domingo, 31 de enero de 2021

EIRA DO MUIÑO

 András, 31 Enero de 2021

Aprendan de Portugal


El pasado día 24 de enero, se celebraron las elecciones presidenciales en Portugal. En plena pandemia y de lleno en un confinamiento domiciliario extremo, con medidas sanitarias extraordinarias y excepcionales en los centros de votación, porque tienen una incidencia y unos porcentajes de contagios tremendos. Están en una situación de emergencia sanitaria mucho más grave que la nuestra, pero aún así, se han celebrado las elecciones sin mayor problema. Sin embargo, en Cataluña, esa Comunidad Autónoma tan avanzada, que quieren independizarse de España porque dicen que es un freno a su desarrollo, el Gobierno independentista quería cancelar las elecciones porque, al parecer, no eran capaces de garantizar unas condiciones de seguridad para que sus ciudadanos pudieran ir a votar, al menos de forma similar a la que lo ha hecho uno de los países más pobres de la Unión Europea, Portugal. Denle una vuelta a eso de independizarse, por favor. Al menos hasta que estén seguros de que pueden valerse por sí mismos.


Cada uno disfruta como puede


“Lo vas a disfrutar”, le dijo Salvador Illa a su sustituta al frente del Ministerio de Sanidad. No parecen unas declaraciones muy afortunadas. Disfrutar mientras tanta gente se contagia, muere o sobrevive al virus con graves secuelas, no debería causar a ningún ser humano un sentimiento como ese. Pero puede que sí, quizás por eso no se sentía responsabilizado ni reaccionaba a las peticiones de las Comunidades Autónomas.


Gobernar por decreto


Han vuelto al trabajo en el Congreso. Y lo han hecho par convalidar decretos que han aprobado en el Consejo de Ministros. Y porque hay un plazo para ello, porque sino caducaban. Si no fuera por eso, igual a estas alturas aún no habría actividad parlamentaria. Es probable, que lo que más haya hecho el Parlamento desde que gobierna Pedro Sánchez, haya sido convalidar decretos. Es otra forma de gobernar, pero no encaja con aquello que se inventó el propio presidente, ¿la cogobernanza?.


Definan qué es perjudicial para la salud


Al parecer, el pleno del Congreso en el que se aprueban los decretos que le interesan al Gobierno no es tan perjudicial para la salud como el que debe celebrarse la próxima semana, coincidiendo con la campaña catalana. Para Podemos, como miembro del Gobierno, como el primero carece de consecuencias electorales, puede celebrarse. Por el contrario, el segundo, en plena campaña, podría interferir en la opinión de los votantes, por eso lo califican de perjudicial para la salud de sus señorías. Definan, por favor, qué es perjudicial para la salud y qué no lo es. Se lo digo yo, todo lo que perjudica al partido es perjudicial, y todo lo que lo pueda beneficiar, es perfectamente compatible con la ola más mortífera de la pandemia. Sencillo, ¿no? Tan sencillo como tétrico.


¿Quién miente?


¿Cómo podemos saber que la compañía farmacéutica ha incumplido el contrato con la Unión Europea si no sabemos los términos del mismo? ¿Quién dice la verdad? ¿Por qué no podemos tener acceso a ese documento si se trata de un contrato firmado por el Consejo de Europa? No sabemos quién miente, pero sí quién paga las vacunas y los efectos de los retrasos, los ciudadanos europeos.


¿Cuál es su responsabilidad?


Si la responsabilidad de la obtención de las vacunas es de la Unión Europea, y la de la gestión de la crisis sanitaria de las Comunidades Autónomas, ¿cuál es la del Gobierno de España?

viernes, 29 de enero de 2021

Pablo Iglesias, caduco y trasnochado

 András, 29 Enero de 2021

El vicepresidente del Gobierno de España ha comparado, para igualarlos, a los exiliados del franquismo con un prófugo de la justicia. Pero no se conformó con decirlo, se ratificó en ello. Y no solo eso, sino que desde Podemos, para defender lo indefendible, acudieron a la RAE para justificar la enésima pasada de frenada de su líder.

Tanto trabajo para aprobar una ley de memoria histórica, para tratar de dignificar a los exiliados de la dictadura, para ponerlos al mismo nivel de reconocimiento que los vencedores, para que venga Pablo Iglesias y los acabe metiendo en el mismo saco que un político que escapa de la justicia por tratar de reventar el régimen constitucional.

Pablo Iglesias continúa en su absoluta decadencia, quedándose como un político con cierto sabor amargo, con un discurso en declive y con pocas posibilidades de ser creíble. Iglesias ha ofendido a los represaliados republicanos del franquismo y, por extensión, a sus potenciales electores, por lo que debería, como mínimo, pedir perdón.

Lo verdaderamente grave, es que habla como vicepresidente del Gobierno. Y comparar la situación del estado de derecho en España en pleno siglo XXI con el régimen que se estableció inmediatamente terminada la guerra civil y que provocó la huida masiva de miles de republicanos, es rastrero, y solo puede obedecer a un intento de dañar la democracia y el sistema constitucional.

En su afán por blanquear al cabecilla de la sedición catalana, acabó banalizando la represión franquista. Además, es un debate que solo existe en la cabeza de los independentistas y del propio Iglesias. Porque Puigdemont no salió del país por defender ideas políticas. Prueba de ello es que otros que piensan como él están aquí, en el Parlamento de España y presidiendo la mismísima Generalitat de Cataluña. Puigdemont se fugó para no hacer frente a las consecuencias penales de sus actos, porque lideró un levantamiento contra la voluntad y fracasó. Por eso se fugó, para no tener que ir al juzgado cuando la Fiscalía presentó su querella.

En definitiva, tenemos un vicepresidente del Gobierno que, aún admitiendo que Puigdemont pudo delinquir, lo exalta como víctima de una represión que no existe y lo compra con aquellos miles de españoles que tuvieron que exiliarse cuando aquí alcanzó el poder absoluto el cabecilla de una rebelión que delinquió contra la Constitución, y que atentó contra la voluntad popular encarnada en el Parlamento que había salido de las urnas. Hay comparaciones que son un insulto a la memoria histórica.

