Pontevedra, 16 de Enero de 2015
Los recortes impuestos por
el gobierno en los últimos años no deben afectar a la sanidad. Se está recortando aunque no lo quieran reconocer. Se están enviando
enfermos a casa para ahorrar días de hospitalización, se están limitando medicamentos y se está recortando personal. Se ha
restringido el acceso a fármacos de última generación para enfermos de Hepatitis
C pese a estar ya aprobados. Tenemos uno de los mejores sistemas
de salud pública del mundo y no podemos consentir que ahora, solo por una
cuestión económica, se vaya todo al traste. Y digo bien: solo por una cuestión
económica. ¿Qué es el dinero ante la vida de las personas? La salud no debe ser cuestión de economía. Recorten de donde quieran menos de la sanidad.
Hablamos de vivir o morir. De poder acceder de forma gratuita a la atención médica o convertirla, como sucede en otros países, en una cuestión monetaria: si tienes dinero puedes vivir, y si no lo tienes puedes morir. En cuestión de salud, el Estado no tiene que cuadrar las cuentas. Hay que invertir en hospitales, en personal sanitario, en medicinas, en todo aquello que realmente nos iguala a todos los ciudadanos: el acceso a un sistema de salud universal y gratuito.
Hablamos de vivir o morir. De poder acceder de forma gratuita a la atención médica o convertirla, como sucede en otros países, en una cuestión monetaria: si tienes dinero puedes vivir, y si no lo tienes puedes morir. En cuestión de salud, el Estado no tiene que cuadrar las cuentas. Hay que invertir en hospitales, en personal sanitario, en medicinas, en todo aquello que realmente nos iguala a todos los ciudadanos: el acceso a un sistema de salud universal y gratuito.
Publicado en EL PAÍS el día 16 de enero de 2015
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