sábado, 11 de mayo de 2019

Alfredo Pérez Rubalcaba, un hombre de Estado

Pontevedra, 11 Mayo de 2019

Cuando alguien fallece, solemos decir que siempre mueren las personas buenas. Y no es verdad, porque los malos, afortunadamente también se van. Lo que pasa que cuando muere una buena persona lo notamos más, estamos más sensibles y, sobre todo, empezamos antes a echarlos de menos.

Esto es lo que me pasa con Rubalcaba. No era nadie de mi entorno, no tuve el placer de conocerlo, pero reconozco que me ha dejado mal cuerpo el conocimiento de su fallecimiento. Lo he sentido como alguien cercano, y me he entristecido enormemente. Algo tenía para que tantas personas de forma improvisada se movilizaran para honrarle durante apenas unos segundos en el Congreso.

Rubalcaba lo ha sido todo en la política española, ha sido ministro en diferentes gobiernos y con la vicepresidencia alcanzó su techo político. Pero él de lo que estaba mas orgulloso era de su condición de diputado socialista.

Porque sobre todo, Rubalcaba era un socialista entregado a la vocación de servicio público. Un hombre de firmes convicciones y muy lúcido en sus argumentaciones. Fue un hombre muy importante en el PSOE y para el propio Estado en sí mismo. Rubalcaba era uno de esos hombres de Estado, de los que ya quedan pocos. 

Rubalcaba era uno de esos políticos con mayúsculas, de los que estamos echando de menos en estos tiempos donde el nivel ha bajado tanto y tantos han venido a servirse de la política. Rubalcaba era de los pocos que podrían haber formado parte de la transición, por su altura de miras, su visión de Estado y su gran capacidad de negociación. Y posiblemente sería de ls pocos con capacidad para salvar la situación de descontrol institucional que estamos viviendo. 

España perdió la oportunidad de tener el mejor presidente del Gobierno desde Felipe González. Descanse en paz.




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