Publicado en PontevedraViva.com el día 29 de enero de 2021




miércoles, 27 de enero de 2021

¿Es una broma?

 András, 27 Enero de 2021

Sabemos que el coronavirus produce muerte y que deja secuelas graves a quiénes lo superan. Lo que no sabíamos es que, incluso antes de contagiarse, se pueden tener graves consecuencias, sobre todo en el cerebro. Es lo que le ha pasado a los miembros del gobierno catalán, que han dicho que se considera actividad esencial acudir a los mítines políticos. ¿Es una broma? No, no lo es.


A pesar de estar en vigor el confinamiento perimetral, con lo que significa tener limitada la movilidad para entrar o salir de un municipio, sin embargo, se permitirá saltarse el confinamiento perimetral al ciudadano que vaya a un acto de un partido político. Se ve que ir a un mitin es un derecho fundamental, igual que moverse.


La diferencia es que para limitar la libertad de movimientos hace falta el estado de alarma, pero para ir a un mitin político, es suficiente con que el gobierno autonómico de turno lo permita. Es lo que pretenden hacer para asegurarse adeptos en las charlas con las que nos van a anestesiar durante la campaña. Es decir no se podrá ir a visitar a un familiar al pueblo de al lado, pero sí que se podrá, por ejemplo, acudir a escuchar a Laura Borràs explicando las obras y milagros del profeta Puigdemont. Bueno, así empezó el cristianismo, y miren dónde ha llegado.


Sinceramente, la jeta que le echa el gobierno catalán, para sostener que no deberían celebrarse las elecciones autonómicas por el riesgo de la epidemia, y defender a la vez que sí deben celebrarse los mítines con público presencial, a pesar del confinamiento perimetral, es digno de admiración. Pero no de admiración por las luces que demuestran, sino por creerse ellos mismos todas estas tropelías mentales.


martes, 26 de enero de 2021

Revisen el protocolo

 András, 26 Enero 2021

Que España es un país de contrastes es una obviedad. Contrastes de todo tipo y también, cómo no, contrastes sociales. Aquí vamos del todo a la nada en cuestión de segundos, y pasamos de ensalzar a alguien por la mañana, a humillarlo por la tarde. 


Lo mismo sucede con los políticos, a los que tendemos a criminalizar y a encumbrar sin más motivo aparente que pertenecer a un bando o al contrario. En eso hemos invertido la política, en bandos, viendo al de enfrente más como un enemigo que como un adversario. Aunque es verdad que son ellos, los propios políticos, los primeros en banalizarlo y llevarlo todo al simplismo. 


La penúltima polémica, provocada porque algunos políticos se hayan vacunado saltándose el protocolo, es la típica situación que hace que los veamos como una casta de privilegiados con pocas luces.


Ellos mismos se lo buscan, por hacer las cosas para aparentar y no con la normalidad que le debe corresponder. Los que se han vacunado saltándose el turno que establece el protocolo de vacunación, tienen que dimitir y punto. Se acabó la polémica. No valen excusas, explicaciones fantasiosas, o marear la perdiz.


Otra cosa bien diferente es el caso del Jefe del Estado Mayor de la Defensa, que ha dimitido por hacer lo mismo que los otros. Su dimisión le honra, pero no es lo que necesitamos en un momento como el que estamos viviendo. Y si él también se saltó el protocolo, es el protocolo lo que hay que cambiar. 


¿Cómo es posible que quiénes deben estar al frente de la situación no estén vacunados? ¿Cómo puede ser que el presidente del Gobierno y los ministros, así como los cargos más relevantes de las Fuerzas Armadas, no hayan sido vacunados ya? ¿A qué esperamos, a que se contagien y tengan que dejar de ejercer sus funciones?


En una situación de riesgo como la que estamos viviendo, tener a salvo a quiénes tienen que ocuparse de tomar las decisiones es tan importante como las propias decisiones.  


lunes, 25 de enero de 2021

Que la realidad no te estropee una buena noticia

 András, 25 Enero de 2021

Dentro de unos días, si nada cambia, estará empezando la campaña electoral en Cataluña. O lo que es lo mismo, que a Salvador Illa le queda un suspiro como ministro de Sanidad, siempre y cuando, cumpla el compromiso que él mismo prometió, que fue el de abandonar el Ministerio cuando empezara la campaña.

En realidad, no tiene ninguna obligación de dejar de ser ministro para convertirse en candidato. Es perfectamente legal compatibilizar ambas funciones. Otra cosa es el aspecto ético y moral, pero eso, a los políticos les importa bien poco. Por tanto, puede seguir dando mítines mientras siga siendo ministro. Sin embargo, no parece que vaya a prestar toda la atención a la labor del Ministerio sí está todo el día dando mítines.

En estos días, en los que los indicadores de la pandemia son cada vez más preocupantes, se enfrenta el ministro a dos controversias importantes. La primera, el clamor de los gobiernos autonómicos para que permita levantar el toque de queda. Hay consenso de los presidentes cogobernantes para que se modifique esta medida, sin embargo, el ministro dice que de eso nada. ¿Qué razón hay para no permitir que los gobiernos autonómicos amplíen la reclusión nocturna? ¿Por qué no hay una sola respuesta a este respecto desde el Ministerio?

Y la segunda controversia a la que se enfrenta el ministro, son los problemas que han surgido en el proceso de vacunación, porque la farmacéutica ha reducido sus entregas debido a que la Agencia Europea del Medicamento ha admitido que de cada frasco tienen que salir seis dosis en lugar de cinco, para lo que hay que contar con una jeringuilla especial. Los gobiernos autonómicos han tenido que ponerse a comprar las jeringuillas para poder aprovechar hasta la última gota de cada frasco. Eso que el consejero andaluz llama el “culillo del frasco”.

Llegados a este punto, en vez de buscar soluciones, el Ministerio acusa a las Comunidades Autónomas de no saber dispensar las vacunas, y éstas al Gobierno de no conseguir vacunas suficientes. ¿Y mientras qué pasa? Pues que los contagios y los muertos siguen en aumento.

