martes, 30 de junio de 2020

El ¿debate? gallego

András, 30 Junio de 2020

Los debates televisivos con los candidatos a las elecciones son todos patéticos. Pierden más tiempo en explicar las normas, que en el propio debate. Si los periodistas de la tele pública tienen que explicarse y justificarse tanto, es que no tienen la conciencia tranquila y algo esconden.


En el tema de la pandemia, cuando la gestión era nacional se exigía. Ahora que hay rebrotes y la gestión es autonómica, lo que hace la Xunta son recomendaciones. ¿No era esto lo que se le recriminaba al gobierno central? ¡Qué poca memoria!


Es curiosa la preocupación que de repente les ha sobrevenido a todos los políticos por los mayores que viven en residencias. Hasta que llegó el coronavirus nadie se acordaba de ellos para nada.


El candidato del PSOE habla como un robot. Parece un autómata programado para largar un discurso prefabricado. Demasiado agresivo en el tono. 


Feijóo tiene más tablas, el poder da tranquilidad, pero no se maneja bien en el terreno embarrado. Mucho griterío, pocas ideas, y menos debate. Con tantas personas no hay confrontación de ideas, es un disparate donde no hay opción a la réplica porque hay demasiadas alusiones.


¿De dónde sacan los de Vox a sus candidatos? ¿Hay muchos de estos en Galicia?


¡Qué básico es todo esto! Lo que va bien es gestión autonómica, y lo que va mal es gestión nacional. Eso si el gobierno es de otro color. Si es del mismo color, todo va bien.


Los de Podemos siguen mimetizándose. El candidato gallego habla y gesticula como Pablo Iglesias. ¿No serán una secta?


Si no fuera porque nuestro futuro está en manos de esta gente, sería para echarse a reír. ¡Son todos patéticos!

domingo, 28 de junio de 2020

EIRA DO MUIÑO

András, 28 Junio de 2020

Se equivocan


Se equivoca la oposición con su estrategia para tumbar al Gobierno. El cuanto peor, mejor, no es bueno para nadie. Ni siquiera para ellos. Y tampoco para los que dicen defender. Hacer oposición es una tarea de inteligencia política, no de pasión desbordada e impulsos. Hacer oposición pensando que el Gobierno puede caer al día siguiente es absurdo, sobre todo sabiendo que no hay alternativa en el Parlamento. Ni política, ni matemática.


Ya estamos en los minutos de la publicidad


Pasada la peor parte de la pandemia, toca empezar a hacer propaganda para que la gente pierda el miedo y vuelva a gastar dinero de nuevo. Por eso la vicepresidenta Calviño dice que hay muchos afiliados nuevos a la Seguridad Social, que el paro desciende y que vuelve la alegría al consumo. Propaganda, aunque viniendo de ella algo más de credibilidad tiene.


A ver lo que dura 


Ciudadanos va a apoyar al Gobierno en el decreto para regular la “nueva normalidad” tras el estado de alarma. Ya lo apoyó en el estado de alarma y sus prórrogas, y parece que también está por la labor de hacerlo con los presupuestos generales del estado. ¿Se está centrando Ciudadanos, o todo responde a la ausencia temporal de Arrimadas? La buena noticia sería lo primero, y que los de centro se estén centrando, abandonando la senda de los gobiernos apoyados en la ultraderecha y tratando de ayudar a arrinconar a los independentistas. A ver lo que dura, pero de momento son buenas noticias. La marcha de Rivera, como muchos fallecimientos familiares, ha provocado que los que quedan vivan mejor. Así es la vida, muerte de unos, vida de otros.


Casi igual que aquí 


Un ex asesor de Trump ingresará en prisión para cumplir una condena de 40 meses por mentir en el Congreso. Las comparaciones, como siempre, son odiosas, pero si aquí hicieran lo mismo los jueces, no quedarían diputados ni senadores, y tendríamos que rotar todos los ciudadanos para ocupar los escaños. No es que los americanos tengan una democracia perfecta, es más bien que aquí estamos muy alejados de tener una democracia plena.


