Pontevedra,
16 de Noviembre de 2014
Monago no sabe si se pagó sus viajes cuando se le acusa de un
presunto uso de dinero público para fines privados. Ha necesitado más de 10
días y tres versiones diferentes, para saber si es cierto o no. No sabe con
quien se ha reunido en Canarias. No recuerda los motivos de los viajes. ¡Pobre!
Cualquier ciudadano sabe si se paga sus viajes o lo hace la empresa para la que
trabaja. Y cualquier ciudadano tiene una agenda con los motivos de los viajes
de trabajo. Cualquier ciudadano menos el Sr. Monago, entre otras cosas, por un
error de fondo, y es que el Senado no exige los motivos de los viajes de los
senadores. Lo normal que suele ocurrir en cualquier empresa, que deja a sus
trabajadores carta libre para viajar por el país sin tener que explicar los
motivos.
Por eso Monago no sabe si se pagó él los viajes o lo hicieron los impuestos de los ciudadanos. Lógico, no es fácil acordarte de estas cosas. Pero para más inri, tenemos que escucharle, representando un papel de víctima, decir que está siendo sometido a un linchamiento público. ¡Que pena me da Sr. Monago! Es que los ciudadanos nos hemos vuelto muy exigentes. ¡Mira que querer saber si usted ha realizado viajes con fines privados pagados con el dinero de todos! Es que somos unos ingratos, ¿verdad?
¿Como podemos desconfiar de una persona que viaja a Madrid en coche, que come en los bares de carretera, incluso en la barra del bar si es necesario, que le conocen todos los camareros de la N-V, que se paga su luz y su agua, y que por no tener, no tiene ni parabólica? Sr. Monago, como se suele decir, le han pillado con el carrito de los helados. Entiendo que se sienta molesto porque no es plato de buen gusto cuando además usted se había erigido como el salvador de la patria contra la corrupción, criticando y dando clases de ética a diestro y siniestro, dentro y fuera de su partido. Pero ahora le ha tocado a usted, y tiene que asumirlo, reconocer el error y marcharse a su casa. Algo que no le costará mucho porque ya sabemos que usted vive en su casa y no en un palacio, con piscina y mil metros cuadrados de jardín.
Por eso Monago no sabe si se pagó él los viajes o lo hicieron los impuestos de los ciudadanos. Lógico, no es fácil acordarte de estas cosas. Pero para más inri, tenemos que escucharle, representando un papel de víctima, decir que está siendo sometido a un linchamiento público. ¡Que pena me da Sr. Monago! Es que los ciudadanos nos hemos vuelto muy exigentes. ¡Mira que querer saber si usted ha realizado viajes con fines privados pagados con el dinero de todos! Es que somos unos ingratos, ¿verdad?
¿Como podemos desconfiar de una persona que viaja a Madrid en coche, que come en los bares de carretera, incluso en la barra del bar si es necesario, que le conocen todos los camareros de la N-V, que se paga su luz y su agua, y que por no tener, no tiene ni parabólica? Sr. Monago, como se suele decir, le han pillado con el carrito de los helados. Entiendo que se sienta molesto porque no es plato de buen gusto cuando además usted se había erigido como el salvador de la patria contra la corrupción, criticando y dando clases de ética a diestro y siniestro, dentro y fuera de su partido. Pero ahora le ha tocado a usted, y tiene que asumirlo, reconocer el error y marcharse a su casa. Algo que no le costará mucho porque ya sabemos que usted vive en su casa y no en un palacio, con piscina y mil metros cuadrados de jardín.
Publicado en LA VOZ DE GALICIA el 19 de Noviembre de 2014
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