A todo esto, el portavoz del Gobierno para la pandemia continúa en su afán diario de sacar hierro a unos datos que son demoledores. Que si el incremento es menor que la media del último mes, que sí estamos en el inicio de la meseta de los contagios, que sí vamos a alcanzar la parte de inflexión pero en suave ascenso todavía, que si la meseta es plana o inclinada, en fin... Trilerismo político, cuando lo que hay que hacer es salir, decir el número de contagiados y de muertos, explicar cómo está de preparada cada día la sanidad pública y argumentar con medidas serias cómo se va a combatir el tema. Ese debería ser el esquema de su discurso diario.

Pero en el Ministerio se aferran a su doctrina de que estamos estabilizados, de que incluso estamos ya descendiendo, que no hace falta habilitar nuevas medidas y, sobre todo, están a que los datos no arruinen su empeño en no tocar ni una coma del decreto de estado de alarma. Como decía un ínclito periodista en los años ochenta, “que la realidad no te estropee una buena noticia”, pues eso.

domingo, 24 de enero de 2021

EIRA DO MUIÑO

 András, 24 Enero de 2021

Cambio de inquilino en la Casa Blanca 


El miércoles se estrenó Biden en la presidencia de los Estados Unidos, y lo primero que hizo fue aprobar una batería de decretos para zanjar buena parte del legado de Trump. Y antes del miércoles, el presidente saliente firmó una batería de indultos para limpiar a última hora a todos los que pudo y dejarlos libres de cualquier posible acción de la justicia. Cómo será la cosa, que se han pagado hasta dos millones de dólares por la firma del presidente. Otro de esos contrastes de este país tan diverso.


¡Qué rapidez! 


¿Cómo es posible que allí el nuevo presidente pueda firmar tantas órdenes el primer día, y aquí estemos siempre con los cien días de margen famosos?


Filomena deja huella 


Quince días después del paso de Filomena por la capital, sigue llena de nieve y hielo, el transporte público sigue sin funcionar al cien por cien, los viales atascados, los estudiantes sin poder asistir a clase… Lo del invierno nuclear no era tan descabellado por lo que parece. Eso sí, los políticos como si fueran charlatanes de feria, salen a ofrecer su mercancía: descuentos en el autobús, en los parkings....


Intereses partidistas 


¿Por qué se puede ir cada día a trabajar y no se puede ir a votar en Cataluña? Solo hay una explicación, los intereses partidistas.


¿Por qué dimite?


El Consejero de Salud de Murcia, en una cacicada de esas veniales, pero feas, se vacunó por delante de otros que estaban por delante de él en el orden de prioridades. A pesar de que su partido se hartó de defenderlo y de excusarlo, aludiendo a su ejemplaridad, finalmente dimitió (obligado). Lo que no es entendible es que, sí tan admirar y ejemplar ha sido el consejero, ¿por qué ha dimitido? Es la típica incongruencia en la que caen todos los partidos por su propia falta de criterio. Ellos solos insisten en el error, y ellos solos le dan la importancia que no tienen ese tipo de acciones. Es tan fácil como actuar con claridad y sentido común, no pasar ni una y ser transparentes. Pero eso no saben hacerlo.


Incomprensible 


¿Qué motivo hay para que el Gobierno se resista a adelantar dos horas el toque de queda? ¿Qué fue de aquello de la cogobernanza? Si realmente creen que es un problema para la economía de algunos negocios, pues que lo digan claramente. ¿Qué problema hay en admitirlo? No es ningún crimen, ni son peores gobernantes por tener criterio. Todo lo contrario, la falta de explicaciones, además de oscurantismo, provoca que parezcan peores.


La misma matraca 


El independentismo catalán continúa con su estribillo de siempre. Ahora para decir que la Justicia se entromete en una decisión que en realidad no le corresponde. Pero realmente, y como bien sabe Pere Aragonés, el decreto de su gobierno, que cancela la convocatoria electoral, no pasa de ser eso. La decisión de un gobierno que, como todas las decisiones de un gobierno, puede ser recurrida por quién entienda que es ilícita. Y alegar que la pandemia es el motivo para saltarse los plazos legales y para aparcar las urnas, parece que podría no estar muy bien fundamentado en el decreto.


sábado, 23 de enero de 2021

La cultura del esfuerzo de Cifuentes

 András, 23 Enero de 2021

Ya está Cifuentes en pleno juicio por el asunto del máster, donde se le juzga por su supuesta inducción a falsificar un documento oficial cuando era, nada más y nada menos, que presidenta de un Gobierno autonómico. Estamos tan acostumbrados a este tipo de acciones, que a veces perdemos un poco la perspectiva de la gravedad de las mismas.  


Cristina Cifuentes, que hace gala de la cultura del esfuerzo porque es hija de militar, con este asunto se carga de pleno esa cultura del esfuerzo. A la vista de las declaraciones de algunos testigos, deberíamos echarnos las manos a la cabeza, porque queda demostrado que, en este país, dependiendo de quién seas, se regalan los títulos y se aceptan presiones para conceder ciertos privilegios. 


Qué resulta que hay profesores que aceptan amaños para aparentar que algunos tienen ciertos méritos que, en realidad no han conseguido por sus propios medios. ¿Qué mensaje se lanza a la sociedad? ¿Qué piensan aquellos estudiantes que cada día se esfuerzan porque sus padres no saben si podrán seguir pagándole los estudios?


Cifuentes debería estar contra las cuerdas en este caso. Y la justicia debería ser ejemplar con este tipo de asuntos en los que, por desgracia, tenemos sobrados ejemplos en todos los partidos, que acaban perdiendo credibilidad por acciones personales como esta.


El problema de Cifuentes ya no fue tanto lo que hizo o no hizo en la Universidad, sino cómo gestionó desde una instancia política tan determinante como la presidencia de Madrid, todo el asunto. Y ahí es donde viene la mentira y la supuesta falsificación documental.


Y lo verdaderamente grave, ya no es que tengamos políticos que necesiten inflar su currículum, sino que después mientan descaradamente para ocultar la ausencia de una formación intelectual de la que presumen y con la que se presentan muy campanudos en conferencias y actos públicos. 


