viernes, 13 de agosto de 2021

El derecho al perdón

 András, 13 Agosto de 2021

Recientemente se puso fin a los Juegos Olímpicos de Tokio. Unos Juegos que arrancaron en 2020 y finalizaron en 2021, y en los que, además de la falta de público, hubo tres ausencias significativas. Faltaron a la cita el encargado de la coreografía del acto inaugural, el compositor de la música y el director de la ceremonia. 


Al primero se lo cargaron por haber propuesto en el chat privado de los organizadores hacer un número en el que una actriz apareciera en el estadio disfrazada de cerdo, en alusión a la anatomía de la propia actriz. Se filtró el contenido del chat y le obligaron a dimitir. Se ve que tenía un gran sentido del humor.


Al segundo, le invitaron a irse cuando alguien rescató una entrevista suya de hace treinta años en la que contaba, como anécdota divertida, que cuando él era estudiante acosaba a un compañero suyo discapacitado. Una joya el tipo.


Y al tercero, el mismísimo director del acto, que fue despedido el día antes de la inauguración por una actuación suya de hace veintisiete años en la que hacía una broma sobre el holocausto. Oficialmente todos han dimitido, asumiendo que sus comportamientos fueron inapropiados. Ya vemos cómo se las gastan los nipones, casi como aquí. 


Sin embargo, de esto se extrae un doble debate que tantas veces se ha puesto sobre la mesa. El primero es saber cuál es el límite del humor, ¿cabe o no cabe hacer chistes sobre el genocidio, por ejemplo? Y, en segundo lugar, tenemos el debate sobre el derecho al perdón y al olvido. ¿Cuándo prescribe la supuesta responsabilidad de alguien por haber hecho una broma de mal gusto hace años? ¿Tiene alguien que seguir penando por algo que hico hace veinticinco años? ¿No caducan las bromas inapropiadas? La mayoría de los delitos se dan por redimidos mucho antes…


Publicado en PontevedraViva.com el día 13 de Agosto de 2021



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