¡No hay manera!

 András, 07 Junio de 2021

Seguimos a vueltas con la judicialización de la política. Ahora a colación del famoso Consejo Territorial de Salud. No hay manera de que aprendan, aunque en realidad no quieren cambiar el paso porque todo en este país está politizado y, consecuentemente, judicializado.

Si no se han puesto de acuerdo en los peores momentos de la pandemia, ahora que la incidencia acumulada va a la baja y que la curva de los contagios desciende poco a poco cada semana, menos lo van a hacer.

No se entiende el frentismo de algunas comunidades, pero tampoco se entiende la postura del Gobierno a estas alturas de la película. Parece que van contra corriente, porque cuando todo empieza a mejorar, pretenden implementar medidas más restrictivas. El Ministerio de Sanidad que ha estado desaparecido durante muchos meses, dejando toda la responsabilidad a las comunidades autónomas, aparece ahora, sin saber porqué, en función de qué, para imponer unos criterios obligatorios para todos. Si, como dicen, siguen considerando algunas zonas del territorio como de extremo peligro, ¿por qué levantaron el estado de alarma?

Es evidente que en España se ha desperdiciado la crisis sanitaria para intentar hace un país más eficiente. Y el Gobierno de Pedro Sánchez, ha desperdiciado la oportunidad para liderar desde el gobierno de la nación, coordinando las comunidades autónomas, la lucha contra la pandemia. Pero no lo ha hecho, ha preferido analizarlo todo desde el punto de vista partidista, mirando de reojo el contador electoral y las posibles consecuencias. 

El propio presidente del gobierno debería de haber establecido una dinámica de trabajo, una inercia de colaboración, que durante la pandemia se ha visto tan necesaria como ausente.

En realidad, esa misma oportunidad de mejora perdida, se debería haber inoculado en el propio sistema político español. Pero no ha sido así porque todos, sin excepción, van a lo suyo. El Gobierno a tratar de no salir dañado, y la oposición, a dañar al Gobierno todo lo que pueda sin importarle los medios ni las consecuencias, y demostrando una deslealtad absoluta.