viernes, 26 de julio de 2019

No habrá tercera oportunidad

András, 26 Julio de 2019

La ejecutiva socialista se reúne para avalar la decisión de su secretario general de formar un gobierno de coalición con Podemos. Igual que antes se reunió para bendecir la decisión de Pedro Sánchez de que el gobierno de España debía ser monocolor. En realidad, la ejecutiva del PSOE da el visto bueno a lo que diga su jefe, y las reuniones son un mero formalismo que no sirve para nada, porque se reúnen para hacer un paripé absurdo.

Sánchez quiso formar un gobierno sin contar con nadie, pretendía que le regalasen la investidura por ser la lista más votada. Olvidó que la lista más votada solo tiene más diputados, nada más. Al final, tuvo que pasar por el aro que no quería, que no era otro que ceder poder ejecutivo. Y es que en todo momento, la cosa solo iba del reparto de sillones. Eso que tantas veces se caricaturiza al hablar de los políticos, en este caso era real y literal. El Gobierno de España dependía de cuánto poder se quedaba cada uno. De qué presupuesto manejaba y de cuántas personas de cada partido lo iban a gestionar.

Así de simple y así de banal es la idea de Pablo Iglesias de otorgar al país un gobierno progresista. De siempre, se ha mostrado como una persona muy ambiciosa en lo personal y eso, cuando llegas a depende qué situaciones, puede ser un arma de doble filo.

Evidentemente los gobiernos de coalición pueden ser positivos, incluso necesarios, porque se supone que están formados por personas de diferentes sensibilidades, incluso ideologías, que ayudan a tener una visión más global de los problemas que hay que afrontar. Pero un gobierno de coalición ha de gestarse tras una negociación seria, con un proyecto común, firmado y, sobre todo, explicado a la ciudadanía; y eso, no e hace la noche antes del debate de investidura.

Lo de Podemos y el PSOE no era un gobierno de coalición. Hubiésemos tenido un gobierno formado por dos partidos de izquierdas pero nada más, cuando lo ideal sería tener un gobierno de izquierdas con un pacto estable para llevar a cabo reformas y políticas que benefician a los ciudadanos.

PSOE y Podemos han dado un espectáculo lamentable. Cada uno tiene su cuota de responsabilidad en este dislate que ha durado casi tres meses. La pregunta que tenemos que hacernos, es si estaban realmente interesados en desarrollar un programa de gobierno, o solo pensaban en ellos y en sus egos individuales. Podemos saldrá tocado de este nuevo revés, y Pablo Iglesias más todavía. Por segunda vez en su vida ha impedido la formación de un gobierno de izquierdas y eso es muy difícil de explicar a la ciudadanía. Por el bien de todos, esperemos que no vuelva a tener una tercera oportunidad.

Se empeña, la izquierda, en entregar el poder a la derecha en bandeja de plata. Veremos cuánto tardan las tres derechas en llegar a un acuerdo como haya nuevas elecciones y entonces, sí que tendremos que prepararnos para lo que pueda venir.

Publicado en PontevedraViva.com el día 26 de Julio de 2019


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