András, 12 Mayo de 2021
Nos hablan de la judicialización de la política. Que debemos dejar que los jueces trabajen con libertad e independencia. Pero no sé muy bien a quiénes se refieren cuando hablan en la primera persona del plural. Porque la sociedad, la gente normal de la calle, los que están buscando trabajo o peleando por no perder el que tienen, no influyen en nada de eso en el día a día.
Son los políticos quienes lo judicializan todo, quienes confunden los poderes del Estado y tratan de influir en los jueces para que arrimen el ascua a la sardina propia. Son ellos los que aplauden las decisiones judiciales cuando les conviene, y las ponen en cuestión cuando no. Son ellos los únicos que se pelean, llegando incluso a desobedecer los mandatos constitucionales, para imponer a jueces afines en el CGPJ.
Pero como aquí las cosas van bien, todo funciona a la perfección y no tenemos urgencias que atender, cuando acaba de expirar el plazo del estado de alarma, el Gobierno ha decidido dejar en manos del Supremo todas las decisiones de las comunidades autónomas para restringir la movilidad de los ciudadanos en la lucha contra la pandemia.
Puede que lo hagan porque no han tenido tiempo para elaborar una norma en todo este tiempo que otorgase seguridad jurídica. ¿Cabe mayor dislate? Somos de los pocos (sino el único) país de la Unión Europea que no ha hecho nada desde empunto de vista legislativo para luchar contra la pandemia.
Pero no pasa nada porque aquí, como los jueces no tienen trabajo, y los juzgados están desahogados, hacemos que los contagiados y muertos por COVID esperen, dejando en manos de la justicia la aprobación, o no, las medidas que adopten los presidentes autonómicos para seguir luchando contra la pandemia. Lo dicho, para lo que tenemos, bastante bien nos va. ¡Váyanse todos al carajo hombre!
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