Es decir, estamos ante un problema endémico por la falta de formación de muchos políticos que alcanzan puestos para los que no están preparados ni accederían por sus propias capacidades.

viernes, 22 de enero de 2021

La espiritualidad económica

 András, 22 Enero de 2021

Se considera Año Jubilar cuando la festividad de Santiago Apóstol cae en domingo, algo que no sucede regularmente debido a la existencia de los años bisiestos, por lo que nunca se da en ciclos iguales de años. Lo que sí se repite siempre, es el gran impulso que el Xacobeo viene ejerciendo como motor económico para Galicia, ya que engloba muchos sectores relacionados con el turismo, la hostelería y la cultura. 


Sin olvidar, por supuesto, el verdadero motivo de la celebración, que no es otro que las indulgencias que les otorga la tradición cristiana a quiénes visiten la catedral de Santiago en esos años. Pero como todo lo que depende de la fe se puede manipular al gusto del consumidor, la Iglesia acaba de dar una alegría a los creyentes. Bueno, al menos a los creyentes que tengan negocios en el recorrido del Camino de Santiago y a todos aquellos que quieran ganar las indulgencias que concede el jubileo, las cuales, dicho sea de paso, tienen una pega, y es que solo se pueden disfrutar en el más allá.


El caso es que el Papa, como jefe del negocio, ha ampliado el Año Xacobeo por un año más. La excusa es el asunto este de la pandemia, para que más gente pueda acudir a Santiago y pasar por la Puerta Santa de la catedral. Como ahora hay restricciones, hay que guardar distancias, adoptar medidas de seguridad de protección individual y evitar aglomeraciones, han decidido saltarse la tradición ampliando la efeméride un añito más y ya está. Total, ¿quién va a decir algo en contra? La economía encantada, y los fieles, que para eso lo son, a creérselo todo.


Los que no somos creyentes, y no estamos al día de este tipo de asuntos menos terrenales, pensábamos que estas circunstancias ocurrían cuando ocurrían, que la fecha caía cuando caía, y que no se podía jugar con los acontecimientos espirituales de forma interesada. Que era como si la Navidad, por caer en un día que no conviene, la pasaran al mes de agosto, por ejemplo.


Pero se ve qué no, que se puede. Y es que lo que la economía no pueda, no lo puede nada. Y en este asunto, la Iglesia, además de los intereses espirituales, tiene también asuntos económicos que atender.


Por lo demás, si hay que mover el Año Santo unos años arriba o abajo es lo de menos. Y si Jesucristo tiene que haber nacido en otro lugar y en otra fecha tampoco es problema. ¡Viva la espiritualidad económica!


Publicado en PontevedraViva.com el día 22 de enero de 2021




miércoles, 20 de enero de 2021

¿Cuál es el vecino pobre?

 András, 20 Enero de 2021

Desde siempre hemos visto a Portugal como el vecino pobre. Sin embargo, estoy convencido de que tal apreciación correspondía únicamente a un complejo de inferioridad nuestro, ya que siguen estando por delante de nosotros en infinidad de asuntos. Ahora, que comparten el problema de la pandemia, han vuelto a demostrar hasta qué punto se diferencian de nosotros, y hasta qué punto se puede gobernar pensando en la gente.


En primer lugar, en el tema puramente sanitario, están viviendo su segundo confinamiento general para tratar de contener los efectos de esta nueva ola de la pandemia, porque han alcanzado cifras realmente preocupantes en número de contagiados y fallecidos, además de tener, en algunas zonas del país, las UCIS están saturadas. No les tiembla el pulso a la hora de confinar si creen (como todo el mundo piensa) que es la medida más eficaz para doblar la curva de contagios.


Y en segundo lugar, en lo que al aspecto puramente económico se refiere, para paliar los efectos dramáticos que supuso el primer confinamiento, han aprobado una serie de ayudas económicas inmediatas, destinadas a impedir que los pequeños comerciantes y autónomos se vean obligados a echar el cierre definitivo de sus negocios.


Para ello, se han comprometido a pagar, durante el tiempo que dure el confinamiento, la totalidad de los salarios de las empresas en ERTE, con un tope de 1.995 euros brutos mensuales (tres veces el salario mínimo). 


Para ser un país pobre, pagan 800 euros más de lo que garantiza el gobierno de España. Ofrecen, por tanto, más cobertura para los trabajadores que en España. ¿Cuál es, por tanto, el vecino pobre? O mejor, ¿cuál es el que menos aparenta y mejor representa a sus conciudadanos?


martes, 19 de enero de 2021

La pandemia como efecto palanca

 András, 19 Enero de 2021

Al ministro Illa, y por extensión a su partido, le han jugado una mala pasada sus socios de legislatura. Para ser exactos, no son literalmente socios porque no comparten gobierno, pero les ayudan a mantener el poder.


Me refiero a los independentistas catalanes. Otrora adalid de la democracia y preocupados como nadie de la salud y la unidad de España, le han hecho un feo enorme al PSOE con su intento de retrasar las elecciones autonómicas. Parece indudable que no ha sido una buena noticia para el candidato (y ministro) socialista, y la polémica de su no dimisión por compartir ambas responsabilidades queda ahora, más que nunca, en evidencia.


Prueba del roto que le han hecho, es el recurso que han presentado al decreto que pospone los comicios. Y es entendible, porque son los únicos a los que les iba bien la fecha inicialmente prevista, no en vano, pensaban aprovechar el tirón del ministro en el peor momento de la nueva ola que tenemos encima.


Para ser francos, que el ministro pueda presentar como aval su gestión de la pandemia es, cuando menos, sonrojante. A no ser que, por éxito, entiendan lo que no ha hecho, o lo que ha dejado de hacer.


Su papel en esta crisis está siendo prácticamente nulo, y se reduce a enumerar estadísticas y a dar consejos. No escapa a nadie que, desde se aprobó el nuevo estado de alarma y se responsabilizó a las Comunidades Autónomas, no ha hecho prácticamente nada más que actuar de portavoz de los datos oficiales de contagios y muertos, y decir que la responsabilidad es de los presidentes autonómicos.


Es verdad que el Ejecutivo catalán no ha retrasado las elecciones por razones sanitarias. No es menos cierto que pretendían dar un pucherazo para dejar sin fecha las elecciones y continuar colgados de la brocha. Y es categóricamente cierto que su intención era desactivar el “efecto Illa”. También es cristalino que si los sondeos les fueran favorables, no hubiesen planteado el retraso.


