Pontevedra, 03 Febrero de 2015
Cuando
el Partido Popular llegó al gobierno en 2011, se nos dijo que había que
realizar recortes por la herencia recibida del PSOE. Ellos recibieron un país
que no conocían, pese a gobernar en la mayor parte de las instituciones del
país. Entre los recortes a llevar a cabo se dijo (bien es cierto que con la
boca pequeña) que había que adelgazar la administración del estado, pero
después de tres años de su llegada al poder, los cambios en la estructura
estatal, brillan por su ausencia, y el estado está cada vez más obeso. Quizás
porque tales cambios afectan directamente a los propios partidos políticos,
sobre todo a PP y PSOE. Por eso tampoco creo que un gobierno socialista arregle
tal desaguisado administrativo.
Tenemos
un montón de administraciones diferentes, llenas de políticos, que en muchas
ocasiones solo sirven para doblar competencias y poner en más dificultades al
ciudadano a la hora de realizar cualquier gestión. España tiene 8.116 municipios.
Como ejemplo comparativo, en Alemania hay 11.553 pero su población
es un 77% mayor que la de España. Hay un dato demoledor en lo que a la
administración local española se refiere, y es que el 84% de los municipios tiene menos de 5.000
habitantes y muchos son inviables.
Pero los municipios son
solo un ejemplo, porque además tenemos comunidades autónomas, diputaciones, todo tipo de empresas públicas o con participación de
fondos públicos, fundaciones, entes, observatorios, consejos, defensores, agencias,
direcciones generales,
etc... Todas estas instituciones elevan a 445.568 el
número de políticos empleados en la administración pública. Casi el doble del
segundo que es Italia, 300.000 más que Alemania y el doble que Francia. Sinceramente,
este dato es demoledor.
Y lo peor de todo es que nadie
lo quiere ver. Al menos nadie que tenga responsabilidad y poder para cambiarlo.
España es el país europeo con mayor número de
políticos con cargos públicos por habitante de toda Europa. Tenemos una administración
desmesurada y no por los funcionarios que prestan servicio
directo al ciudadano (profesores, administrativos, médicos, policías, etc…)
sino que el mayor porcentaje de distorsión se encuentra entre los políticos que
pueblan nuestra administración. Este, precisamente, suele ser el argumento de los
políticos para no tocar la administración pública, los funcionarios. Pero ellos
no son el problema, sino los políticos que abarrotan todas las
administraciones. En las comunidades autónomas y
los ayuntamientos, es donde se produce la mayor colocación de políticos. Son la gran agencia de colocación de los partidos. Empresas municipales de la vivienda, de transporte, y la proliferación
de observatorios y organismos asesores, son el nicho de colocación perfecto para aquellos
políticos que quieren un puesto de trabajo tranquilo y bien pagado a costa del
erario público. Sin duda, es en las denominadas asesorías,
donde se produce el mayor número de colocaciones.
Por tanto, cuando
nos hablen de recortes, acometan el más importante, el de la administración
pública. El caso más grave lo suponen los recortes realizados en el sistema sanitario y el sistema educativo,
donde hay empleados 8.260 y 9.320 políticos respectivamente que realizan en su
mayoría tareas de asesoramiento, planificación y control del resto de empleados
públicos. Muchos recortes en sanidad y educación para los enfermos y los
alumnos, para pagar las medicinas o quitar profesores de apoyo, pero no para
recortar en asesores. Vergonzoso. ¿Es esto pensar en los más desfavorecidos?
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