martes, 31 de marzo de 2020

Crítica y solidaridad son compatibles

A Rúa Nova, 31 de Marzo de 2020

Esta bien, y es necesaria, la crítica a la acción del Gobierno en el asunto del coronavirus. Los análisis, los cálculos, las decisiones adoptadas, los medios  disponibles, todo es susceptible de crítica. Estamos en una situación de emergencia nacional, pero el Gobierno no debe tener las manos libres para hacer lo que le venga en gana, sin más. Por eso, a pesar de contar con el apoyo parlamentario de los grupos, no estaría de más que participara las decisiones a la oposición antes de adoptarlas, sería una forma de demostrar unión a la nación en momentos tan difíciles.


Por su parte, la oposición está en su labor de criticar, pero también tiene que apoyar al Gobierno. Tiene que decir las cosas, pero también debe ser solidario y tragarse, en esta situación, determinados sapos. Tampoco es momento para utilizar el silencio como expresión de solidaridad. Lo que hace falta es una solidaridad efectiva, incluso la crítica. Y en todo lo demás, hace falta una enorme disciplina personal y colectiva a un coste muy alto, porque esta sociedad está viviendo una experiencia histórica absolutamente inédita que nos va a marcar. Saldremos a un nuevo mundo, y dentro de ese nuevo mundo una nueva Europa, y dentro de esa nueva Europa, probablemente una nueva España. 

domingo, 29 de marzo de 2020

Vilanova, a pico y pala

Vilanova de Arousa, 29 Marzo de 2020

Se suele decir que es bueno conocer la historia para no repetirla, pero en Vilanova de Arousa, a nivel cultural, o no la conocemos, o si la conocemos la seguimos repitiendo. Estos días, revisando prensa antigua me encontré con el artículo de nuestro querido e inolvidable amigo Manuel Sánchez García -Ipiña-en el que, entre otras cosas, se refiere a la casa en la que según él vino al mundo Don Ramón María del Valle-Inclán, y publicado en agosto de 1981. Además de estar en lo cierto sobre el lugar de nacimiento de Valle-Inclán, relata una anécdota que, yo particularmente conocía, pero que considero importante difundirla para el conocimiento  de los más jóvenes.

Cuenta Ipiña, que en Vilanova Don Ramón no era nada bien visto porque, según decían, había renegado de su pueblo y del apellido de su madre. Sobre la renuncia a su pueblo sucedió que, en cierta ocasión, Don Ramón se encontraba con un amigo en la punta del muelle en O Cabo ponderando la gran belleza del paisaje del Terrón, el mar de Arousa y, como telón de fondo, el encanto de la Isla de Arosa -¡lástima de puente!- dijo Don Ramón. Por la carretera, y hacia el lugar donde charlaban, se acercaba una numerosa comitiva con banda de música y profusión de cohetería. Por su lado, en aquel instante, pasaban dos mozos; Eduardo Prado Vidal -hoy de 81 años, vecino de esta villa- y su amigo José Rivero García, ya fallecido. Don Ramón se dirigió a ellos y les preguntó:

- ¿Qué pasa muchachos.
- Viene el Diputado Seoane, respondieron éstos. 

El escritor, encolerizado replicó: “Viene Valle-Inclán a Villanueva, como si viniera un monaguillo. Y viene Seoane, y lo reciben con música y fuegos de artificio. Desde hoy, no vengo más a Villanueva”. Y así fue. No volvió más. Hasta aquí el relato de Ipiña.

Este artículo se escribió en 1981, si en ese momento Eduardo Prado Vidal tenía 81 años y si situamos la edad de esos mozos en más menos 18 años, podemos situar la conversación en el año 1918. Esto quiere decir que cien años después, Vilanova sigue de espaldas a Valle-Inclán, y con ello a la cultura. Es más, a día de hoy, se sigue pensando lo mismo. No hace mucho, en la cola de ABANCA, un vecino me dijo: “Non sei como podes defender a un señor que renejou do seu pueblo...”

