Pontevedra, 15 Abril de 2019
Tenemos una asignatura pendiente en España en lo referente a la libertad de expresión. Suena duro, pero es así. Nos creemos muy avanzados y democráticos, pero todavía hay gente que está con la mentalidad en el régimen anterior. Después de cuarenta años de sombra informativa, de perseguidos por las ideas políticas, por la raza o por el sexo, parece que algunos aún añoran todo aquello. No puede ser que todavía a estas alturas, haya gente que no pueda expresar libremente sus ideas, dependiendo en qué lugar se encuentre.
Radicales de extrema derecha y de extrema izquierda imponen la ley del silencio tratando de acallar a quienes no piensan como ellos, y utilizan su libertad de expresión para aplacar la de otros. O piensas como ellos o no hablas, es su filosofía y su idea de la democracia.
Los escraches a Rivera son condenables. Igual que los que le hacen a Pablo Iglesias o al mismo Santiago Abascal. Todo el mundo tiene derecho a defender y expresar sus ideas de forma democrática y tranquila. El tratar de impedir la libertad de expresión es una contradicción en sí misma que no se debe permitir.
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