András, 05 Mayo de 2021
La pandemia le ha echado una mano al PP a modo de capote informativo. La gravedad de la situación con un problema de salud nacional enorme, ha oscurecido un poco el juicio que se está celebrando por el tema aquél de que, al parecer, manejaban dinero negro en el partido. Habladurías...
El caso es que, hace unas semanas, se produjo un desfile de secretarios generales del PP por el juzgado para declarar sobre los papeles de “ese señor del que usted me habla”. Y a cada cual, más patético. Negando evidencias y cosas ya probadas, solo consiguen empeorar su ya deteriorada imagen, y por mucho que traten de hacernos tontos, son ellos los que hacen el ridículo y quedan en evidencia.
En la puesta en escena, hemos visto desde la negación absoluta de Cospedal, pasando por la ironía fuera de contexto de Arenas, y la caradura absoluta de Cascos para soltar un mitin en un juicio de tanto calado. Ya no nos queda mucho por ver.
Tras los teloneros, actuaron los actores principales. Aznar y Rajoy. En este caso, ambos desplegaron más de lo mismo en cuando al fondo de la cuestión (la negación absoluta), pero fueron muy diferentes en la "performance" que cada uno ofrecieron. Del pasotismo del gallego, a la indiferencia del castellano-leonés. Si no fuera por la seriedad del asunto, sería para echar unas risas.
Aznar y Rajoy han hecho lo que se esperaba de ellos. Negarlo todo, no saben nada de una caja B, ni de sobresueldos ni de nada oscuro en el partido. ¿Qué esperaban? ¿Qué lo reconocieran? A fin de cuentas ellos solo eran los presidentes del partido en esa época dorada en la que el dinero brotaba a borbotones por todas las plantas de Génova 13.
Siendo esperadas sus respuestas, lo que más duele es ver la chulería y lo sobrado que va Aznar por la vida, con un aire chulesco y de perdonavidas que da miedo. ¿Pero qué le han inoculado a este hombre para ser así?
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