viernes, 8 de noviembre de 2019

¡Otra vez!

András, 08 Noviembre de 2019

Otra vez nos la han vuelto a colar. Después de estar muchos años reclamando la celebración de debates electorales entre los líderes políticos, ahora nos venden esta bazofia infumable, aburrida e inservible como el debate del siglo, el debate decisivo, el debate definitivo... Pero en realidad no es nada, es solo un nuevo engaño. Otra vez.

En un debate en el que hay que explicar que la ubicación de cada participante en el plató es por sorteo, en el que se han pactado los tiempos, los temas a tratar, el orden de las intervenciones, casi las respuestas, y los tiempos, por definición, no es un debate. Se parece más a una homilía, donde no hay espacio a la réplica ni la improvisación. Otra vez.

Lo que ellos llaman debate, consiste en obviar las preguntas y las interpelaciones y tirar por la senda del discurso mitinero, reprochando al adversario lo que a continuación hace uno mismo Mejor sería llamarle espectáculo televisivo en prime time donde unos actores interpretan un papel de la mejor manera que pueden para tratar de vender un producto que, a estas alturas, se presenta ya obsoleto. Otra vez.

Los que salieron mejor parados fueron los de los extremos. Iglesias, conciliador y enseñando su imagen más amable, como un franciscano. Y Abascal, interpretando el papel de moderado, resultó ser el que mejor se había preparado su actuación y el que demostró tener un mejor conocimiento de sus potenciales votantes. Otra cosa son las ideas que defiende, ilegalización de partidos, expulsión masiva de inmigrantes, suspensión del estado de las autonomías, detención del presidente de Cataluña, etc... Pero de cara al televidente, el más convincente. 

Y lo fue porque consiguió porque todo estaba a su favor. Era el único actor nuevo frente a cuatro que ya están aburridos de verse y todo el mundo aburrido de verlos discutir a ellos. Además, es el único que no tiene que explicar porqué nos encontramos de nuevo ante unas elecciones generales y tampoco tiene que dedicarse a defender varias fronteras ideológicas a la vez, como otros.

Pablo Casado plano, en tierra de nadie, está entre mostrarse como realmente es, o seguir explotando su nueva imagen de hombre de estado. A Sánchez se le hizo largo, escondiendo la cabeza en el atril, revolviendo sus papeles y sin asumir el liderazgo que se le supone por ser el presidente del gobierno en funciones. Claramente juega al empate y si puede ser sin goles mejor. Y Rivera, el peor. Agresivo, vociferando, mezclando mensajes y repitiendo lo mismo tantas veces que ha perdido la poca credibilidad que me quedaba.

Por tanto, no ganó nadie y ganaron todos, porque todos tenían un objetivo, y si lo han cumplido, ya han ganado. Van a tener que ser los votantes quienes pongan la cosa en su sitio, en la moderación, en el punto intermedio.

De momento, a partir del próximo lunes se iniciará de nuevo la ceremonia del cortejo de los líderes políticos. Veremos quién suma con quién, qué le ofrece uno al otro, si habrá o no habrá investidura. ¡Otra vez! Que si las reuniones, que si los equipos negociadores, que si los documentos de proyecto. ¡Otra vez!.

Publicado en PontevedraViva.com el día 8 de Noviembre de 2019


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