András, 27 Septiembre de 2019
Con la convocatoria de nuevas elecciones se abrió la caja de los truenos entre Sánchez e Iglesias y apareció el desencanto entre los votantes de izquierdas.
Podemos y PSOE empiezan a parecerse a esas parejas mal avenidas que entran en una especie de relación poco sana. Peor aún, los líderes de ambas formaciones han roto su extraña relación en la televisión, como hacen los famosos mononeuronales en Telecinco.
Primero dijo Sánchez que no podría dormir si deja en manos de Podemos unos cuantos ministerios. Y al día siguiente fue Iglesias, quien, mostrando su cara más compungida, dijo que Pedro le había engañado.
Y la relación no va a ir a mejor salvo que, cosa poco previsible, se cambien los lideres de ambas formaciones. ¿Quién miente? ¿Pedro o Pablo? ¿Cómo es posible que Sánchez no pudiera dormir en septiembre con la misma propuesta con la que en julio pretendía alcanzar el Gobierno? ¿Y cómo puede ser que Iglesias estuviera ahora dispuesto a aceptar algo que en julio le parecía humillante?
Lo verdaderamente cierto y grave, es que estamos ante un problema de inquinas personales. Sánchez no puede ver a Iglesias y a Rivera le pasa lo mismo con Sánchez.
Y se olvidan de que lo que está en juego es el país y el futuro de millones de personas, y que esto no es el colegio, donde uno se puede enfadar con el otro y no pasa nada. Aquí no podemos estar pendientes de que este o aquél me caiga bien o mal.
Además, demuestran una actitud muy poco profesional, porque cuando uno tiene que llegar a acuerdos del calado que se manejan, no puede estar pensando si la otra parte es o no de su agrado. Enredados en egos personales se olviden de lo importante y de su enorme responsabilidad.
Llegados a ese punto, lo que pretende ahora Sánchez es que la ciudadanía le haga el trabajo y que premien al partido en el poder frente a la falta de acuerdo y la ingobernabilidad. Es decir, la posición sólida del que gobierna, o el bloqueo indefinido de los que no saben negociar.
¿Qué pueden cambiar unas nuevas elecciones? ¿Creen, acaso, que el PSOE va a conseguir una mayoría absoluta? Seguirán necesitando la colaboración de Podemos y el riesgo que corren es que las derechas puedan sumar y ellos, tardarán medio minuto en ponerse de acuerdo, si no lo están ya.
Por tanto, lo mejor es que gobierne la derecha, porque la izquierda está empeñada en ponérselo en bandeja. Recemos para que en el PP se impongan los moderados y que piloten al trío de derechas. Tampoco será tan malo porque ya han gobernado muchos años y no ha pasado nada.
Siempre será mejor que ver a Podemos al frente de algunos ministerios, poniendo paños calientes a las salidas de banco de los independentistas catalanes o acribillándonos a impuestos. Por tanto, hasta que en el PSOE salga un líder de verdad, mejor que gobierne la derecha.
Publicado en PontevedraViva.com el día 27 de Septiembre de 2019
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