España actual, más plural que nunca, no tienen más remedio que hacerlo si quieren gobernar. Y así, surgen dos modelos diferentes de alianzas. El del PSOE, con los independentistas, aceptando cesiones en el ámbito territorial que, no lo olvidemos, siempre tendrán que pasar por el filtro del Parlamento y del Tribunal Constitucional, si fuese necesario.

Y el del PP, basado en encamarse con la ultraderecha y aceptar cesiones que suponen regresión de derechos sociales, pérdida de derechos para las mujeres, para las minorías, para los inmigrantes... En definitiva, poco menos que volver a la España en blanco y negro.

Para simplificarlo, podríamos decir que unos negocian con el asunto territorial, cediendo competencias y reconociendo la singularidad de los territorios que conforman el Estado; y los otros, negocian con los derechos sociales, poniendo en riesgo lo que tantos años hemos tardado en lograr. ¿Qué es peor?

Publicado en PontevedraViva.com el día 01 de diciembre de 2023