O todo o nada


¡Cómo ha cambiado la cosa! Ahora nos encontramos las mesas de los bares desinfectadas, con carteles que nos indican “señores clientes, esta mesa ha sido desinfectada”. Aquí, o todo o nada. Hemos pasado de no limpiar a desinfectar. Antes nos hubiéramos conformado con que, en muchos lugares, se le hubiese pasado un paño húmedo a las mesas. En fin... somos así...


sábado, 27 de junio de 2020

Ana Pastor gana enteros

András, 27 Junio de 2020

El PP ha elegido a Ana Pastor como portavoz en el debate sobre el decreto de medidas urgentes por el asunto del COVID-19. Viendo cómo defiende el apoyo de su parido al Gobierno en este asunto, con un tono moderado, aunque no exento de crítica, debería hacer que el PP se replantease qué dirección quiere tomar. 


Las comparaciones son inevitables con la actual portavoz del partido en el Congreso, Álvarez de Toledo, quien utiliza siempre discurso bronco, agresivo y buscando la máxima confrontación. 


Dos estilos diferentes, dos formas de entender la oposición y dos mujeres separadas por un abismo, incluso ideológico. No es creíble que ambas defiendan la misma ideología. Comparten partido, pero una está en un extremo y otra en el contrario.


Con Pastor el partido gana en solidez, en credibilidad, en moderación, en atención y, sobre todo, el respeto de sus rivales políticos. Parece ser que su elección para formar parte de esta comisión fue del propio Casado, basándose en la formación médica de la ex ministra. No es una mala razón, pero mejor sería que se fijara en ella por otros motivos, más a largo plazo, tanto para su partido como para el bien de la estabilidad política nacional.


viernes, 26 de junio de 2020

Acto de fe

András, 26 Junio de 2020

Pedro Sánchez ha pedido el apoyo de la oposición para auditar la gestión de la crisis sanitaria porque, supuestamente, quiere saber qué se hizo mal para aprender de lo ocurrido y no repetirlo. Si las intenciones del presidente fueran realmente esas, sin duda sería una gran noticia. Pero lo que verdaderamente quiere Sánchez, es crear una comisión para hablar de futuro, no de pasado. 


Una comisión de evaluación mixta Congreso-Senado, dijo exactamente, para hablar “de las cosas que tenemos que aprender”. ¿Ni siquiera sabemos cuántos muertos ha causado el coronavirus, con un dato que lleva más de dos semanas congelado, y nos quieren hacer creer que les interesa saber qué fue lo que falló en enero y febrero?


El repentino interés del presidente del Gobierno no es creíble porque ha dedicado la mitad de sus homilías dominicales a la autocomplacencia. A ponerse nota alta a su gestión, a presumir de que actuó antes y mejor que los demás gobiernos europeos. A predicar que esto nadie lo vio venir hasta el día que se tomó la decisión del confinamiento. Y, sobre todo, porque lleva semanas diciéndonos que de esto salimos más fuertes. ¿Qué hay por tanto que evaluar si lo han hecho todo tan bien que incluso ejercerá un efecto palanca sobre la economía?


La comisión mixta no tiene futuro. Y el Gobierno no quiere hablar de lo que ha pasado porque ya han construido su propio relato en clave de éxito. Tanto que, en un acto de sobrada osadía, el propio presidente se ha atrevido a decir que han salvado casi medio millón de vidas. 


Uno de los principales problemas que tenemos en España es que ninguna auditoría realizada por los grupos políticos resulta fiable. Por eso crean comisiones de investigación, porque no quieren saber la verdad. Lo único que buscan son coartadas que avalen sus argumentaros prefabricados con anterioridad, y una comisión que santifique o condene al gobierno o a la oposición de turno. 


Pero es peor aún, porque ni siquiera es imaginable que pueda encomendarse a un grupo de personas de prestigio una indagación rigurosa de los hechos con el único afán de saber qué y porqué pasó, es decir, un examen no alineado políticamente, con conclusiones fiables y recomendaciones sólidas.


La omnipresencia de los partidos y de los palmeros que los sustentan en todos los ámbitos de la vida pública es tal, que una comisión no política en este país sería un acto de fe. Y ya sabemos que todo lo que depende de la fe tiene poco recorrido.


