András, 06 Diciembre de 2020
Han salido unos viejos militares a la palestra con la intención de llevarse por delante a una mayoría de españoles cuyo delito es gravísimos: pensar diferente que ellos. El cabecilla de un grupo de militares de aviación retirados, que llegó en activo al grado de general de división, ha escrito en un grupo de WhatsApp de su promoción lindezas del estilo “no queda más remedio que empezar a fusilar a 26 millones de hijos de puta”, para poco más tarde corregirse añadiendo “creo que me quedo corto fusilando a 26 millones”.
Semejante ignominia no solo mancilla su propia promoción de la Academia General del Aire, a todos y cada uno de sus componentes, sino que ensucia la imagen de todo el Ejército del Aire y, por extensión, la de todas las Fuerzas Armadas. Eso sí, una vez que se filtraron los mensajes y todo el mundo los pudo leer, cundió el pánico entre los “valientes” componentes del grupo y empezaron a abandonar el barco como ratas, en un acto de cinismo y cobardía propio de quienes se esconden.
Pero siendo esto preocupante, lo realmente grave es que ese pensamiento subyace en la carta que 39 componentes de la misma promoción de aviadores han dirigido al presidente del Parlamento Europeo y al rey Felipe VI. Consideran que el Gobierno actual carece de legitimidad y que están llevando a la patria a la ruptura. Total, solo a salido se las urnas y cuenta con el respaldo de casi 190 diputados para aprobar la Ley de Presupuestos Generales, la más importante de una legislatura.
El problema de esta gente es el de siempre, que la palabras España, patria y orden les llena la boca y les obnubila el cerebro, sin pararse a pensar en otro concepto esencial: el pueblo. Porque el pueblo, la ciudadanía, a quienes se deben y deben servir y obedecer, les importa un carajo. No les entra en su limitado cerebro que es el Gobierno quien dirige la política general del país y, en particular, la de defensa (no el Rey) y que la cadena de mando no termina en el Jefe del Estado, sino en el presidente del Gobierno a través de la ministra de Defensa.
Arrastramos un enorme problema que solo se arreglará con el paso de varias generaciones. Y es que la democracia aún no ha entrado de forma plena en los cuarteles. Tenemos un montón de militares retirados que se amamantaron con un concepto de España en la plenitud del franquismo, y se parece muy poco a la España actual, la España plural, la España multinacional y la España de la soberanía compartida del siglo XXI.
Eso sí, hasta hace poco muchos de ellos ostentaron puestos de responsabilidad en sus ejércitos, defendieron los valores constitucionales en público y obedecieron las consignas de las autoridades políticas, no sea que peligrara su carrera, un destino aquí, una condecoración allá... aunque en su fuero interno siguieran siendo reacios a la democracia.
¿Habrían dirigido esa carta al Jefe del Estado si en vez de un rey, capitán general de los ejércitos, fuese un presidente de república? ¿Se han dirigido a Su Majestad porque le consideran uno de los suyos y creen que está en sus manos cambiar las cosas? ¿Acaso consideran al rey un poder más, a la altura del ejecutivo, legislativo o judicial? ¿O tal vez por encima de estos últimos?
Por otra parte, el mensaje de odio subyacente en el contenido de los chats viene claramente influenciado por la estrategia política de la formación ultraderechista Vox. Si estos “valientes” mandos retirados quieren jugar a ser políticos, lo que tienen que hacer es dar un paso adelante y afiliarse al partido que más les convenga desde el que puedan defender sus ideas.
En resumen, yo soy uno de esos “veintiséis millones de hijos de puta” que están en la lista de "fusilables" y que siempre han votado opciones políticas de izquierdas, dejando claro que somos socialmente mayoría en este país, lo que parece que no aceptan determinados salvapatrias rancios y caducos.
No obstante, estoy
convencido de que la gran mayoría de los miembros en activo de las
fuerzas armadas es conservadora pero no franquista, y mucho menos
fascista. Pero me preocupa profundamente que entre quienes fueron
nuestros mandos durante décadas haya un porcentaje no desdeñable de
franquistas o neofascistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario