viernes, 15 de mayo de 2015

Podemos no se define

Pontevedra, 15 Mayo de 2015

En Podemos empiezan a tener los mismos problemas de la casta. A los escándalos de algunos de sus miembros destacados (menores de momento) se suman las disensiones internas por diferencias de criterio. Monedero dejó el partido diciendo que los principios por los que se rige actualmente no son los de la fundación. Es legítimo lo que dice Monedero y es legítima la decisión del partido de virar en su rumbo, porque es cierto que se está produciendo una suavización ideológica para acercarse a las posturas de la socilademocracia, alejándose del radicalismo de izquierdas de sus inicios. En el fondo Iglesias y Monedero continúan defendiendo las mismas ideas, solo que el primero apuesta por mantener las posturas radicales, y el otro pretende vender una imagen más moderada para acercarse a los potenciales votantes de izquierda y derecha hastiados de la corrupción en sus partidos. Pero debe hacerlo rápido, porque queda mucho tiempo para las elecciones generales (principal objetivo de Podemos) y el tiempo es un factor que juega en su contra.

Iglesias resolvió el problema de Monedero como lo harían los partidos que ellos denominan de la vieja política. Le han invitado a quitarse de la primera fila para no causar problemas por su radicalismo extremo, y lo han vestido como una dimisión. No le han dado normalidad a algo que debería ser absolutamente natural, y es que en los partidos puede y debe de haber voces disidentes que tienen ser escuchadas y que aporten pluralidad a las formaciones. El desgaste y la pérdida de credibilidad es mucho menor si se asumen los problemas con normalidad, aunque éstos sean graves. ¿Qué diferencia hay entre el manejo de la situación de Podemos en este tema y como lo harían PP o PSOE? Ninguna, pero es en temas como estos donde los ciudadanos esperan que los nuevos actúen de forma diferente a los de siempre.

Además habiendo acertado en el diagnóstico de los problemas del país, no acaban de hacerlo con las soluciones y las que proponen no están bien explicadas o han sido modificadas con demasiada frecuencia. Así lo hemos podido constatar en el programa electoral que han presentado para las próximas elecciones autonómicas, donde tratan de agradar a muchos eliminando medidas de las que presumían y edulcorando otras. Es decir, quieren abarcar mucho y van a apretar poco. Demasiada leche en el café de Podemos.

Podemos tiene que definirse y decidir si quiere ser una alternativa de gobierno o simplemente una promesa. Aspira a gobernar, pero parece que no se conforman con nada que no sea la mayoría absoluta. Tienen que entender que también se pueden cambiar las cosas sin ganar, y que pactando y asumiendo la gestión de áreas importantes como economía o educación también pueden demostrar lo que pretenden. Si esperan únicamente a ganar con mayoría absoluta, el cambio podría no llegar. Pero ese escenario parece que no se contempla en el partido de Pablo Iglesias.

Publicado en PontevedraViva.com el día 15 de mayo de 2015


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