Como es una verdad absoluta que todos han actuado única y exclusivamente pensando en sus propios intereses. El PSOE pensaba aprovechar la pandemia para relanzar a su candidato. Y los independentistas como excusa para lo contrario. Ya le han encontrado una utilidad.


lunes, 18 de enero de 2021

República "Cocacolera"

András, 18 Enero de 2021


Unos tipos asaltan el Capitolio en Washington, mueren cuatro personas y se decreta el toque de queda en la capital. ¡Quién iba a pensar que viviríamos un 23 de febrero en Washington! Aquí iban vestidos de verde, con bigote y tricornio; y allí con la cara pintada y ataviados con unas pieles y cuernos de búfalo, pero las intenciones eran las mismas, un intento de golpe de estado en toda regla. 


Lo sucedido allí, tiene un único responsable, el presidente Trump. Agitador del golpe, fallido y grotesco, es verdad, pero a fin de cuentas un intento deliberado y organizado de quebrantar la voluntad popular e interrumpir el proceso de transferencia pacífica del poder. Eso es lo que se pretendía, con la complicidad y la promoción de la máxima autoridad del país. 


El presidente se reunió con las personas que iban a asaltar el Capitolio y los incentivó a continuar con acciones similares a las que se acabaron produciendo, algo que, en otros países, tiene un nombre muy claro pero que, en este caso, parece que le cuesta pronunciar a mucha gente.


Aunque una cosa hay que reconocerle a Trump, y es que su actitud es consecuente con todo lo que lleva dicho y hecho desde el día que perdió las elecciones. Es decir, ha mantenido una estrategia continuada y planificada que se inició con la denuncia de los resultados, la intoxicación del ambiente y la siembra de mentiras, que ya dejaba entrever que acabaría en la promoción de un acto de insurgencia. Como diríamos aquí, ¡era visto!


Por tanto, lo sucedido en Washington no es un acto de gamberrismo fruto de un calentamiento temporal de un grupo de personas con más o menos cerebro, sino la consecuencia directa de una política perfectamente diseñada para dividir al país y conducirlo hasta el punto al que han llegado.


Situados en este punto, no esperemos que esto se vaya a curar de la noche a la mañana. Las escenas que hemos visto, y que nos han horrorizado, seguramente han sido aplaudidas por muchos norteamericanos que, en este aspecto, no son diferentes a los de otros países, denominados de forma despectiva cómo bananeros. Así que, como en EEUU no hay bananas, bien podríamos calificarla de república “cocacolera”.


viernes, 15 de enero de 2021

El Gobierno debe gobernar, no aconsejar

András, 15 Enero de 2021

“Hemos tenido unas navidades mejores de lo que deberíamos”, dijo Fernando Simón cuando, posiblemente sin quererlo, le traicionó el subconsciente. Se veía venir que nos echarían en cara las navidades, y se veía venir que las medidas adoptadas para esas fechas no serían suficientes, igual que se veía venir que las decisiones no se tomaron pensando únicamente en frenar los contagios. 


Si hemos tenido una navidades como no merecimos, es porque quienes tienen la responsabilidad no han adoptado las restricciones suficientes. Por tanto, ¿a qué viene el reproche a la ciudadanía? Ahora nos dicen que vienen semanas muy difíciles, y la pregunta que cabe es, ¿y qué piensan hacer ustedes?, ¿o piensan seguir errando?.


¿Quién nos va a salvar de las consecuencias de la falta de criterio, la falta de autoridad y la falta de medidas concretas? Este es el gran dilema al que nos enfrentemos. La gente ha hecho siempre lo que le han permitido, después de tantas órdenes y contraórdenes. Diez, seis con allegados, seis con los primos, siete con los niños, luego los menores de diez años no cuentan, después si... Es decir, el descontrol ha sido (y es) formidable, debido a la falta de autoridad del Gobierno, que es el último responsable. 


La tibieza en las medidas adoptadas, el mirar de reojo el contador electoral, o tratar de endosar el muerto al adversario, es lo que nos ha llevado a estar como estamos. Gobernar es tomar decisiones, gobernar es ser impopular, gobernar es pensar en el bien común, gobernar es asumir las consecuencias de las decisiones que se adoptan. Pero, sobre todo, gobernar es mandar.


Y al Gobierno que tenemos (de izquierdas) le falta mano izquierda para gobernar, para tomar decisiones. Para decirle a la gente lo que tienen que hacer. Van de acontecimiento en acontecimiento sin pensar en el medio plazo. Primero salvar el verano, luego las navidades, y ahora ya están pensando en salvar la Semana Santa, y van a salvarlo todo menos a los que se van quedando por el camino.


Trasladaron la responsabilidad a las Comunidades y se han limitado a dar consejos cuando, éstas, se han mostrado incapaces de gestionar una crisis semejante. Ni siquiera saben hacer un plan serio y eficaz de vacunación. ¿Por qué entonces el Gobierno central no asume el mando y pone orden? ¿Para qué aprobaron un estado de alarma de seis meses?


Los que gobiernan tienen que mandar, no aconsejar, y menos en una situación de crisis sanitaria tan grave. La ignorancia, la indecisión y la cobardía de los políticos es lo que nos lleva donde estamos, porque no saben mandar. Si queremos tener posibilidades de salir de esta situación, hace falta una actitud activa, alguien que asuma el mando, que tome decisiones y las imponga de una vez. Y eso, tiene que venir del Gobierno central. Punto.


Publicado en PontevedraViva.com el día 15 de Enero de 2021


miércoles, 13 de enero de 2021

Jacobo Martínez y la ministra Montero

 András, 13 Enero de 2021

Jacobo Martínez era un empleado modélico. Un hombre hecho a sí mismo, que había pasado por todas las áreas de la empresa hasta que, el fundador de la misma, el padre del actual director, le había ascendido al departamento comercial. Su conocimiento del sector le había dotado de una gran experiencia, lo que le reportaba una enorme confianza con los clientes. 


