Pontevedra, 06 Mayo de 2015
La gestión de las Cajas de Ahorros en España está llena de sobresaltos y
malas prácticas que las han llevado a la ruina, con la consiguiente inyección
de dinero público para tratar de cuadrar las cuentas antes de venderlas al
mejor postor. Todas las Cajas tienen como denominador común la mala gestión
llevada a cabo por unos directivos puestos a dedo por los políticos, con poca o
nula experiencia en el sector bancario.
El penúltimo caso es el de la CAM, ya
que, un juez ha decidido sentar en el banquillo a la cúpula de mando por la
quiebra de la entidad, acusando al expresidente y a los exdirectores generales
de falseamiento de las cuentas, apropiación indebida y
falsedad en documento mercantil. Casi nada. El juez les acusa
de tapar la
situación crítica en la que se encontraba la caja en beneficio propio, y de
cobrar indebidamente 47,3 millones de euros en retribuciones. Además, lo
hicieron con un descaro tremendo, manipulando las cuentas de la forma más
burda, reflejando como beneficios de 65 millones lo que en realidad eran unas
pérdidas de 1.136 millones. Es decir, no supieron gestionar la entidad, pero si que supieron
llevarse todo el dinero que pudieron. Lo mismo que ocurrió en Caixanova, Bankia,
etc...
Al final, lo que cuenta para los ciudadanos es que hubo que rescatar a
la entidad con 5.200 millones de euros de dinero público antes de venderla al
Banco Sabadell. Sin duda, un modelo de gestión que se estudiará en las
universidades del mundo. De todos modos, a los que habría que imputar es a los
que pusieron a éstos al frente de la CAM.
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Modesto Crespo, expresidente de la CAM imputado por falsear las cuentas de la Caja |
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