Pontevedra, 02 Abril de 2015
Esta semana se celebró en el Ayuntamiento de Vigo el
pleno extraordinario para hablar sobre el tema de los enchufes y,
concretamente, el de la cuñada de Carmela Silva. Además de prohibir la
intervención de la oposición, de llenar el local de afines que le jaleaban como
poseídos y de evitar que otros críticos acudieran al pleno; el equipo de Abel
Caballero y Carmela Silva, sobre todo esta última, se dedicaron a insultar a
aquellos que no piensan igual. La señora Silva, o perdón, la “señora presidenta del pleno del
excelentísimo Ayuntamiento de Vigo” que así fue como le exigió a un
concejal del PP que se refiriera a ella, insultó vía Twitter a los que
defienden la retirada el barco de Alfageme de la rotonda de Coia, tachándolos
de “nazis”. ¿Merece esta señora
representar a alguien? ¿Cómo puede estar en una institución? ¿Quién es el
responsable de que esté sentada en los bancos de la Mesa del Congreso de los
Diputados? Sin pretenderlo, se ha convertido en un ejemplo para los ciudadanos,
porque muestra que cualquiera puede llegar a ocupar un cargo de responsabilidad
en la Administración sin tener un ápice de conocimientos y educación. Basta con
tener amigos en el partido.
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