lunes, 1 de julio de 2019

Zapatero, otro jarrón chino

Vilanova, 01 Julio de 2019

Zapatero no fue un presidente del que se pueda decir que ha dejado un legado para presumir, aunque es cierto que la ley de matrimonio homosexual justificó sus mandatos, pero poco, o nada más. Ahora, como buen ex presidente, se está acostumbrando a meterse en charcos donde no debe, a tirar por tierra su imagen, la del partido y, en ocasiones, la del propio país. 

Primero sus intervenciones en Venezuela, poco claras, sin sentido y, aparentemente del lado de los malos, poniendo paños calientes a actuaciones, a todas luces, condenables. Ahora se ha vuelto a meter en un nuevo lío a propósito de los indultos a los secesionistas catalanes procesados, afirmando que se deberían estudiar y que, por el bien de todos, la sentencia condenatoria, en caso de serlo, debería ser lo más laxa posible para que el camino del diálogo quede abierto. Es decir, que si la condena es muy dura, no habrá posibilidad de diálogo y que nos deberíamos atener a las consecuencias. 

¿A quién benefician unas declaraciones como estas? ¿No se da cuenta de que es un ex presidente del gobierno de España y que debe respetar al máximo todas las instituciones? ¿Ya se ha olvidado de que en España hay separación de poderes? ¿Pretende presionar a la justicia para que tengan mano izquierda con quienes quisieron romper la unidad territorial? 

A Zapatero se le está poniendo cara de jarrón chino, y mejor le iría a él y a todos, si le dan algún trabajo por ahí, donde no moleste mucho y, sobre todo, donde no ponga en peligro la acción del Gobierno y de las instituciones en general.


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