Pontevedra, 22 Mayo de 2019
Los de Podemos, como todos los partidos, tienen algunos temas recurrentes que suelen sacar de la manga cada vez que les hace falta. Uno de los más utilizados por Pablo Iglesias es el cuento de la lucha de clases y el asunto de ricos y pobres.
Por ejemplo, a Pablo Iglesias le parece fatal que un rico haga donaciones al Estado, y suele llamarlo “limosna” porque suena peor que donación. De igual forma que le gusta retorcer el lenguaje para referirse a la solidaridad como caridad. Un líder revolucionario como él siempre se describirá a sí mismo como solidario, y nunca como caritativo. A Pablo le gusta identificar al rico que dona al Estado con el rico que no paga suficientes impuestos, por eso no dona, por eso da “limosna” al resto de sus conciudadanos, porque no tiene la conciencia tranquila.
Esta historia de Podemos siempre termina en la misma mentira, es decir, el que dona lo hace porque no tributa lo que debe. Y concretamente cuando el que dona es Amancio Ortega y el destino es la sanidad pública, todavía peor. Porque cuando lo hace otro rico y el destino del dinero es otro, ya es otra cosa. Si por ejemplo el donante es Jaume Roures cediendo sus instalaciones al servicio del gobierno independentista catalán para hacer el recuento del referéndum ilegal del uno de octubre, eso ya no es “limosna”. En ese caso ya no hay reproche a la donación.
La conclusión que tenemos que sacar de todo esto es que para Podemos no todas las donaciones son iguales. Y debemos suponer que la tecnología contra el cancer es limosna, pero la tecnología puesta al servicio del secesionismo catalán es donación. ¿Lo he entendido bien Pablo?
La falacia de fondo en la que vive esta gente (y que por desgracia se creen) es que el dinero que los ricos entregan al Estado, solo está bien si lo hacen obligados. Le resulta tan imposible entender que haya gente con mucho dinero que además tenga buen corazón y le apetezca ceder una parte de lo que tiene para el bien común, que lo satanizan. Y podría criticarlo si tuviera la prueba de que el propietario de Inditex no está cumpliendo con sus obligaciones fiscales, pero uno puede cumplir con sus obligaciones fiscales y además querer contribuir con algo más.
Cualquier ciudadano puede donar dinero al Estado una vez haya cumplido con sus obligaciones fiscales. Incluso Pablo Iglesias podría hacerlo y, en lugar de donar parte del salario a su partido puede hacerlo al Estado, nadie se lo impide. ¿O eso sería también limosna, Pablo?
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