Publicado en PontevedraViva.com el día 26 de Junio de 2020











domingo, 21 de junio de 2020

Cambio de pantalla

András, 21 Junio de 2020

España deja atrás el estado de alarma. Tres meses después de que el Gobierno lo decretase por primera vez cuando, sabiendo que ya llegábamos tarde para cualquier otra medida, pensó que lo único útil para romper la cadena de contagios era en confinamiento. Es decir, evitar la libre circulación por la resignación de no tener fármacos para neutralizar el virus.


El estado de alarma ha durado del 14 de marzo al 19 de junio. Ya podemos salir de casa, desplazarnos a donde nos parezca sin el riesgo a que nos puedan multar ni tener que dar explicación alguna. Eso sí, la libertad de movimientos no está exenta de ciertas medidas de seguridad que, desde ya, se hacen imprescindibles. Como el uso de la mascarilla, las distancias mínimas de seguridad, los aforos limitados en ciertos espacios públicos. Pero se acaban las fases, las franjas, etc...


Algunos presidentes autonómicos, en el tiempo de descuento del estado de alarma, y para tratar de despuntar un poco a última hora, han adelantado el final de la desescalada. Para poder decir que han hecho algo, para vender como un logro algo que, en realidad, no es nada. Por ejemplo Barcelona, que ha tenido una fase tres que ha durado un día, ¿qué sentido tiene eso? O Madrid, que pasará directamente de la fase dos a la normalidad. No es casualidad que sean precisamente estas comunidades las que tengas estas peculiaridades. No hay más que ver quiénes las presiden.


Lo cierto es que a partir de ahora todo queda en manos de la población, y debemos apelar a nuestra responsabilidad y a la auto protección para evitar los contagios.


viernes, 19 de junio de 2020

El más listo de la clase

András, 19 Junio de 2020

De todos los presidentes autonómicos, Feijóo ha demostrado ser el más listo de la clase. La verdad es que no lo tenía muy difícil, porque viendo el percal que le rodea, superarles se presumía bastante fácil. Nos podemos imaginar las videoconferencias de los domingos con los Torra, Fernández Vara, Ayuso y compañía. Deberían de televisarlas para que les viésemos las costuras a todos. 


El caso es que Galicia ha sido la primera Comunidad Autónoma que ha salido del estado de alarma y eso, es un mérito compartido de ambos gobiernos, el central y el autonómico porque, a pesar de que había un mando único, la responsabilidad final era de las propias Comunidades Autónomas; algo que a muchos les ha costado entender, pero que presidente gallego, enseguida supo de qué iba esto.


Los demás se han dedicado en todo este tiempo a tirarle los trastos a la cabeza de Sánchez, a pedir lo imposible y a tratar de demostrar que por encima de la salud pública están los intereses de sus comunidades. Por eso pedían cambiar de fase antes de tiempo, la apertura de las playas anticipadas, la celebración de las fiestas patronales... 


Por no hablar de las salidas de banco de Torra, a quién hay que darle de comer aparte, y que exigía para Cataluña el dinero que deben repartirse todas las Autonomías. En fin, una variedad de boutades sin sentido, por boca de unos dirigentes que no dan la talla.


Pero se han equivocado. Primero porque el conjunto de sus peticiones se demostraron absurdas y, en segundo lugar, porque la mayoría tienen unas dificultades enormes para trasladar un mensaje claro. Realmente, viendo el nivel de los presidentes autonómicos, dan ganas de presentarse.


Feijóo ha hecho todo lo contrario. Ha criticado cuando tenía que hacerlo, ha realizado propuestas, ha asumido las decisiones del gobierno de España, ha sido leal y, sobre todo, ha reconocido el mérito de la gestión compartida. Posiblemente por propio interés electoral, pero lo ha hecho. Y eso también es lo que se le pide a un dirigente, saber reconocer los méritos de los demás, porque te engrandece. Es la mejor forma para que los votantes de tus adversarios te sigan viendo como un líder bien valorado a pesar de votar a otros. Que se lo hagan ver en el PSOE gallego.


