Pontevedra, 26 de Enero de 2015
La
Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados ha dado vía libre a una
nueva reforma del Código Penal, la número 28. Con ella se pretende castigar por
primera vez el maltrato, abandono y explotación sexual de animales en España,
así como la celebración de peleas de gallos y perros. La medida es bienvenida,
sin embargo, como en otras tantas ocasiones, vuelve a quedarse corta.
Nuestros
dirigentes no se atreven profundizar en los temas y afrontarlos de forma
clara. Siempre hay matices y excepciones que benefician a aquellos que para el
gobierno de turno pueden significar un problema. Es decir, pérdida de votos. De
no ser así, no se entendería porqué en esta nueva reforma del código penal no
se castiga a los organizadores de los espectáculos donde se maltratan animales.
O porqué se incluye el matiz de “espectáculos no autorizados legalmente”. Mucha
gente en ese país se echa las manos a la cabeza cuando ve el horrendo espectáculo
del toro de la Vega, o las mismas corridas de toros, un espectáculo bochornoso
que por mucho que parezca intocable, avergüenza a muchos millones de personas
dentro y fuera de España por ser algo anacrónico. Pero claro, esos son
espectáculos organizados y autorizados legalmente, por lo que quedan fuera de
la nueva tipificación del código penal. Y de paso, los gobernantes se evitan un
problema con sus defensores.
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