Jacobo era más que un proveedor, era un amigo para sus clientes, un solucionador de problemas, y en sus más de treinta años como responsable comercial, nunca había dejado de conseguir los objetivos de ventas, lo cual le proporcionaba, además de la confianza de la dirección, unos suculentos beneficios económicos, un sobresueldo que él solía destinar a gastos extraordinarios, a ciertos caprichos.


Sin embargo, aquel año, el de la pandemia, el del confinamiento, la cosa no había ido como otros años. El mercado, muy condicionado por la terrible crisis sanitaria, había dejado muy tocados a muchos de sus clientes y las ventas habían caído enormemente. Eran malos tiempos, incluso para Martínez, que es como le gustaba que le llamasen.


Por eso, cuando Martínez se presentó ante su jefe para analizar los resultados del año anterior y del primer mes del nuevo año, no tenía muy claro qué decir. No tenía argumentos. Él mantenía su cartera de clientes, pero era evidente que la cosa no iba bien. Por primera vez, en su dilatada carrera, sintió de cerca la posibilidad de que su continuidad en el trabajo se viera truncada. Y cuando su jefe le preguntó, dijo:


- “Verá usted. Las ventas de este mes no han sido las esperadas, pero se trata únicamente de un hecho excepcional y momentáneo. Le aseguro que si todo depende de las medidas que voy a tomar, al final del año, la media respecto al año anterior será positiva. Eso si, le advierto que si no alcanzo el objetivo, no será mi responsabilidad, sino de la competencia”.


Jacobo se había quedado sin argumentos, pero recordó lo que había escuchado en las noticias de la mañana, cuando la ministra de Hacienda tuvo que justificar la subida en el precio de la electricidad. Pensó que un discurso parecido al de una ministra debía ser suficientes para convencer al jefe. Al menos, serían explicaciones sólidas, justificadas, de peso, razonadas... Pero se equivocó, porque a él le exigían argumentos, no justificaciones, y mucho menos que éstas fueran absurdas, como las de la ministra. 


La diferencia entre Jacobo Martínez y la ministra, es que él vive en el mundo real, en el de las certezas, en el que te juegas el puesto de trabajo si no consigues los objetivos o, cuando menos, cuentas con razones lógicas y convincentes para explicar las desviaciones, a la vez que propuestas para cambiar la tendencia de las mismas. La ministra (la señora Montero para el caso), por el contrario, puede decir lo que le venga en gana, sin razonar las respuestas, incluso mentir si le viene en gana, porque nadie le va a interpelar y, para el caso de que alguien lo haga, podrá responder lo que le venga en gana o le pase por la cabeza en ese momento. 


Fue precisamente gracias a esa “pequeña” diferencia que existe entre ambos, por la que la señora ministra nos soltó una homilía prefabricada, sin contenido y preñada de falacias, a colación por los dos hachazos que las eléctricas nos han metido en el mes de enero. Por eso se permite el lujo de salir por la tangente para no decir que, en realidad, no han hecho nada, y que la culpa de todo es de otros. Y todo ello, a pesar de que pertenece a un gobierno de izquierdas, que tiene por bandera la defensa de los más desfavorecidos y que, cuando estaba en la oposición, se le llevaba la boca pidiendo la intervención del gobierno de turno en el asunto.


Martinez se jugó el tipo, arriesgó y solo su trayectoria en la empresa le salvó esta vez. La ministra seguirá en el cargo pase lo que pase y, como mucho, si el partido al que pertenece perdiera las próximas elecciones, su actual puesto le otorgará un buen curriculum para, porqué no, formar parte del consejo de administración de cualquier gran empresa. ¿Una eléctrica, por ejemplo?


martes, 12 de enero de 2021

La épica para tapar los errores

 András, 12 Enero de 2021

Aún no hemos vencido a la pandemia, y ya tenemos encima una nueva plaga, el Apocalipsis del invierno. Los males se ceban con España. Las imágenes de la capital y otras ciudades nevadas, con calles vacías y árboles caídos, se parece más a la situación creada tras una guerra o un invierno nuclear, que a la España moderna del siglo XXI. A ver si va a ser verdad que estamos a las puertas del fin del mundo...  y yo con tantas cosas pendientes...


No somos suizos, y mucho menos noruegos, pero más o menos preparados para soportar una nevada de unos días deberíamos de estar, digo yo. Cae un poco de nieve y nos volvemos todos locos. La gente sale a la calle como si lloviesen marcianos, y disfruta del panorama casi tanto como los dirigentes políticos, a quiénes este tipo de situaciones les van como anillo al dedo, aprovechando para hacer el ridículo más absoluto. 


Como es tradición, cada vez que hay un accidente o una catástrofe natural, lo primero que hacen es atizarse, acusarse de ser los peores gestionando, de que su crisis es la peor que nadie tuvo que afrontar... y entonces salen a la palestra para aparentar que hacen algo. No les vayan a acusar de la nevada, de no haberla previsto, de la falta de medios, de los negocios cerrados, de las carreteras cortadas, de los coches que se salen de la vía... o peor aún... no les vayan a acusar de que ha llegado el invierno. 


Los más osados se suben a una máquina quitanieves, como el alcalde de Madrid, para hablar a la cámara y decir que se queden todos en casa, porque es peligroso, que pueden resbalar. Y luego están los mal aconsejados, como Casado, que emulando a Feijoo, se hizo una foto pala en mano, que le perseguirá el resto de su vida política. ¿Pero para qué les pagan esta gente a los asesores?.


Y finalmente, la guinda de siempre. Los agradecimientos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a los servidores públicos, a la UME... es cuestión de poco tiempo que empiecen de nuevo con los aplausos ¿Pero no están para eso? Cómo nos gusta en este país exagerar las cosas, ensalzar a quienes (solo) cumplen con su obligación (y cobran por ello). Somos el país de la épica. En vez de darle normalidad a las cosas, planificarlas mejor, exigir a cada uno su parte de responsabilidad y ver qué hay que mejorar para cuando esto vuelva a ocurrir, preferimos recurrir a la épica, casi siempre, para tapar los errores. 






domingo, 10 de enero de 2021

EIRA DO MUIÑO

 András, 10 Enero de 2021

Polarización


Ya está bien de simplificarlo todo. Los políticos utilizan el discurso fácil para meternos a todos en el mismo saco porque les conviene reducir todo al mínimo de posturas, así les resulta fácil dividir y definir aquello de conmigo o contra mí. En realidad nos meten en los sacos que ellos suelen manejar por su propio interés. Y, ni todos somos todos rojos bolivarianos, ni todos somos fachas. Es todo mucho más complejo, afortunadamente.