Desde hace unos años, nos visita con cierta frecuencia uno de sus nietos, que preside la Asociación Amigos de Valle-Inclán. Tengo el honor de poder contar con su amistad y disfrutar de su conocimiento. Esta relación hace que nos veamos con cierta frecuencia tanto en Vilanova como en A Pobra do Caramiñal, y esto me hizo ver las dos formas de entender a Valle, desde ambos lados de la Ría. Cuando visitamos A Pobra, el nieto de Valle es un vecino más. Se nota en el cariño que le profesa la gente y las autoridades políticas. Cuando visita Vilanova, algo que hace con bastante más frecuencia, es un total desconocido.

Es muy difícil de explicar, como en un pueblo llamado a ser la Meca del teatro en las tierras del Salnés, que cuenta con vecinos tan ilustres como los Hermanos Camba, Carlos Valle-Inclán y Don Ramón María del Valle-Inclán, a día de hoy, nuestras autoridades presuman de la incorporación de un piano (sin pianista) al nuevo auditorio, y no cuenten con un Concejal de cultura y un direct@r del museo a la altura del capital cultural que tenemos que manejar. Esto es como tener pozos de petróleo y querer extraerlo a pico y pala.

Publicado por Ángel Varela Señoráns (jubilado de Correos)

EIRA DO MUIÑO

A Rúa Nova, 29 Marzo de 2020

Ayudas para todos, por favor

No estaría mal que en estas semanas se confinamiento dejen la autopista libre panra los que trabajan. ¿No hablamos de aplausos a los sanitarios y a la policía? Pues como gesto a quienes están manteniendo el pulso económico del país no estaría mal el detalle. Ah! Y de paso que no se esconda el radar de la guardia civil a las seis y media de la mañana. ¡¡Vamos a trabajar, no de fiesta!!

Es más que un problema sanitario 

Con el asunto este del coronavirus no estamos solo ante un problema sanitario, sino ante un problema social que se combate desde tres frentes. Confinamiento, prevención y responsabilidad. Los ciudadanos tenemos en nuestras manos la solución al problema evitando contagios, y consecuentemente, dando aire a los servicios sanitarios para no colapsar su trabajo y las urgencias. La economía se puede recuperar, la vida no.

No nos confundamos de aliados

Al final aún vamos a tener que pagar alguna sanción a la Unión Europea por no haber contenido al virus. Al menos eso es lo que parecen sugerir algunos miembros del norte europeo. Nada de ayudas, nada de coordinación, nada de acuerdos rápidos, nada de solidaridad. Solo reproches y mirarnos de reojo a los del sur por no haber sido rápidos en la contención de algo que, iba a llegar igualmente y que, ojalá no sea así, también les va a afectar a ellos. De momento, allí están mirando más a la economía que a la salud, pero eso puede mudar rápido, cuando el COVID-19 coja un tren o un avión y se presente en Amsterdam, por ejemplo. El norte y el sur somos diferentes, es verdad, pero les necesitamos nosotros a ellos, tanto como ellos a nosotros. Y al final acabarán solicitando que compremos sus productos para reactivar su economía lo antes posible. El único que habla claro es el presiente portugués, que calificó de “repugnante” la actitud del ministro de finanzas holandés. Portugal, de nuevo, dando ejemplo y mostrándose como un aliado de verdad, como un vecino leal. A ver si aprendemos y miramos más hacia ellos y menos hacia otros que solo nos necesitan para consumir lo que producen.

viernes, 27 de marzo de 2020

Bloqueados

A Rúa Nova, 27 Marzo de 2020

Es imposible hablar de otro tema o pensar en otra cosa. Además de suponer una amenaza física de difícil solución, el coronavirus también va a provocar malestar emocional y quién sabe si enfermedades psicológicas. 

Habrá que ser fuerte física y emocionalmente para superar esta etapa, y aún así, lo que resistan deberán, además, tener recursos económicos suficientes para reiniciar una nueva vida. 

Estamos pues, ante una pandemia con tres cabezas; la física, la emocional y la económica. Si no es con una, igual te pilla con otra, pero pocos se librarán del terrorífico COVID-19.

