András, 29 Julio de 2022
Los compañeros de Griñán
han salido a la palestra, incluido el propio presidente del gobierno, en una
defensa numantina de quien acaba de ser condenado a seis años de cárcel por gestionar
mal el dinero público. Ya estamos acostumbrados a que ningún partido, ante
casos de corrupción propia, haga crítica alguna de los condenados y que todo
trate de taparse lo antes posible. Pero salir a realizar una condena de la
condena, es nuevo.
La excusa de defender su honorabilidad porque no se ha llevado dinero, es patética. La corrupción no consiste solo en robar dinero, Griñán era el presidente de un gobierno que consintió un caso opaco de ayudas que, durante muchos años, ha beneficiado a personas del partido con el objetivo de que le ayudase a perpetuarse en el poder en Andalucía. Por tanto, se trata de una trama corrupta que ha generado adhesiones y clientelismo del que el propio condenado, entre otros, se ha beneficiado.
Pero el PSOE no lo quiere reconocer, y se dedica a juzgar a los juzgadores, atreviéndose a poner en tela de juicio las sentencias del poder judicial. Eso sí, solo lo hace cuando le son desfavorables. Defender con tanta vehemencia a un condenado por la justicia, obviando la sentencia y posicionándose por encima del bien y del mal es lamentable, y constituye un acto de desprecio a las reglas de la democracia, además de ser una indecencia política por el vilipendio a los poderes del Estado. Lo hace el PSOE y lo hacen todos los partidos cuando les toca a uno de los suyos.
¿Se imaginan a un condenado por asesinato defendiendo su honorabilidad por no haber robado dinero? Pues esto es lo que hace el PSOE con Griñán, tildarlo de honorable porque no se ha llevado un solo euro para su bolsillo. ¿Qué tendrá que ver no haber robado con que te condenen por malversación y prevaricación? ¿Es por ello un hombre honorable? La honorabilidad no se mide por los delitos que no se ha cometido sino, en todo caso, por los que se ha sido condenado, sobre todo cuando son de tal calibre.
La conclusión es que en la política española falta todavía muchísima madurez, y continúa instalada en la patética espiral del “y tú más”. Cuando lo mejor sería aceptar la responsabilidad de lo que ha pasado y hacer autocrítica, para mirar hacia el futuro y ofrecer a la ciudadanía un horizonte de esperanza. Ese sí que sería un acto de honorabilidad. Pero eso no lo verán nuestros ojos.
Publicado en PontevedraViva.com el día 29 de Julio de 2022
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