Pontevedra, 04 de Enero de 2015
En el año 1953, tras la Segunda Guerra Mundial, se
firmó el Acuerdo de Londres por el que se realizó una quita del 62% de la deuda
que Alemania había contraído durante el periodo de entreguerras y la segunda
guerra mundial. Uno de sus acreedores era Grecia. Se dice que Alemania podría
tener contraída con Grecia una deuda histórica que podría ascender según
algunos historiadores a los 500 mil millones de dólares, cifra que sería
suficiente para pagar la deuda que la crisis financiera ha provocado en Grecia
en los últimos años. Sin embargo, ni Alemania reconocerá esta deuda con los
griegos, ni tendrá memoria histórica para recordar que cuando fue deudora de el
país heleno, éste posibilitó una quita importante que, conjuntamente con el
Plan Marshall, del que Alemania se benefició más que ningún otro país, le
ayudaron en buena medida a ser lo que hoy son. Ahora, que en Grecia hay una
“revolución popular” que podría llevar al gobierno a un partido político
discrepante con las políticas austeras de una Unión Europea manipulada por
Angela Merkel, se dice en Alemania que el riesgo de contagio a otros países por
una posible salida de Grecia de la zona euro ya no existe como ocurría años
atrás. Sin duda están preparando el terreno. Y lo dicen ante la posibilidad de
que una Grecia gobernada por Syriza decida no pagar o simplemente reestructurar
su deuda nacional. Es decir, Alemania manda en Europa y dice lo que le conviene
en cada momento. Cuando Grecia tenía problemas de financiación pero un gobierno
sumiso, había riesgo de contagio a otros países porque lo que interesaba era
imponer políticas de austeridad, y ahora ante la posibilidad de que el gobierno
griego no sea de la “cuerda” y que se atreva a decir que la deuda no la pueden
pagar tal como está concebida actualmente, el riesgo de contagio ya no es tal
por si hay que provocar la salida de Grecia del euro. No digo que no haya que
pagar la deuda. El deber del deudor es cumplir con el acreedor, pero también
tiene derecho a renegociar las condiciones, a cambiar los plazos y las cuotas.
Pensábamos que estar en la Unión Europea sería de ayuda para los países
miembros, sobre todo cuando le vienen mal dadas, pero al contrario, te ahogan
todo lo que pueden y si ven que no puedes pagar te amenazan con echarte fuera.
A no ser que tengas un gobierno al servicio de los poderosos, en ese caso
puedes seguir en el club aunque sea a costa de sangrar a tus ciudadanos con
impuestos para pagar la deuda. ¡Lamentable!
Publicado en LA VOZ DE GALICIA el 05 de Enero de 2015
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