András, 01 Agosto de 2022
Algunas fiestas populares están cogiendo mucho auge entre la gente joven y eso, en principio, se trata de una excelente noticia. El riesgo de que se pierdan las tradiciones siempre existe, pero que las nuevas generaciones recojan el testigo para que su continuidad sea un hecho y se perpetúen en el tiempo, es una garantía de que persistan.
De entre todas las fiestas y romerías, unas destacan más que otras, quizás por motivos publicitarios o porque se celebran en lugares con mayor atracción turística. Como ocurre con la fiesta del albariño en Cambados, que celebra estos días una nueva edición y con ella, vuelven a llenarse las calles del pueblo de jóvenes que vienen de todas partes para participar en la exhalación de tan apreciado producto.
Una característica común a todas estas romerías es la proliferación de la leira parking, e incluso la leira camping, donde se amontonan tiendas de campaña que serán ocupadas por jóvenes deseosos de tomarse un respiro una vez que el albariño, la cerveza, el cubata o lo que les pongan por delante, haga su efecto.
El pueblo sufrirá la avalancha de jóvenes sedientos que vienen a beberse el Nilo, a vomitar por la esquinas, a pelearse, y a hacer el ridículo perdiendo la dignidad. Algunos incluso realizarán la visita de rigor al hospital del Salnés, para que un médico de guardia en practicas, tenga que pasar el mal trago de llamar sus padres y comunicarles que se pasen por allí a recoger lo que queda de su inmaduro hijo.
Puede que esta sea una forma muy simple de verlo todo. Pero es una forma más, una forma real, la forma que muchos de los jóvenes que nos visitan estos días utilizarán para celebrar la fiesta y contribuir así, a su manera, a la supervivencia de la misma.
Todos sabemos que esto va a ocurrir, pero nadie hace nada por impedirlo. Por fortuna hay más y mejores visiones, por supuesto….
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