Pontevedra, 20 Abril de 2015
El alcalde de Cualedro, Luciano Rivero, ha dejado
su puesto en la Diputación de Ourense por vender gasolina de forma ilegal a la
institución provincial. Sin embargo, se mantiene como alcalde y será nuevamente
candidato, a pesar de realizar la misma practica con el propio ayuntamiento.
Como siempre, una doble vara de medir y un diferente criterio. ¿Por qué no
dimite como alcalde? Según las propias explicaciones del regidor “no tiene porque hacerlo ya que en el
ayuntamiento no hay un código ético que cumplir, como ocurre en el caso de la
Diputación”. En definitiva, dimito porque me obligan, no porque considere
que la actuación sea, cuando menos, poco ética.
La empresa del alcalde lleva vendiendo gasolina a
la Diputación desde 2009 y desde 2011 el señor Rivero es diputado provincial.
¿Por qué no dimitió antes? ¿Por qué nadie le obligó a hacerlo? ¿Y qué
responsabilidad tiene en todo esto la Diputación? ¿Es que no sabían que desde
que Rivero accede al cargo de diputado provincial no pueden contratar con
empresas suyas? Siendo todo ello patético, lo peor es la visión que se este
tema tiene el presidente Feijoo, que respondió de la siguiente forma cuando fue
preguntado sobre el asunto: “nos próximos
días imos ter o xuizo inapelable dos veciños de Cualedro de que opinan sobre a
actuación desde alcalde”. Es decir, que la práctica supuestamente ilegal
del alcalde no importa, lo que importa es si los vecinos la aprueban o no. Muy
bien señor Feijoo. Con esta máxima pueden ustedes presentar a las elecciones a
imputados, condenados o a quien quieren, porque serán los votantes quienes han
decidir sobre la idoneidad del mismo con sus votos. ¿Dónde queda la
responsabilidad de los partidos políticos? Aunque tampoco le falta razón,
porque en algunos casos pueden presentar a un mono que también ganarían las
elecciones.
Se empeñan en hacer mal las cosas y lo consiguen.
No son capaces de hacer una cosa bien. Lo fácil lo hacen difícil y para lo
difícil no están preparados porque se agarran al poder como lapas.
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El alcalde de Cualedro en una sesión de la Diputación de Ourense |
Los vehículos recorrían unos 50 km de ida (y supongo que otros tantos de vuelta) para ir a repostar. ¡Impresionante!
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