András, 16 Mayo de 2021
Así no avanzaremos nunca
Para Juan José Imbroda, quien fuera presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, del PP para más señas, el hecho de que quieran retirar la estatua de Franco de la ciudad no es más que un intento "de querer montar jaleo". Como casi siempre, el problema de este tipo de afirmaciones no es soltarlas por la boca. El problema es que se trata de ideas que subyacen en el cerebro de quiénes las dicen. Entre los nostálgicos y los empeñados en reflotarlos, se hace muy complicado avanzar en este país.
El último peaje antes de volver a la realidad
El último peaje que tendremos que pagar antes de volver de nuevo a la realidad de antes, serán algunos miles de contagios entre aquellos irresponsables que han tardado cero coma cero en salir a la calle en masa tras el decaimiento del estado de alarma. Las imágenes de botellones y manifestaciones de alegría con gran concentración de personas (todas muy jóvenes) para celebrar el fin del estado de alarma, son la mejor prueba para demostrar el enorme error en el que ha incurrido el Gobierno al no prorrogarlo. El Gobierno es responsable último de lo que pueda ocurrir a partir de ahora porque no ha hecho su trabajo.
No es entendible
¿Cómo se entienden las concentraciones de personas en la calle para celebrar la victoria de Ayuso en Madrid? ¿Por qué nadie ha dado la voz de alarma? ¿Por qué la propia Ayuso no solicitó desde el balcón de lo que queda de Génova la dispersión de la masa?
Volveremos a la realidad
Hace un año, nos parecía imposible que nos viniera encima lo que nos ha venido. Una pandemia, un contagio masivo de un virus desconocido que traería consigo muerte y desastre económico. Pero hace un año también, nos parecía imposible que una vacuna pudiera estar a nuestra disposición en un plazo tan corto de tiempo. Estamos cerrando el primer trimestre de 2021 y no solo tenemos vacuna sino que ya han recibido, al menos la primera dosis, once millones de españoles. Posiblemente, en poco tiempo dejaremos atrás esta pesadilla y volveremos a la realidad, a la vida normal. Pero no a ninguna nueva realidad, sino a la realidad. No a la nueva, sino a la de siempre, a la anterior a la pandemia. A la vida que teníamos antes del año 2020. Dejaremos atrás las restricciones, los confinamientos e incluso la mascarilla. ¡Ánimo!
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