Pontevedra, 05 Junio de 2015
El nivel de corrupción alcanzado en la comunidad
valenciana es de unas dimensiones tales que al propio PP se le ha ido de las
manos. Los casos de corrupción se suceden y aparecen como las setas en los
montes gallegos en otoño. Sospechosos, imputados, procesados y condenados para
todos los gustos. Alcaldes, presidentes autonómicos, diputados, concejales y
ahora también el delegado del gobierno, el máximo representante del Gobierno de
Rajoy en la comunidad. ¿Falta alguien por imputar? Esta es la pregunta que
debería formular el presidente antes de desplazarse allí para refundar el
partido. El problema es de tal calibre que ya no se puede disimular, ni
siquiera vale con expulsar a los que van cayendo en manos de la justicia,
porque siempre hay un caso que destapa al anterior. La única solución que le
queda al PP es echar a todos a la calle y empezar de cero. En lugar de ir a
Valencia a dar saltos y a gritar “Rita
eres la mejor alcaldesa y la alcaldesa que merece Valencia” más le valdría
a Rajoy poner el contador del partido a cero. El ejemplo de Valencia daña a la
democracia española en su conjunto y es una mala imagen en general. Sin
embargo, a pesar de todo, el PP ha vuelto a ser el partido más votado en las
últimas elecciones. ¿Debemos mirar más allá del partido a la hora de exigir
responsabilidades?
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Una foto muy significativa. Vemos una parte de la bancada del PP en el Parlamento de Valencia con los imputados señalados con un círculo. Son casi tantos como los no imputados |
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