Vilanova, 02 Julio de 2019
Al Gobierno le ha molestado mucho que el nuncio apostólico en Madrid, que es como el embajador del Vaticano en España, haya dicho que removiendo la momia del dictador, lo único que se ha conseguido ha sido resucitarlo. La vicepresidenta, Carmen Calvo ha salido a la palestra para declarar que lo considerada una auténtica afrenta y ha anunciado una protesta formal ante el Vaticano. Incluso ha aprovechado para recordarle a la Iglesia Católica que tienen pendiente la revisión de su situación fiscal, algo que no servirá para nada más que una pataleta, porque en este asunto, lo que tendrían que hacer es legislar para que paguen impuestos como todo hijo de vecino y punto.
Su enfado parte de una declaración del nuncio Renzo Fratini en la que se atreve a meter la cuchara en la política española para quejarse de que el gobierno socialista, a pesar de no creer en la resurrección, haya resucitado a Franco por el tan llevado y traído tema de su desahucio del Valle de los Caídos.
La queja del Gobierno de España es comprensible y además necesaria, porque el anuncio mete la nariz donde no le llaman, que es en los asuntos internos de un país soberano, que lo único que hace es tratar de ejecutar la decisión democrática adoptada por el Parlamento español que, hace casi dos años, decidió sin un solo voto en en contra, exhumar los restos de Franco
Sin embargo, siendo cierto que el nuncio ha ido demasiado lejos en sus precisiones, no es menos cierto que el Gobierno no puede considerar estas palabras como falsas o excesivas en lo que tienen de referencia al “más allá”, porque más allá del juicio político, tiene el nuncio más razón que un santo en lo de la resurrección se refiere, porque ya han pasado dos años y todavía no se ha movido un centímetro la losa que guarda los restos del dictador, ni siquiera se sabe cuando se moverá ni donde irán a parar los restos. Sin embargo, desde entonces se ha hablado más de Franco que en toda la transición política.
Franco sigue vivo, ha resucitado como lo hacen los malos recuerdos, las pesadillas y los momentos que no queremos recordar y que nos persiguen por todos lados sin que podamos encontrar un lugar donde escondernos.
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