De momento, estamos todos con el miedo metido en el cuerpo. Y aunque tener miedo no es malo, el miedo intenso, el miedo extremo, el miedo sin control alguno, te puede bloquear y llegar a causar una paralización muy grave. 

Además, el coronavirus no se propaga solo a través de la gente, lo hace también, y muy rápido, a través de las redes sociales y ahí, es casi tan dañino como a través de los contagios físicos. Tenemos mucha información, incluso más de la necesaria, y muchas de las noticias que recibimos no están contrastadas, no son de una fuente fiable, son meros bulos que no nos ayudan a mantener la calma. Al contrario, nos alarman más de lo necesario.

Pero la gente necesita estar constantemente recibiendo esa información, no importa que sea poco creíble, y cada uno la asume y la entiende como quiere. 

Estamos en constante estado de alerta, procesando la información y convirtiendo nuestras propias sensaciones en síntomas constantes, incluso muchos de ellos desconocidos para los propios médicos.

Por eso muchos se dedican a comprar artículos de alimentación, higiene personal, combustibles, etc... de forma desmesurada, porque están bloqueados. Desconfían de todo, de los dirigentes, de los que aconsejan, de las noticias... y solo se fían de su instinto y de su miedo y éste, nunca es un buen consejero.

La cuarentena que estamos viviendo traerá consecuencias a corto y medio plazo. 

Nos confinan en casa obligándonos a hacer vida familiar, pero no la de todos los días, la llevadera, la que solo nos junta para darnos los buenos días y las buenas noches; sino a pasar las veinticuatro horas del día mezclados y realizando actividades juntos. Y lo que en principio podía ser una oportunidad para conocernos mejor, podría convertirse en todo lo contrario. 

Disputas, nerviosismo, agitación, tensión, malos entendidos, presiones... Pero ahora lo que toca es aguantar el chaparrón y tratar de desbloquear la cabeza aunque tengamos que estar bloqueados en casa.

Publicado en PontevedraViva.com el día 27 de Marzo de 2020



lunes, 23 de marzo de 2020

Que nadie se confunda

A Rúa Nova, 23 Marzo de 2020

Posiblemente, Plácido Domingo jamás llegó a imaginar un final tan oscuro para su carrera. De leyenda viva de la ópera, ha pasado a enfrentar el ocaso, al borde de los ochenta años, acusado de acoso sexual a 27 mujeres en Estados Unidos. ¡Casi nada!. Pero incluso para la caída, ha preferido cierto sentido del espectáculo, como en sus grandes representaciones. Con tensión, con drama, sin dejar a nadie indiferente. Con acérrimos defensores y voraces detractores. Todo, antes de precipitarse en la indiferencia, en el olvido. 

Plácido Domingo ha sido un afamado tenor que ha dado momentos de gloria a sus seguidores y a la música en general, pero las acusaciones que recaen sobre él son gravísimas y empañan su carrera profesional. Por encima del personaje ha de estar siempre la persona y nadie debería confundir ni dejarse confundir.

domingo, 22 de marzo de 2020

EIRA DO MUIÑO

A Rúa Nova, 22 Marzo de 2020

Un paso atrás

Pensábamos que en 2020 estaríamos viendo coches voladores en las ciudades, sin embargo, estamos enseñando a la gente a lavarse las manos. ¿Un paso atrás de la humanidad?

¿Qué dice ahora?

¿Qué opina ahora el vicepresidente Pablo Iglesias de las donaciones de Amancio Ortega a la sanidad española? ¿Le parecen migajas de ricos o, por el contrario, su posición en el gobierno de España le hace ver las cosas de diferente manera? Seguramente no, porque sino su partido, que dirige con mano de hierro, no animaría a realizar cacerolas contra el Jefe del Estado.

Él a lo suyo

No debemos sorprendernos de las declaraciones que Torra pueda verter sobre todo lo que tenga que ver con España. Torra es un radical que ha perdido el norte de la realidad en la que vive y que, consecuentemente, se ha convertido en un peligro público. Por tanto, que se dedique a criticar la gestión del Gobierno de España en una situación en la que todos debemos estar a una, no debe ser motivo ni siquiera de crítica. Decir que Torra es desleal es faltar a la verdad, porque Torra no es leal con nadie. Torra miente, y lo seguirá haciendo aunque se le den todas las competencias posibles para la gestión de la crisis sanitaria. Y lo hace porque, además de haber perdido el orden normal de las cosas, es un incapaz.