Descontrol


Un ejemplo del descontrol y la poca planificación que llevan las administradores con esto del coronavirus, es que el día 4 de enero, todavía no se sabía si el curso se reanudaría el 8 o el 11. Y digo yo, ¿qué más dará tres o cuatro días antes o después....?


Todo el mundo esperaba un incremento tremendo de los contagios tras las fiestas navideñas, incluso una tercera ola más fuerte y con mutaciones del virus. Sin embargo, todavía se está valorando si endurecer o no las medidas. No solo eso, primero las han flexibilizado un poco para Reyes y ahora están valorando endurecerlas. La verdad es que no morimos más porque este virus no quiere, porque si fuera por nosotros, nos barrería a todos.


Hablan quienes menos deberían 


¿No es curioso que las comunidades que más protestan son las que peor están gestionando la pandemia desde que tienen la responsabilidad? ¿Madrid y Cataluña, por ejemplo?


Inexplicable


¿Cómo se puede explicar que después de esperar tanto por la vacuna, después de fiarlo todo al proceso de vacunación, ahora llevemos un retraso tan grande en su administración? ¿Cómo es posible que prevalezcan los Reyes Magos, los días festivos o las vacaciones, a la vacunación? Sinceramente es, cuando menos, inexplicable. Después nos quejaremos de que aumentan los contagios.


¿Se puede escoger?


Ya tenemos dos vacunas autorizadas por la AMA, la de los americanos y la europea. Al parecer, son parecidas pero no iguales. ¿Cómo podemos saber cuál nos van a poner a nosotros? ¿Se puede escoger?


Fuera de juego


Por cierto, ¿no les pasa que muchas veces se quedan fuera de juego estando en el sitio correcto?



viernes, 8 de enero de 2021

Se ve venir

 András, 08 Enero 2021

A veces no queremos creer algunas cosas, y solo cuando la cruda realidad nos pone de cara ante ellas, no tenemos más remedio que tragarnos nuestro orgullo y asumirlas. Eso es lo que parece que nos va pasar a quienes no queríamos creer que el Gobierno de Pedro Sánchez trataría de indultar a los presos condenados por el Tribunal Supremo en el juicio del procés.

El relato de la derecha no parecía creíble, muy simple para ser verdad. Es innegable que el Gobierno depende de los votos de los independentistas catalanes para casi todo, y como principal contraprestación, habría pactado con ellos el indulto de sus compañeros condenados. Demasiado evidente, ¿no? Todo aquello de la mesa de partidos habría sido solo una cortina de humo, porque su verdadero objetivo estaba puesto en el indulto. 

Sin embargo, como dice el refranero español, que es rico (y sabio), cuando el río suena... Y empezamos a ver, un día sí y otro también, declaraciones de miembros del Gobierno en las que se va preparando el terreno. Afirmaciones como que todo el mundo tiene derecho al indulto, que se puede indultar aún cuando los informes de la Fiscalía sean contrarios, o aquello tan manido de que tenemos que desinflamar la tensión con Cataluña, no son más que avisos que presagian un final anunciado.

Es verdad que el indulto es una gracia que concede el Gobierno, pero no creo que haya sido creado para hacer favores políticos. Además, como mínimo, para su concesión el condenado debe haber mostrado arrepentimiento por los delitos cometidos y no es esa precisamente la actitud de los políticos catalanes condenados quienes, lejos de estar arrepentidos, repiten una y otra vez que lo volverían a hacer.

Todos los gobiernos utilizan el indulto a su antojo, y no hay más que repasar la lista de los indultados para ver que está llena de políticos y funcionarios condenados por corrupción, por ejemplo. Pero en este caso, sería una enorme torpeza.

No hay desiflamación posible en este asunto. Estos condenados deben cumplir sus condenas y la única gracia que puede conceder, son las que la propia legislación penitenciaria les otorgue por su comportamiento. Sería un error concederles el indulto porque los delitos son gravísimos y atentan contra la propia esencia de la democracia, daría aire a los secesionistas para continuar por la misma línea y dejaría en muy mal lugar a un gobierno, ya de por sí, muy debilitado.

Publicado en PontevedraViva.com el día 08 Enero de 2021




jueves, 7 de enero de 2021

O una cosa, o la otra

 András, 07 Enero de 2021

El ministro Illa era la mejor persona para dirigir la crisis de la pandemia, liderando la gestión desde el ministerio de Sanidad. Al menos eso dijo el presidente del gobierno en numerosas ocasiones. Que sepamos, la pandemia sigue activa, si cabe con más fuerza que nunca, sin embargo, el ministro abandonará sus funciones en el ministerio para presentarse como candidato socialista a las elecciones catalanas. ¿A qué ese debe este cambio? ¿Es porque los intereses de partido se anteponen a los de los españoles, o es que los intereses de los catalanes son más importantes?


Hace mal el ministro manteniendo el cargo cuando ya es oficialmente candidato a la presidencia de la Generalidad. Y no vale que haya precedentes, porque alguien tiene que cambiar el paso, y si es un socialista mejor. 


Pero también resulta curioso que la oposición se queje, en un país donde todos hacen campaña para el partido subidos en los coches oficiales. Y resulta más curioso todavía que, siendo para la oposición el peor ministro de sanidad de la democracia, que no ha sabido manejar la crisis y que ha escurrido el bulto pasando la responsabilidad a las Comunidades Autónomas, digan ahora que debe abandonar porque desde el ministerio está ganando puntos para la candidatura. O una cosa o la otra señores...


martes, 5 de enero de 2021

Noche de Reyes

András, 05 Enero de 2021

Hace años, la noche de hoy era mágica para mí. Después de la cabalgata, era costumbre en mi casa dejar unos platos bien limpios, agua y pan para los camellos, y una copita de licor o un vaso de leche y turrones para que los cansados Reyes recuperasen fuerzas. 


