Madrid, 28 Mayo de 2015
Cuando a un niño se le riñe por alguna travesura,
suele defenderse diciendo que la culpa no es suya, que es de otro y que él solo
pasaba por allí. Los niños son así, ingenuos pero a la vez mordaces. Con los
años, los niños crecen y algunos se hacen políticos. Luego comenten presuntos
delitos, son imputados y tienen que declarar ante un juez. Y ahí les vuelve de
nuevo la costumbre infantil de echar la culpa a otro: a los medios de
comunicación, a la oposición, a otros miembros del partido y, con demasiada
frecuencia, a lo que ellos denominan los “técnicos” que son los funcionarios
que están en las instituciones y que suelen ser, a sus ojos, los responsables
de todo lo que ellos hacen mal, que es casi todo. Y todo ello, a pesar del número ingente de asesores personales que suelen contratar (a dedo). Sin embargo, ¿han visto alguna
vez a un político culpar de sus errores a sus asesores? No, porque son personas
del partido, como ellos. De lo que parecen no darse cuenta, es de que culpando
a los técnicos de sus errores, ponen en evidencia su falta de formación y
preparación para los cargos que ocupan.
Había dos niños andaluces a los que la vida les ha ido
muy bien, son Chaves y Griñan. Pero, por motivos sin duda ajenos a ellos
(porque ellos solo pasaban por allí para cobrar), han tenido que pasar por el
juzgado por estar imputados en el tremendo caso de corrupción de los ERES
fraudulentos, perpetrado, curiosamente, cuando ambos eran presidentes de la
Junta de Andalucía. Los dos responsabilizaron de lo ocurrido a los técnicos de
la Junta, haciendo especial hincapié en el que fuera interventor general en su
época. Porque, según sus propias palabras, ellos solo “hicieron lo que tenían que hacer”, y “nadie les alertó sobre irregularidades” en las ayudas
sociolaborales. Lógico, ellos esperaban que entrasen en sus despachos y les
dijeran: “Señor Chaves, aquí le dejo estos papeles para firmar. Nada
importante, solo una nueva adjudicación de dinero de unos ERES fraudulentos
para repartirse entre un par de directores generales y los sindicatos”.
Para que nos entendamos, le echaron el muerto a
otro, como cuando eran niños y correteaban por las calles de su ciudad. Suele
ser esta una práctica habitual de los políticos y que les suele funcionar, al
menos de puertas para dentro del partido, porque desvían la atención hacia
otros como presuntos responsables mostrándose ellos como los engañados.
Sin embargo, algunas veces el tiro les sale por la
culata y no cuentan con que los “técnicos” pidan declarar de forma voluntaria
ante su señoría para desmentir la teoría de los políticos y de paso echar por
tierra toda su argumentación. Esto es lo que les ha ocurrido a los
expresidentes andaluces, que han sido desmentidos por el exinterventor general
de la Junta, Manuel Gómez Martinez, que tras presentarse voluntariamente ante
el juez, dijo que tanto el senador como el diputado habían sido informados en
todo momento de las posibles irregularidades que se estaban cometiendo. No
aportó pruebas, pero seguro que dice la verdad. Posiblemente tampoco existan
pruebas que lleguen a condenar a Chaves y a Griñan, pero todos sabemos que lo
de los ERES es una vergüenza y que ambos sabían lo que pasaba.
Chaves y Griñán,
Griñán y Chaves son responsables políticos de todo lo ocurrido en la Junta
durante sus mandatos. Responsables de nombrar a los consejeros, responsables de
que éstos nombren en a sus directores generales y responsables de todo lo
ocurrido, de lo bueno y de lo malo. Pero no lo admiten, porque no tienen la
valentía de hacerlo y porque, después de tanto tiempo en el poder, se creen que
están por encima del bien y del mal. A los ojos de los ciudadanos, son
culpables aunque nunca se llegue a demostrarlo y se nieguen a reconocerlo.
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Chaves en la soledad de su escaño, al que se agarra como una lapa |
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