Ella misma se define 

El independentismo catalán no sabe de nada que no sea su objetivo. Esta semana, a la fugada de la justicia, Clara Ponsatí, se le ocurrió una lindeza propia de la gente sectaria, fascista y, sobre todo, maleducada. Ante el aumento de contagios y muertos por el coronavirus en la comunidad de  Madrid, no se le ocurrió nada mejor que decir “de Madrid al cielo”. Muy ocurrente, pero ni siquiera la frase es suya. Ha tenido que copiarla para burlarse de quienes están sufriendo tanto. Ojalá que a la señora Ponsatí no le pase nada parecido y que, gracias a los medios que el estado español pone en su comunidad, toda su familia y gente cercana pueda superar el contagio en caso de sufrirlo. Por supuesto, el contagio del COVID-19, porque del contagio que anula la inteligencia humana, nadie les puede salvar ya.

El presidente hace su trabajo

Hace bien el presidente en salir por televisión para informar y enviar un mensaje de tranquilidad a la nación. Estamos en un estado de alarma, algo no habitual, y necesitamos información oficial, saber de primera mano cómo está la situación de boca del principal responsable del Gobierno. Posiblemente recibirá críticas, dirán que utiliza los medios públicos para dar un mitin, que se trata de un discurso interesado para pelotear a los profesionales que están tratando de frenar la emergencia y para buscar el voto a través de vender las medidas que se están llevando a cabo. Cada uno es muy libre de verlo como mejor pueda o quiera, pero si en la situación en la que estamos,  o diera la cara, las críticas serían todavía peores. Así somos en este país, siempre lo vemos todo desde un bando, sin capacidad para analizar las cosas desde el punto de vista de todos. Objetivamente, el presidente hace su trabajo.







viernes, 20 de marzo de 2020

Menos aplausos y más responsabilidad



A Rúa Nova, 20 Marzo de 2020

Con el coronavirus llegó el estado de alarma a España, y ha provocado que nos encerremos a la espera de que las cosas mejoren. La gente está confinada en sus casas, pero el virus está fuera, esperando a que nos cansemos y acabemos saliendo, mezclándonos, tocándonos. Tarde o temprano echaremos de menos los abrazos, los besos, el contacto físico con las personas queridas y terminaremos por perder el miedo para disfrutar de la relaciones sociales.

La psicosis inicial dará paso a un hábito más o menos controlado que nos permita vivir sin tanto miedo. De hecho muchos ya lo han perdido, o más bien nunca lo han tenido. Digamos que el Estado está en alarma, pero algunas personas no se alarman. Por eso se saltan las indicaciones de seguridad y se exponen, y ponen, en peligro a los demás. Por eso necesitamos las sanciones, porque si no hay multa no nos tomamos las medidas en serio.

En el fondo nos encantan este tipo de cosas. Nos gusta apelar a la solidaridad, a la resistencia ante cualquier imprevisto. Inventamos eslóganes para que los programas sensacionalistas los repiten como loros. Sacamos el ejército a la calle en vez de dar medios a los científicos. Pero es que el ejército es mucho más vistoso. ¡Donde va a parar! ¿Se imaginan a la gente aplaudiendo a los científicos? ¿Esos señores aburridos que ni siquiera van de uniforme? Ellos están mucho mejor en otros países, donde hay menos horas de sol y la gente sale menos de casa. 

Aquí lo que nos gusta es aplaudir. Aplausos a los médicos, aplausos a los militares, aplausos a la policía, aplausos a los empleados de los supermercados. En medio de tanta euforia, ¿qué tal un aplauso a los políticos? 

Acabaremos aplaudiendo al coronavirus por hacer que sigamos aplaudiéndonos unos a otros.

