András, 11 julio de 2025
El pasado fin de semana Feijóo juntó a Rajoy y Aznar en la sesión de baño y masaje que el partido le organizó para que le confirmasen su papado pepero. Si quería una imagen que le alejase un poco más de la Moncloa, acertó de pleno, flanqueado por los presidentes más siniestros de la historia de la democracia española.
Si lo que pretendía era mostrar unidad, el efecto ha sido totalmente el contrario, decadencia. En la foto pudimos ver tres generaciones de cinismo; el de la guerra, el de la corrupción y el del bulo. Como las tres personas de la santísima trinidad, pero en cutre.
A su derecha, Aznar, el padre del desastre, que volvió a subirse al púlpito para hablar de golfería estructural mientras sigue sin pedir perdón por meter a España en una guerra ilegal, mintiendo sobre armas de destrucción masiva y provocando más de cien mil muertos civiles. Y no solo eso, también manipuló la realidad para tratar de engañar al país tras el 11-M, intentando que se responsabilizara a ETA. Este, con pose de matón y macho clásico, con las piernas abiertas, es el que ahora se presenta como ideólogo y defensor de la verdad.
A su izquierda, M. Rajoy, el que presidía el partido condenado por corrupción cuando todavía estaba en la Moncloa. El que permitió que el PP se financiara de forma ilegal durante su mandato, el que fingía no saber nada mientras su partido trituraba pruebas y pagaba sobresueldos, el que enviaba mensajes de ánimo a quien acabó en la cárcel. Hoy se permite hablar de legalidad y de moderación, como si no hubiera presidido la mayor cloaca institucional de España. Con su pose de despiste, su legado es Gurtel, Lezo, Bárcenas, M. Rajoy...
Y en el centro, Feijóo, el eterno aspirante. El que renuncia a las oportunidades "porque quiere" y que solo se sostiene a base de bulos. Cada semana un nuevo engaño, una nueva manipulación de la realidad. Feijóo no es un líder, es un muñeco en manos del ala dura del partido, y le faltan principios y mando para imponer su propio criterio, en caso de que lo tuviera.
En efecto, Feijóo se rodeó de dos fantasmas de la historia reciente de España, los Dimas y Gestas del siglo XXI, el de la guerra sucia y el de la corrupción. ¿De verdad alguien cree que estos tres pueden limpiar algo? Creo que mejor les iría formando un grupo para cantar en las verbenas de los pueblos. Podrían llamarse guerra, corrupción y bulo.
Publicado en PontevedraViva.com el día 11 de julio de 2025
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