Pontevedra, 29 Mayo de 2015
Tras la celebración de las elecciones municipales y
autonómicas del pasado domingo, se ha confirmado lo que se vaticinaba y se inicia un nuevo tiempo político en el
que el bipartidismo clásico, PP-PSOE, tendrán que compartir protagonismo con
otros partidos políticos. Seguirán gobernando en muchas instituciones, pero
deberán pactar para lograrlo. En casi todas las autonomías y ayuntamientos de
las capitales de provincia, serán necesarios pactos entre dos o más para que se
puedan constituir gobiernos, y eso, es una buena noticia porque las mayorías
absolutas suelen degenerar en absolutismos.
Los
ciudadanos han dado un golpe sobre la mesa y han dicho basta ya. Basta ya de que gobiernen siempre los mismos, de
que se repartan el poder entre ellos y de que nos ninguneen prometiendo lo que no
cumplen. Se les ha enviado un mensaje claro, que tienen que negociar para
alcanzar acuerdos y ahí veremos si han aprendido la lección o continúan
instalados en la prepotencia del pasado.
Pero también veremos si las promesas de los nuevos
se cumplen o si, por el contrario, rebajan sus exigencias a cambio de tocar el
poder. En las elecciones andaluzas ya dejaron claro que gobernar es acordar, y
ahora esta necesidad se ha extendido al resto del país. Pero también deberán definirse y tomar decisiones,
aunque su sola presencia hará posible, cuando menos, una regeneración de caras
al frente de las instituciones, y eso, ya justifica el cambio.
La nueva etapa que se abre, también obligará a los viejos partidos a realizar cambios orgánicos,
cambios de caras e incluso cambios ideológicos. Sin embargo, esto no parece
que vaya a ser fácil, sobre todo si atendemos a la lectura que hacen de los
resultados electorales. Sobre todo el PP, que parece no ver la realidad que se
le echa encima, porque del análisis que hace parece como que la cosa no va con
ellos. Todos sabemos lo que les cuesta a los partidos reconocer las derrotas
electorales, y eso ahora, más que nunca, juega en su contra, porque reconocer
el fracaso es el primer paso para renovarse.
Es cierto que el PP sigue siendo la fuerza más
votada, pero ¿de qué vale tener mas votos si no pueden gobernar? Al PP solo le
queda el pacto con Ciudadanos, pero las condiciones que impone el partido de
Albert Rivera, serán una verdadera prueba de fuego para ellos. El PSOE, por su
parte, parece que va a tener que echarse en brazos de las Plataformas de
ciudadanos (la marca blanca de Podemos) si quiere gobernar. Más le valdría a los dos reconocer la
derrota e iniciar su refundación, porque sería buena para ellos y para la
democracia. Lo mejor que podría ocurrir es que los nuevos se consoliden y
que los viejos se refunden con ideas y caras nuevas. Eso sería la mejor noticia
para una democracia más plural.
Por tanto, se
ha abierto un nuevo mapa político, multicolor y necesario de pactos.
Debemos estar muy atentos a los que se van a ir produciendo a lo largo de los
próximos días, pero de entrada, la democracia ha ganado.
Publicado en PontevedraViva.com el día 29 de Mayo de 2015
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