¿Pero que hay de nuestra responsabilidad? Eso es lo único que importa ante situaciones como esta. Dejémonos de eslóganes, de aplausos y de frases más o menos campanudas. Nos adentramos en tiempos inciertos, con consecuencias impredecibles, y nos han pedido que, por una vez, seamos responsables y pensemos en todos antes que en nosotros mismos. Deberíamos estar contentos de que nos pongan en nuestras manos tanta responsabilidad. 

Pensemos que, por una vez, todo depende de la propia ciudadanía, y que los políticos no pueden estropearlo. Tenemos una tarea colectiva que ejercer, y no es otra que reducir el riesgo que, para las personas más vulnerables, supone esta pesadilla llamada COVID-19. Por tanto, menos aplausos y más responsabilidad individual y colectiva, por favor.

Publicado en PontevedraViva.com el día 20 de Marzo de 2020



martes, 17 de marzo de 2020

¡El estado de alarma va en serio, señores!

A Rúa Nova, 17 Marzo de 2020

Con el estado de alarma se pretende establecer un marco de acción, imprescindible para enfrentar una de las mayores amenazas contra la salud pública conocidas hasta la fecha, que implique a las diferentes administraciones y a los propios ciudadanos, sobre los que recaerá una gran parte de la responsabilidad, para que se reconozcan directamente interpelados por los objetivos fijados por el Ejecutivo, asumiéndolos como propios.

Nos enfrentamos a días difíciles porque la evolución de la enfermedad va a ser, previsiblemente, y ante lo que ha sucedido en otros países, exponencial y aumentando su propagación. Se incrementará el número de infectados y el de fallecidos y, sobre todo, tendrá consecuencias muy trágicas sobre aquellas personas que se encuentran en situación de mayor riesgo por contar con otras patologías.

Se está apelando directamente a la responsabilidad individual de cada ciudadano. De nada vale adoptar medidas, realizar recomendaciones, si luego cada uno hace lo que le viene en gana, obvia los consejos y cree que esto sirve para tener unos días de vacaciones extra en el año. Debemos entender que el cierre de locales comerciales y de ocio, así como la cancelación de actos públicos de cualquier naturaleza y las restricciones de movilidad individual, son imprescindibles para reducir el número de contagios.

Por eso debemos entender la declaración del estado de alarma no solo como una medida dirigida a la protección de la propia salud, sino también, y sobre todo, como un enérgico llamamiento a la solidaridad entre los ciudadanos. El coronavirus se transmite con mucha facilidad, y la rapidez con que se producen los contagios, provocaría una demanda de atención médica masiva y sostenida en el tiempo que los servicios sanitarios no podrían atender.

Hay que entender que a las asistencias por los infectados por el coronavirus, se suma el hecho de que las necesidades sanitarias ordinarias del país deben seguir siendo atendidas. Y es pensando en estos ciudadanos, cuyas vidas quedan en peligro, así como en los profesionales de la sanidad, por lo que cada uno de nosotros debe medir las consecuencias de sus decisiones mientras dure la alarma.

domingo, 15 de marzo de 2020

Pensamientos desde TAPEDELLO (202)

A Rúa Nova, 15 Marzo de 2020

La objetividad no existe

En todo lo que se hace se suele barrer para casa. Eso no es exclusivo de nadie en particular y lo es de todos en general. Es muy difícil ser objetivo. Para ser exactos, la objetividad no existe, es una línea muy fina a la que tratamos de acercarnos unos más que otros, pero nadie como debiera. Por eso el Gobierno permitió la manifestación del 8 de marzo y restó importancia a las recomendaciones que ya había por la existencia de más e 500 casos de contagio de coronavirus en ese momento.

Aquí pagamos lo que haga falta

Dicen que el gobierno está pensando en aparcar una ampliación de Rande para no tener que subir los peajes de nuevo. ¿Y no han pensado en realizar alguna inversión que mejore la vida de los gallegos sin clavarles un nuevo cuchillo en forma de impuestos? ¿No saben que aquí estamos pagando los peajes de las autopistas que van liberando por toda España?

¿Precaución sólo en el trabajo?

