viernes, 4 de diciembre de 2020

La jerarquía de los afectos

 András, 03 Diciembre de 2020

Si hasta ahora la solvencia de las familias se ponía a prueba en las discusiones de las cenas navideñas, ahora va a ponerse a prueba en la selección previa. Porque el consejo interterritorial del sistema nacional de salud, finalmente ha decidido que el aforo máximo para la Nochebuena es de diez personas, y esa va a ser la prueba del algodón de los afectos familiares.

A la elección del menú navideño, se le añade a las familias un nuevo e importante reto, que es el de decidir quién se queda fuera del círculo de los diez, lo que provocará más de una desavenencia. Por tanto, si ya sabíamos que estas iban a ser unas navidades diferentes, ahora también sabemos que van a ser las de la verdad familiar, por saber a quién se considera familia y quién resulta prescindible. Se pone en marcha lo que podríamos llamar la jerarquía de los afectos.

¿Y por qué diez y no once? ¿Qué ha pasado para que la ciencia cambie de seis a diez personas por grupo? ¿Será por eso que dicen que la ciencia no es exacta? Lo que sí sabemos, es que en ese círculo reducido de elegidos estarán finalmente los niños, que van a contar como personas después de una semana en la que estuvieron en riesgo de ser considerados animales de compañía.

Se crea además una nueva figura que será la que dé más juego, la del allegado, y entre ellos se producirá la pelea por pertenecer al top 10. ¿Pero, qué es un allegado? ¿Son aquellos que no siendo familia directa pueden estar invitados a cenar en casa de una familia? ¿Por qué no han pensado en la posibilidad de hacer un carné de allegado para, cuando menos, saber cuánto tiempo llevan perteneciendo a ese selecto club?

En fin, ironía aparte, quién nos iba a decir cuando empezó 2020, que a estas alturas del año íbamos a estar discutiendo si deben sentarse a la mesa más de seis o menos de diez, si deben pertenecer a la misma burbuja o a varias burbujas, si son de un mismo núcleo convivencial o de dos, si el niño cuenta cómo persona y si la novia se considera ya allegada o llevamos saliendo todavía muy poco tiempo.

Al final, como casi siempre, todo queda en manos de la responsabilidad y el civismo de cada individuo, ya que se empeñan en aprobar normas de imposible control. Porque, ¿qué le pasa al que meta once en casa en vez de diez? ¿Qué va a ocurrir si la policía nos para desplazándonos de una comunidad a otra la noche de fin de año? ¿Nos pueden detener si no llevamos la invitación oficial de nuestra suegra para cenar en su casa?

Publicado en PontevedraViva.com el día 04 de Diciembre de 2020



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