Pontevedra, 13 Junio de 2019
Resulta sorprendente la poca estima que, por lo general, tienen los políticos hacia quienes representan. Aunque más que representarnos, lo que hacen es representar su teatrillo diario ante nosotros. Sobre todo en estos días de intereses partidistas tan exacerbados. Los partidos políticos están en celo, están, como los ciervos, en la berrea, y tratan de enamorarse unos a otros con el único objetivo de repartirse el mejor trozo del pastel del poder.
El problema es como nos tratan a los Ciudadanos. Con qué caradura pueden llegar a mentir y a inventarse excusas con tal de no dar el brazo a torcer. Por ejemplo, ¿de verdad se creen en Ciudadanos que los españoles creemos que no tienen nada que ver con Vox ni se apoyan en ellos para conseguir poder? ¿Se creen de verdad que somos tan tontos como para no ver que su relación en el Gobierno de Andalucía se basa en un juego de intereses mutuos? ¿Cómo pueden hacernos creer que los vetan si están con ellos en todas las instituciones que pueden? ¿Y como pretenden hacernos creer que en un sitio pactan con el PP y en otro con el PSOE? ¿No era que con el PSOE había un cordón sanitario? ¿O solo lo aplican donde no tienen ningún interés propio?
Y lo mismo ocurre con el PSOE, que dice que no pactará con los independentistas, pero busca su abstención para hacer presidente a Sánchez. ¿De verdad se creen que nos vamos a tragar que será a cambio de nada? Son capaces de decirnos que lo harán por patriotismo español y se quedarían tan anchos. O son muy torpes o nos creen muy tontos. O ambas cosas.
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