Pontevedra, 29 de Enero de 2015
En el PSOE se han inventado un código ético para
luchar contra la corrupción. En realidad, se trata de una medida de maquillaje
político, para que los ciudadanos creamos que están preocupados por erradicar
del partido a los corruptos que utilizan las instituciones como si fuesen
suyas. En él, se establece la obligación de dimitir y entregar el acta de
diputado en caso de que se abra juicio oral contra alguno de sus miembros. Como
estamos cercanos a una cita electoral, los dirigentes políticos se apresuran a
decirnos que no habrá corruptos en sus listas. En ello anda Besteiro, diciendo que
no quiere socialistas implicados en causas judiciales. ¿Incluye esto al señor
Orozco, imputado por el caso Pokémon y que ya ha manifestado su intención de
volver a presentarse? Si tuviese que apostar, diría que el señor Orozco
encabezará la lista socialista a las municipales de Lugo, a fin de cuentas,
solo tiene cuatro imputaciones. ¿Qué dirá entonces el señor Besteiro? El
penúltimo caso es el del exconselleiro Pachi Vázquez, procesado por hacer fijos a trabajadores
por decreto cuando era alcalde de O Carballiño. Vamos, que se enfrenta a un
posible delito de prevaricación administrativa, algo realmente serio, aunque a
él no se lo parezca, a tenor de sus declaraciones: "Estoy siendo víctima
de un malentendido laboral”. Y añade “de
dimitir nada, voy a demostrar que todo es un montaje y una pijada”. ¿Un
malentendido laboral y una pijada 37 contrataciones supuestamente a dedo?
Además, basa su defensa en la posible prescripción del delito. ¿No es eso
reconocer los hechos?
El señor Besteiro debería obligar a Pachi Vázquez a entregar su acta de diputado y a dejar el partido. En caso contrario, por dignidad, debería irse él; si no lo hace, perderá la poca credibilidad que tiene, al menos ante los escasos votantes socialistas que quedan en Galicia.
El señor Besteiro debería obligar a Pachi Vázquez a entregar su acta de diputado y a dejar el partido. En caso contrario, por dignidad, debería irse él; si no lo hace, perderá la poca credibilidad que tiene, al menos ante los escasos votantes socialistas que quedan en Galicia.
Publicado en LA VOZ DE GALICIA el 31 de enero de 2015
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