¿De qué vale cerrar colegios, institutos, universidades y las empresas si la gente luego se reúne en bares y terrazas? Nos falta disciplina para ser un país moderno y próspero. En vez de tanta emoción y acciones espontáneas aplaudiendo a quienes tienen la obligación de hacer su trabajo, mejor nos iría demostrando una mayor responsabilidad y madurez social. Los médicos, como cualquier otro colectivo que trabaja para mejorar la vida de los demás, son vocacionales y no necesitan aplausos para hacer mejor su trabajo. Lo que encestan es que les dejen trabajar y no les den más preocupaciones de las que ya, de por si, tienen.

La política lo mancha todo

Y no podía faltar la pulla política del pseudo líder del PP, hablando de “negligencia dolosa”. Eso, señor Casado, es hablar de delito. Cállese y arrime el hombro. Por lo menos, Díaz Ayuso y Martínez Almeida, lejos de su jefe, utilizan un tono institucional y apoyan sin fisuras las medidas del Gobierno.

Actuación impecable

Es cierto que Pedro Sánchez ha actuado tarde, pero su intervención para declarar el estado de emergencia ha sido impecable y el contenido de su mensaje muy adecuado a la angustia que vive todo el país. 

viernes, 13 de marzo de 2020

Llegó el coronavirus

A Rúa Nova, 13 Marzo de 2020

España va por detrás de Italia en el asunto del coronavirus, pero seguimos el mismo patrón y estamos empezando a ver aquí lo que antes vimos allí. Debemos prepararnos para una pandemia, el caos se empieza a hacer con el control de la situación, la gente se vuelve loca y acumula medicinas, alimentos, mascarillas, alcohol (de todo tipo). Este es el mensaje que cada día nos trasladan a través de los medios, como si el objetivo fuera meternos el miedo en el cuerpo para incrementar las ventas. De hecho, detrás de todo siempre hay un interés económico, incluso de la enfermedad y de la muerte.

Mientras, se empiezan a adoptar las primeras medidas importantes por parte de las administraciones implicadas y, lo único cierto, es que no sabemos el calado que esto puede llegar a tener. Los contagios y los fallecidos aumentan en un asunto que hace pocas semanas veíamos con lejanía.

El virus inunda Europa y provoca en la gente los mismos síntomas y los mismos efectos. La única diferencia, es el tratamiento que de la crisis hacen los políticos. El presidente Sánchez apareció para leer el discurso que le habían redactado, con la única intención de que no le acusen de no hablar del asunto. Pero, más allá de las frases más o menos grandilocuentes que le pusieron, sobre lo unidos que tenemos que estar, la responsabilidad individual de cada uno y lo sólido y eficiente que es el sistema de salud pública que tenemos, tampoco es que evidenciara un gran conocimiento en la materia. Al menos no lo suficiente como para someterse a las preguntas de la prensa, como si hizo, por ejemplo, el primer ministro italiano.

Anunciar que el Gobierno lleva dos semanas preparando un plan de choque es bastante poco. Ademas, si lleva preparándolo dos semanas, ¿por qué no ha ido aprobando lo que iban acordando ante la emergencia de la situación a la que nos enfrentamos? Suena a cubrir el expediente de decir algo sin, en realidad, decir nada. El típico, hago que hago algo sin hacer nada. 

Cierto es que hay medidas que tienen consecuencias más graves que otras, incluso mayor repercusión sobre la economía. Y por eso algunas se adoptan con más facilidad aunque todas tengan el mismo objetivo, que no es otro que evitar, en la misma medida de lo posible, el riesgo de contagio. En estos temas debería primar siempre la protección de la salud pública a la política, pero no es así. Unos hacen postureo y otros oposición con asuntos de emergencia nacional. Pero los que ahora a hacen oposición antes hicieron postureo, y los que ahora hacen postureo, antes hicieron oposición. Y así será siempre.

Italia lo exagera todo, Francia aporta coherencia, los alemanes ya están pensando en inyectar dinero para invertir ante las posibles consecuencias económicas, y España, con la esperanza de que el buen tiempo remita las consecuencias del virus para no tener que cancelar las fiestas populares. A ver quién es el tonto al que le toca cancelar la Feria de Abril o las Fallas. 


