viernes, 5 de junio de 2015

Condonar la condena

Pontevedra, 05 Junio de 2015

Andábamos estas últimas semanas enfangados en temas de elecciones y se nos ha pasado por alto un tema importante. El PP hizo valer su mayoría absoluta en el Congreso para impedir que se iniciase una tramitación de una reforma de ley que tenía como principal objetivo prohibir al Gobierno de turno la concesión del indulto a cualquier político que sea condenado por un delito de corrupción.

La proposición de ley la realizó el grupo socialista, y recibió el apoyo unánime del resto de la oposición. Por una vez, parece que se pretendía realizar una reforma ambiciosa, ya que no solo buscaba evitar que se pueda indultar a los corruptos, sino que además abría la puerta al control judicial de las razones que el Consejo de Ministros puede utilizar para conmutar o reducir las penas. Es decir, que los jueces tengan la última palabra en la concesión de indultos, y no como ahora, que los administra directamente el Gobierno basándose únicamente en razones de “justicia, equidad y utilidad pública”. En una palabra, el Gobierno concede los indultos a su antojo, sin ningún tipo de control ni justificación razonada.

El portavoz del PP en esta materia, dijo que el PP se oponía por ser “oportunista”, tachando a la oposición de querer “obtener un rédito político” con ello. ¿Es oportunista aprobar medidas contra la corrupción? ¿Qué momento le parece bueno para ello? No hay momentos buenos ni malos si se trata de poner trabas a los corruptos. Pero una vez más, el PP demuestra tener la piel muy gruesa cuando se trata de corrupción, aunque luego se les llena la boca de frases hechas escritas por el ideólogo de turno.

La conceisón de indusltos es una práctica habitual de todos los gobiernos. En el año 2012 el Gobierno de Rajoy concedió una decena de indultos a políticos que habían sido condenados por malversación y prevaricación. Por ejemplo, el alcalde del PP de la localidad malagueña de Valle de Abdalajís y tres de sus ediles que fueron condenados por 12 delitos de prevaricación urbanística.

¿De qué vale que algunos casos de corrupción política acaben en condena si luego le gobierno les condona la pena unilateralmente? ¿Hay razones de justicia, equidad o utilidad pública en perdonar a un político corrupto? ¿Cuántos casos hay de razones casi humanitarias que no han tenido la misma consideración por parte del Gobierno?

En el fondo, el PP se niega a aprobar esta reforma de la ley porque quiere seguir teniendo la última palabra de forma discrecional para poder favorecer a los amigos que lo necesiten. Quien sabe si algún miembro del partido se puede ver involucrado en algún papel traicionero. Al PP le va bien la corrupción porque saben que hay una parte de la sociedad que se siente mejor siendo guiada como corderos, y ahí el PP se maneja como pez en el agua. Sabe que por mucha corrupción que tengan, seguirán obteniendo un número de votos suficiente para mantenerse en un nivel alto de presencia en las instituciones. Solo hay que ver los resultados de las últimas elecciones, donde habiendo perdido mucho poder, siguen siendo los más votados. Lo lógico sería esperar un batacazo mayor a la vista de los tremendos casos de corrupción que se le imputan. Por tanto, no tienen necesidad de comprometerse demasiado. La corrupción viene a ser una forma de mantener prestigio y poder ante esa parte de la sociedad. Es como seguir manteniendo las distancias con el pueblo llano. ¿En qué se diferenciarían los poderosos, si no fuera por repartirse el poder entre los amigos, apropiarse de lo público y mangonear?

Publicado en PontevedraViva.com el día 05 de Junio de 2015



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