Por encima de ideologías, igual que se debe criticar los errores, hay que aplaudir el trabajo bien hecho cuando se hace, y Feijóo es, ahora mismo, el político que ofrece una mayor credibilidad. ¿Dónde va Caballero contra él en las próximas elecciones gallegas? ¿Qué le va a reprochar si su propio contrincante reconoce los aciertos del Gobierno que sustenta su partido? Urge el salto de Feijóo a Madrid para que centre la derecha, será bueno para todos. ¡Qué pena que juegue en el equipo contrario!


Publicado en PontevedraViva.com el día 19 de Junio de 2020





 


domingo, 14 de junio de 2020

EIRA DO MUIÑO

András, 14 Junio de 2020


¡Váyanse al carajo! 


Cómo estará la política, que cualquier cosa, por insignificante que sea, les sirve para saber pecho. Ciudadanos se jacta de haber conseguido que la distancia de seguridad a partir del decaimiento del estado de alarma sea de metro y medio en vez de dos metros. ¡Felicidades! ¡Qué gran logro! ¿Cómo les podremos agradecer esta medida que tanto nos va a beneficiar? Por favor, ¡Váyanse al carajo!


Un poco de seriedad 


Podemos tiene que saber diferenciar entre la acción política revolucionaria que le mueve, y la posición institucional que representan. Quieran o no, estar en las instituciones requiere de un saber estar que no tienen. No se puede decir todo lo que se dice cuando tienes responsabilidad de gobierno y representas una de las máximas instituciones del estado. Y si los demás hacen lo mismo, pues tú no lo haces. ¿No venían a cambiar la política? ¿A aportar aire fresco?


Ellos a lo suyo


Nueva sesión de control al Gobierno y, para no variar, más de lo mismo. Media Cámara acusando a la otra media de golpista y, la otra a la primera de antidemocrática. En fin... pocos argumentos, poco diálogo y menos iniciativa e ideas para dirigir el país.


Ingreso mínimo vital 


El ingreso mínimo vital aprobado por el Congreso de los Diputados por mayoría, suscita los típicos comentarios absurdos de gente que no sabe nada y que, curiosamente, son en su mayoría votantes de la derecha. “A ver quien trabaja ahora”. “Una paga para los vagos de este país”. “La izquierda lo que quiere es vivir sin trabajar” “Un sueldo para los que viven del cuento”... En fin, hablar no tiene puertas y el desconocimiento, por lo que se ve, tampoco.


Incrementar el gasto 


Si antes de la pandemia incrementar el presupuesto de educación era ya una prioridad, ahora es más necesario que nunca. Y eso es gasto público que las Comunidades Autónomas van a tener que asumir con la ayuda del Estado. Todas, las del PP y las del PSOE.




viernes, 12 de junio de 2020

La educación siempre lo último

András, 12 Junio de 2020

En otra cosa puede ser, pero en eslóganes campanudos no hay quién nos gane. Ahora estamos con la desescalada, una horterada de la factoría de marketing de Moncloa para definir la vuelta a la “nueva normalidad”, otro concepto absurdo, salvo que se refieran a la vida que les espera a quiénes han perdido familiares o el trabajo por culpa de la pandemia.  


Lo importante de la desescalada ya está claro, porque ya sabemos cómo pueden abrir los bares, las discotecas, los centros comerciales, sabemos cómo nos podemos colocar en las playas... En fin, lo esencial está todo controlado y previsto. Lo que no sabemos es cómo se reanudarán las clases a partir de septiembre, pero eso ya no es prioritario. 


Es decir, se está montando todo para que de aquí a unos días la gente se vaya de veraneo, pero desconocemos si los estudiantes podrán volver a las aulas y en qué condiciones. Total, ¿a quién le importa eso?