Publicado en PontevedraViva.com el día 13 de Marzo de 2020



lunes, 9 de marzo de 2020

Flexibilidad de criterio

A Rúa Nova, 09 Marzo de 2010

¿Por qué tanto oscurantismo en torno al encuentro de Ábalos con Delcy Rodríguez en el aeropuerto de Barajas? ¿Por qué no hablan claro y explican la verdad? ¿Qué problema hay para informar sobre los motivos de la reunión y, sobre todo, los temas tratados, con absoluta transparencia? ¿Qué tienen que esconder? ¿No se dan cuenta que cada día vemos una versión nueva y que al final se sabrá siempre la verdad y quedarán en evidencia? ¿O es que Ábalos trata de esconder algo importante? Primero negó el encuentro, después lo limitó a veinticinco minutos, y ahora sabemos que ha sido más de una hora. ¿Puede ser ministro del Gobierno de España quien miente?

¿Y por qué en este asunto han hablado todos menos la ministra González Laya? ¿Por qué no tenemos aún una versión oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores? ¿Por qué nadie de ese ministerio estuvo en la reunión? ¿Por qué Moncloa apartó a la ministra de exteriores de este asunto? ¿Se trata de dejación de funciones, o es que el presidente confía más en Ábalos? ¿Cuál es el verdadero problema aquí?

¿Y qué capítulo nos hemos perdido en esto de Venezuela? ¿No fue más o menos hace un año cuando el gobierno de Pedro Sánchez, a rebufo de la Unión Europea, reconoció a Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela? ¿Qué ha pasado en todo este tiempo para que lo considere ahora como “líder de la oposición venezolana”? ¿Tiene algo que ver en este cambio de criterio la presencia de Podemos en el Gobierno? ¿Los que consideran a Guaidó un delfín de la derecha, un correveidile del imperio americano, y a Maduro el discípulo (un poco limitado, es cierto) pero a la postre heredero del gran líder revolucionario que tanto admiraban?

Lo único que es cierro y evidente, es que en política exterior, igual que en tantas otras cosas, Sánchez vuelve a exhibir su gran flexibilidad de ideas... y de criterio. Y anda ahora tratando de corregir el tiro para hacernos creer que su postura no ha cambiado, aunque la realidad sea muy tozuda y nos demuestre lo contrario. No digamos ya la hemeroteca, que desde que Sánchez se ha hecho con el poder, se ha convertido en la prueba del algodón que le desmiente cada día. 

viernes, 6 de marzo de 2020

¡De la que nos hemos librado!

A Rúa Nova, 06 Marzo de 2020

Algo no va bien en la política. Algo funciona al revés, porque vivimos en una sociedad muy competitiva, muy exigente, en la que la precariedad laboral empieza a ser la norma habitual, y donde los errores de aquellas personas que ocupan puestos de responsabilidad en empresas privadas, se pagan, incluso con el despido. Es decir, estamos en un mundo con una vida laboral agreste, dura y muy competitiva. Esto es lo que rige hoy para muchas personas, presión y precariedad laboral, donde a la mínima te la juegas.

Lo que no tiene sentido es que la política funcione con un código moral inverso al que están sometidos la mayoría de las personas. Por ejemplo, si alguien ha arruinado a su partido, en términos políticos, si ha cometido uno de los mayores disparates que se recuerdan en la política española desde el final de UCD, aplicándole la lógica del mercado, debería tener dificultades para encontrar trabajo durante un cierto tiempo. Y este es el caso de Albert Rivera.

Este señor ha arruinado el proyecto político al que cuatro millones de españoles dieron su confianza, ha sido incapaz de moverse con la mínima soltura y profesionalidad exigible a un dirigente político durante los meses en que su partido tuvo la oportunidad histórica de condicionar poderosamente la gobernación de este país en función de sus ideas, de su programa y de las esperanzas que sus votantes depositaron en él. Es decir, pilotó un fracaso sin paliativos que ha llevado a su partido a la situación de negociar las condiciones de la rendición ante el Partido Popular para pasar a ser absorbido en breve.

