martes, 9 de julio de 2019

Viaje de ida y vuelta

András, 09 Julio de 2019

Se acabaron las tonterías en Grecia. Después de cuatro años de populismo volvieron las cosas a su cauce. Al menos al cauce que la Unión Europea quiere. Si es mejor o peor para los griegos, está por ver. Se acabaron los populismos y las promesas de romper con el orden establecido para volver al redil. El que fuera socio preferente y modelo a seguir de Podemos, Alexis Tsipras, ha perdido las elecciones griegas en favor de la derecha. 

Hace cuatro años Grecia era el ejemplo a seguir, el populismo de izquierdas se hacía con el poder y pensábamos que eso se iba a extender por Europa cómo la pólvora. Eran tiempos de expectación y de crecimiento de los partidos que prometían dejar en manos de la ciudadanía las decisiones importantes. Tiempos de partidos que prometían asaltar los cielos y romper con el orden establecido porque, decían, se iban a enfrentar a quienes deciden lo que tiene que pasar en cada país por encima de la soberanía propia. Las confluencias, las asambleas ciudadanas, todo aquello que ha quedado en un formidable fracaso.

Tsipras tuvo que tragar con el rescate a pesar de plantarse y realizar un referéndum, y ahora ha visto como los griegos le castigan por su mala gestión. 

En ello anda ahora a Pablo Iglesias quien, por cierto, hace tiempo que no menta ya a Grecia como ejemplo de nada; en convencer a Sánchez de entrar en el Gobierno y prometer a la Unión Europea que si lo consigue, no pondrá en peligro la estabilidad presupuestaria ni el programa de contención del déficit. Viaje de ida y de vuelta para los populismos. Para todos.





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