sábado, 26 de diciembre de 2020

Vamos por mal camino

 András, 26 Diciembre de 2020

Cada semana, observamos cómo el Congreso de los Diputados se convierte en un ring político, donde hay de todo menos política. Si un ciudadano quisiera utilizar las sesiones parlamentarias para formar su opinión sobre a quién debería votar en las próximas elecciones, encontraría de todo menos propuestas. Al contrario, lo que abunda son las amenazas, los insultos, las descalificaciones y las referencias a etapas oscuras de nuestra historia.


Esta tendencia a convertir la sede de la soberanía nacional en un antro de mala muerte, presenta enormes riesgos para la propia democracia, además de agrandar la brecha entre la sociedad y la política, algo que, de llegar a convertirse en ruptura, podría tener difícil arreglo.


¿Qué tiene que suceder para que nuestros representantes se dediquen a hacer su trabajo? Estamos en medio de una pandemia, que ha sido la mayor desgracia que nos ha ocurrido en más de cuarenta años, y ni en esas circunstancias son capaces de comportarse como deben. Al revés, se atizan injustamente acusándose de barbaridades. 


El efecto de todo ello en la sociedad es brutal, porque incrementa el desencanto ciudadano respecto de sus representantes, y aumenta la desafección hacia las instituciones, especialmente hacia el Parlamento.


La sociedad no está tan dividida como la clase política, no está tan polarizada. Todo lo contrario de lo que hacen los políticos, que han consentido que la política de extremismos se haya adueñado del debate, y que se haya impuesto a la moderación. 


El lío que han formado al respecto de la renovación de cargos en el poder judicial, define perfectamente el respeto que la política le tiene a la democracia. Poco, evolucionando a muy poco. El bloqueo que mantiene el PP es inaceptable porque, en sí mismo, es un bloqueo a la propia democracia y al mandamiento de la Constitución. Y no menos aceptable es la vía que quiere utilizar el Gobierno para resolver la situación. Sin duda, ellos son la peor amenaza que tiene la democracia en estos momentos, y si seguimos así, vamos por mal camino.


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