Esta semana Rivera ha reaparecido, y a pesar de la indecencia de la convocatoria, de su ego sin límites comparándose con los expresidentes y de perdonarles la vida a los que disfrutan de un trabajo precario, hemos asistido a una comparecencia extremadamente útil porque nos faltaba por ver cómo era realmente el personaje. Si se trataba de un adolescente caprichoso, o si había madurado e interiorizado el fracaso. De haberlo hecho, podríamos pensar que estábamos ante un hombre con calado político importante y que nos podíamos haber perdido algo. Pero no ha sido el caso. 

Albert Rivera es justamente lo que se ve, es decir, la banalidad absoluta, el exhibicionismo cutre. No hay detrás del personaje ningún fondo de armario ideológico, o de otra naturaleza, que merezca ser rescatado, y si alguien pensaba que tenía alguna posibilidad, remota, de jugar en el futuro algún tipo de papel, ha quedado claro que ya ha dado de sí todo cuanto podía. 

Por eso tenemos que darle las gracias, por mostrarse como realmente es y por dejarnos claro que no nos hemos perdido nada, más bien de lo que nos hemos librado. Rivera ha vuelto para redoblar el fracaso, el fraude que supuso para millones de españoles y para asestar el golpe definitivo a su partido.

Publicado en PontevedraViva.com el día 06 de Marzo de 2020




miércoles, 4 de marzo de 2020

Pensamientos desde TAPEDELLO (201)

Tapedello, 04 Marzo de 2020

A Puigdemont no lo frena ni el coronavirus

Francia ha prohibido las concentraciones de más de cinco mil personas por miedo a contagios del coronavirus. Sin embargo esta prohibición no parece que haya afectado a Puigdemont quien, según fuentes de su propia organización, reunió a más de 100.000 en Perpiñán, en un acto de precampaña para las próximas elecciones catalanes. Una de dos, o miente el gobierno galo, o miente Puigdemont. A ver quien tiene dudas.

Somos diferentes en todo

¿Por qué en España todavía no se han adoptado medidas similares a las de otros países con un número similar de infectados por el coronavirus? Tenemos ya más de cien casos y en Francia, con menos, ya se han puesto en marcha medidas que limitan la concentración de personas. ¿Es que aquí el coronavirus es menos dañino? ¿Es que pensamos antes en la fiesta que en la seguridad de las personas? Aquí lo único que se ha cancelado hasta la fecha ha sido el Movile World Congress y no porque las autoridades lo propusieran, sino porque desertaron los principales participantes. España sigue siendo diferente, y solo cuando pase algo grave se mirarán unos a otros tratando de escurrir el bulto y de culpar a la administración de al lado que, casi siempre es de signo contrario. 

Reapareció

Reapareció Rivera justo cuando está a punto de celebrarse el congreso de Ciudadanos. Y lo hizo para dar paso a su sucesora, para echarle un capote y ungirla con su bendición. O más bien para echarle una mano al cuello que acabe por ahogarla definitivamente. Arrimadas es su sucesora, la que va a heredar el trono del peor gestor político de los últimos cincuenta años, y la que tendrá el inevitable e histórico honor de firmar el acta de defunción de Ciudadanos. Y lo hará porque va con las mismas personas, con la misma estrategia, con la misma actitud y dice las mismas palabras que Rivera. Por tanto, el final será el mismo.

Si, pero no


Esquerra pide una negociación discreta para apoyar los presupuestos del Gobierno. ¿Qué significa exactamente negociación discreta? Están atrapados entre dos realidades, o más bien entre dos mentiras. Una, la de los independentistas catalanes que les votan y a los que quieren seguir manteniendo en la ilusión de la República. Y dos, la de la cruda realidad que les obliga a apoyar un gobierno progresista ante el miedo de que venga de nuevo la derecha. Es decir, pretenden engañar a sus votantes para que les apoyen por ser los mas independentistas, pero a la vez no quieren que se enteren de que apoyan a un gobierno que, según el discurso que repiten en Cataluña, tiene presos políticos, permite la represión y roba a los catalanes. Si, pero no.