Pontevedra, 24 Mayo de 2019
Comienza la legislatura y como cada vez que arranca una nueva, se produce la liturgia típica de estas situaciones. Los diputados estrenan escaño, y hacen como los niños con libros nuevos empezando un nuevo curso. Esta semana han estado de estreno. Estrenan iPad, iPhone, sillón, incluso algunos aprovechan para estrenar un traje, porque la situación lo merece. Se hacen fotos, las publican en las redes sociales y presumen cuando vuelven a su pueblo. El caso es que más allá de la caricaturización de la situación, el arranque de una legislatura es una cosa muy seria.
En esta ocasión, entre los nuevos diputados están también los secesionistas encarcelados por gravísimos (presuntos) delitos, y que se aprovechan del mismo sistema y la misma Constitución que quisieron (quieren) tumbar por la vía unilateral, sin contar con el resto de españoles. Ninguno de los cuatro ha renunciado al iPad, al iPhone o al salario de diputado que le corresponde a pesar de que todo ello provenga del mismo Estado opresor que tanto ansían derribar y del que tanto reniegan.
Con la apertura de la nueva legislatura comenzó a escribirse una pagina insólita de nuestra historia, porque cuatro parlamentarios de las nuevas Cortes y un senador, han prometido su cargo vigilados por la policía por si intentaban fugarse. Llegaron acompañados de las fuerzas de seguridad y regresaron del mismo modo a la cárcel. Nunca antes se había dado una situación como esta, tan singular y, a la vez, tan grave y bochornosa.
Pero están ahí porque a los españoles que les votaron no les disuadió que sus representantes fueran presuntos delincuentes. Todo lo contrario, el hecho de serlo fue lo que provocó que encabezaran las candidaturas, sacando pecho por haber promovido el derecho a decidir de forma unilateral donde empieza y donde termina España.
Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Turull, Jordi Sánchez y Raul Romeva son cuatro parlamentarios y un senador electos, y entraron en la casa cuya función intentaron suplantar, pero que en rigor han dedicado y van a dedicar todos sus esfuerzos a anular a la mayoría en las decisiones sobre Cataluña. Cuatro diputados y un senador que pretenden que España deje de ser España tal como hoy la conocemos.
Es verdad que en esencia no se diferencian de los demás diputados independentistas que en estos últimos cuarenta años de democracia han formado parte del Congreso. Nunca ha aspirado Rufián, por ejemplo, a defender el interés general de los españoles, pero la diferencia entre aquéllos y éstos es que estos últimos ya intentaron suplantar la voluntad de la soberanía nacional.
Publicado en PontevedraViva.com el día 24 de mayo de 2019
Publicado en PontevedraViva.com el día 24 de mayo de 2019
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