Pontevedra, 15 Mayo de 2015
El candidato socialista a la alcaldía de Ourense ha sido
imputado por un presunto delito de prevaricación. Pero como buen político,
donde dije digo, digo Diego y no dimite, a pesar de haber comprometido su
palabra para dimitir en caso de ser imputado cuando luchó con Pachi Vázquez por
la candidatura en las primarias locales.
Además, tirando del manual del político, las excusas que
expone son poco originales: tengo la conciencia tranquila, actué en el marco de
la ley y así lo entendieron los técnicos. Es decir, me agarro al puesto, echo
la culpa a los funcionarios y digo que todo es una trama conspirativa contra
mi. Ni más ni menos que el político tipo.
Pero lo importante es que el PSOE gallego tiene un
problema de fondo de dimensiones incalculables, porque el candidato imputado no
dimite, se desdice de lo dicho, además, curiosamente, en caso de dimitir, las
consecuencias serían todavía peores porque seguiría apareciendo en las
papeletas ya que a día de hoy no se pueden modificar; y para mayor escarnio, en
ese caso, la concejala a la que presuntamente favoreció y por la que se le
imputa, ocuparía el primer puesto de la lista.
A todo esto, el secretario general ni está ni se le
espera. Ni el propio Valle-Inclán hubiera escrito un esperpento tan enrevesado.
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