¿Es posible que a estas alturas aún estén dudando entre reabrir o no los centros educativos? Por supuesto que hay que reabrirlos, pero garantizando las medidas sanitarias mínimas, porque la vuelta a las aulas es algo inexcusable. Habrá que asegurar las distancias de seguridad, habrá que establecer unas ratios máximas de alumnos por aula, habrá que reforzar las dependencias para las clases presenciales, habrá que multiplicar la limpieza y la desinfección, habrá que contar con personal de prevención de riesgos laborales, habrá que aumentar las plantillas, habrá que desdoblar grupos... En definitiva, habrá que hacer lo que sea, pero habrá que hacer algo. 


Y todo ello costará dinero, por eso el Gobierno ha exigido que dos mil de los 16 mil millones que se van a repartir las Autonomías, se destinen a educación. Y por eso las Comunidades Autónomas no están de acuerdo, porque la educación es lo último para ellos. No es algo vendible, no sacan rédito político de desinfectar un colegio. Vende más subvencionar los hoteles de la playa que mejorar las condiciones sanitarias de los alumnos o contratar más personal educativo.


¿Por qué tienen tanto miedo a incurrir en deuda pública para educación si es algo que garantiza el bienestar en el futuro? No dejemos que este contexto sea una nueva oportunidad para recortar más todavía en educación que, junto con la sanidad, ha sufrido terribles recortes en los últimos años. Esta es una ocasión de oro para remontar y para darle a cada cosa la impotencia que realmente tiene. Acortemos los recortes y no los profundicemos. La cuestión es, ¿es esta la intención de los gobernantes?


Publicado en PontevedraViva.com el día 12 de Junio de 2020




viernes, 5 de junio de 2020

Ni saben, ni quieren ponerse de acuerdo

András, 05 Junio de 2020

Si fuésemos un país con tradición democrática sólida y contásemos con políticos serios, estaríamos haciendo un análisis a fondo de la crisis de la pandemia. No para atizar a nadie, sino para aprender de los errores y estar preparados para otros casos que pudieran suceder en el futuro. 

También se estaría planificando la salida de esto, tomando medidas a medio y largo plazo y reestructurando los objetivos de crecimiento. Pero somos España, y contamos con los peores políticos de Europa y de nuestra historia democrática reciente. Por eso estamos como estamos.

Es evidente que la gestión de la epidemia por parte del Gobierno no ha sido la más acertada. Se esperó a que hubiera más de 300 fallecidos para tomar cartas en el asunto tras ignorar, hasta en cuatro ocasiones, los comunicados de la Organización Mundial de la Salud, que advertía de la propagación del virus. 

Solo los que no quieren ver la realidad y los abnegados militantes de los partidos del Gobierno, niegan que cuando se tomó la decisión de proclamar el estado de alarma y de adquirir el material sanitario, ya íbamos a remolque. 

Después vinieron los pedidos de los test de detección del virus, que resultaron defectuosos porque no eran fiables, y la compra de mascarillas de protección, que pusieron en riesgo al personal sanitario que las utiliza y que, por cierto, la justicia está investigando. Todo ello, mientras seguimos contemplando con perplejidad la lotería diaria en que se ha convertido la contabilidad de las víctimas. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI no tengamos datos exactos de cuántos contagiados y fallecidos hay diariamente?.

Ahora, el presidente del Gobierno acaba de conseguir la sexta y última prórroga del estado de alarma, lo que hará que continuemos en esta situación hasta el primer día del verano. Y de nuevo, más de lo mismo, el politiqueo lo vuelve a enturbiar todo. 

Asistimos al regateo de los intereses políticos por encima del interés del país. Si, como dicen, la reducción de la movilidad es la medida más efectiva contra el contagio, ¿por qué cada partido condiciona su apoyo a intereses propios? 

¿Qué fue del interés general? Seguimos condicionados por los independentistas vascos y catalanes que, bueno es recordarlo, no defienden el interés de España, sino el suyo propio. Es obvio que contar con el principal partido de la oposición es primordial, y debería ser una obligación para PP y PSOE, cuando están en la oposición, apoyarse en asuntos que van más allá de la ideología. Pero no es así, vivimos siempre bajo el yugo de las minorías porque las mayorías ni saben, ni quieren ponerse de acuerdo. 

Publicado en PontevedraViva.com el día 05 de Junio de 2020