Acostarse pronto, dormir mal, y a la mañana siguiente, la emoción y el nerviosismo del mejor día del año. Se abrían los regalos y, sin saber porqué, se obraba el milagro, porque los Reyes Magos siempre acertaban con lo que yo deseaba. Me pasaba ese día y muchos más jugando, hasta que el paso del tiempo deterioraba los juguetes y las ganas de jugar con ellos.


En efecto, estamos en la gran noche del año. La noche en que los Reyes Magos despliegan toda su magia para dejar en las casas un montón de regalos, siempre merecidos. Sin embargo, resulta difícil este año salir a la calle para esperar el paso de la cabalgata y no ver el séquito que precede la presencia de tan dignos representantes, mientas las caras relucientes de felicidad y unos corazones palpitantes expresan los deseos de pequeños y mayores. Parece un contrasentido, una Navidad sin cabalgata de Reyes, como lo fue el de la nueva normalidad, ambos para renombrar la verdad y engañar las conciencias.


Pero además de los regalos, su condición de “magos” o mejor, de sabios, les hace predecir acontecimientos a través de la lectura de las estrellas y, aunque las nieves caídas en la nochevieja (y la vacuna), debieran predecir un año mejor que el anterior, me temo que el año no solo no trae grandes eventos, sino que se avecinan ciertos contratiempos, no solo para la mejora sanitaria, sino en una vertiente económica debilitada, decaída y empobrecida.


Con virus, sin cabalgata, sin el abrazo que nos trasmite amor y consuelo, pero pese a todo, celebraremos esta noche y los niños tendrán su mágica Noche de Reyes. Es nuestro compromiso de adultos y una vez más lo cumpliremos. Nunca apagarán nuestra Navidad y nunca dejaremos a los niños sin su Noche de Reyes.


Feliz noche de Reyes... a todos los que todavía mantengan viva la magia de la infancia.


lunes, 4 de enero de 2021

Casado no se centra

 András, 04 Enero de 2021

Hace unos días, en un acto en Cataluña, Pablo Casado actuó como si fuera el líder de un partido de centro, y aunque reprochó los pactos del Gobierno, se centró, sobre todo, en el asunto de los impuestos. Ni siquiera hizo sangre con el famoso tema de la defensa del castellano como lengua vehicular en la enseñanza. Incluso sorprendió con una condena contundente a los contenidos golpistas del chat de exmilitares. Sin duda, adoptó un mensaje más centrado, y edulcoró su discurso por estar Cataluña. 


Sin embargo, la decisión (acertada) que tomó de marcar distancias con la extrema derecha y apostar por pescar en el caladero del espacio político de centro, parece que se lleva mal con la necesidad que tiene el PP de no ceder a los ultras el espacio de la derecha tradicional, partidaria de no dar tregua al gobierno de coalición. 


La dificultad que tiene la dirección del PP para conciliar al mismo tiempo un discurso moderado con el que competir con Ciudadanos y el ala derecha del PSOE, y uno más duro con el que arrebatar a Vox la confianza de los votantes de la derecha más extrema, está obligando a Pablo Casado a hacer ejercicios de equilibrismo ideológico. Un día apuesta por un perfil crítico pero propositivo, pensando en los electores de centro, y al día siguiente le disputa la retórica ultra a los de Abascal.


Por eso Casado va como una bola de pinball por el tablero político, y se ve obligado a defender, casi cada día, un discurso diferente. Desde una posición conciliadora, defendiendo que el PP es un proyecto en el que caben socialdemócratas, liberales, conservadores y democristianos. A otra totalmente opuesta, recuperando un discurso extremista y comparando la situación de nuestro país con la de Cuba y Venezuela. 


Y ese péndulo ideológico en el que se ha instalado, le lleva a contradecirse en lo que debe ser el modelo de inspiración para gobernar, pasando de reivindicar a Juanma Moreno, cuando antes había dicho que la inspiración se la daba Isabel Díaz Ayuso; y no hay que ser un gran analista político para adivinar las enormes diferencias que existen entre ambos.


¿Qué PP quiere Casado? En realidad le da igual, lo que quiere es quedar bien con todos los espacios ideológicos. Le vale la derecha de la izquierda, el centro, la derecha, la extrema derecha... todo. Pero debería centrarse, tanto en sus objetivos como ideológicamente.


viernes, 1 de enero de 2021

El primer regalo del año

 András, 01 Enero de 2021

El año tiene 365 días, pero uno de los mejores momentos de cada año, llega cada primero de enero, con el Concierto de Año Nuevo que la Filarmónica de Viena, celebra en el Salón Dorado del Musikverein. Sin público esta vez por culpa del coronavirus aunque, afortunadamente, se puede seguir en directo por televisión.


Te gusta o no te gusta. No es cuestión de sabidurías ni criterios. Se trata, sencillamente, de sentir y gozar con la música; de la ilusión del concierto más esperado, de deleitarse con sus pentagramas sugestivos y seductores, de participar (aunque sea por televisión) del concierto al que a todos nos gustaría asistir. 


No importa quién lo dirija cada año, porque todos son son grandísimos directores, y la Filarmónica suena siempre excepcionalmente bien. Con ese extraordinario repertorio de valses y polcas de la familia Strauss, que es marca de la casa y que ningún otro conjunto sinfónico sobre la faz de la tierra toca, ni tocará mejor.


El concierto es bellísimo, y está envuelto en rigor, empaque, tradición, seriedad y naturalidad, y nos entrega a la música con su condición de dueña y señora de un evento que, en cualquier caso, tiene más de acontecimiento y de hecho social, que de objeto de culto musical. Todo es perfecto, elegante y te transporta a otro mundo. Durante casi tres horas se puede soñar mientras te mecen las notas de los valses. Todo alcanza otra dimensión con la música de la familia Strauss.


Ambientación impecable, realización perfecta, sonido inigualable, suave, envolvente, y dirección magistral del italiano Riccardo Muti, de ejecución sublime. El concierto de año nuevo es un regalo para los oídos y para la imaginación. 


Pero es mucho más, una retransmisión televisiva de alta calidad, refinados adornos florales, escenas de ballet con vistosas localizaciones, coreografías y vestuarios, un atractivo documental para el descanso de la mente. Sin duda, hemos recibido el primer regalo del año.