András, 16 Diciembre de 2020
La mejor forma de negar unos hechos y pasar desapercibido por la vida, es ponerse al frente de la manifestación de la idea contraria a la que uno defiende. Por ejemplo, si eres un racista y vas a una manifestación a favor de la igualdad de derechos y de razas, es más difícil que piensen en ti como uno de ellos.
Esta forma de actuar tiene mucho que ver con aquellos que suelen defender posturas extremas en la vida, de derechas o de izquierdas, porque necesitan pasar desapercibidos, y se diluyen entre las multitudes de las mayorías.
Y eso es, precisamente, lo que hace el nieto de Franco, ponerse al frente de la manifestación a favor de la democracia para esconder sus verdaderas intenciones y, de paso, presentarse como una víctima. Por eso se permite el lujo de hablar de juicios injustos contra él y su familia, de persecución y de derechos pisoteados. Y es normal que piense así viniendo de dónde viene. No en vano, su formación siempre ha sido para la democracia y la igualdad, y cuando su abuelo era el Jefe del Estado, todos los juicios tenían lugar con las más estrictas garantías procesales y sin ningún tipo de persecución ideológica.
Es lo que tiene la democracia, que respeta a todos por igual. Ahora todos tenemos voz aunque no nos asista la razón; y antes, tenían motivos y razones, pero les faltaba la voz.
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