András, 23 junio de 2023
“Cuánto
peor, mejor y cuánto mejor, peor…”.
Esta es una de las famosas frases del ínclito Rajoy, aquel hombre que
tenía la cualidad de liarse con explicaciones aparentemente sencillas. El caso
es que, aquel estribillo, que ha dado origen a decenas de memes, quizás no
fuera fruto del enésimo despiste de Mariano, sino más bien de la propia estrategia
del partido que, cuando está en la oposición, considera que cuánto peor vayan
las cosas en España, mejor para ellos.
Y no, no es un análisis basado en el democrático y sano deseo de la alternancia en el poder. Se debe a la intención que subyace en ellos para desear que las cosas no vayan bien, con el fin de obtener beneficio para el partido. Por eso votan en contra de cualquier medida que no proponen, y no hay una sola acción del Gobierno que aplaudan, aunque sean los únicos en el empeño. Su estrategia consiste en negar la evidencia, difundir bulos y esperar a que sus abnegados y fieles votantes les eleven a los altares del poder, si es posible, sin cuestionarse nada.
Sin embargo, si se analizan los hechos de forma objetiva, el discurso que manejan se cae por su propio peso. Por ejemplo, ¿cómo va a ser peor que la afiliación a la Seguridad Social sea la más alta de la historia de la democracia? ¿Cómo va a ser peor que la inflación se haya reducido hasta alcanzar una de las mejores cifras de la Europa comunitaria?
¿Cómo va a ser peor que el salario mínimo se haya subido dos veces en una legislatura? ¿Cómo va a ser peor que la economía crezca por encima de las previsiones de la Unión Europea y del propio Banco de España? ¿Cómo va a ser peor que haya un ministerio de Igualdad que defienda los derechos de las mujeres?
¿Cómo va a ser peor que el precio de la energía se haya controlado gracias a la excepción ibérica promovida por el Gobierno, medida que, por cierto, han querido imitar países ideológicamente hermanos del PP? ¿Cómo va a ser peor que las pensiones se incrementen con el IPC? ¿Cómo va a ser peor la implantación del ingreso mínimo vital? ¿Cómo va a ser peor que este año la subida de los alquileres no supere el 2%?
¿Cómo va a ser peor que miles de personas se hayan beneficiado de las ayudas aprobadas tras la pandemia? ¿Cómo va a ser peor que cientos de empleos se hayan salvado gracias a los ERTES? ¿Cómo va a ser peor que, a quienes ganan menos de 25 mil euros anuales, la hipoteca no se les incremente? ¿Cómo va a ser peor que el abono de los trenes de cercanías sea gratuito?
Lo grave, es que haya gente que esté en contra de todo esto, incluido el propio PP; y requiere de una explicación por su parte, para decir a quién considera que perjudican todas estas medidas. ¿Quizás están pensando en los ciudadanos que no llegan a fin de mes? ¿O, por el contrario, en la clase media trabajadora? ¿Será acaso peor para los funcionarios? ¿O para los autónomos? ¿Es que no hay votantes del PP que se benefician de todas estas medidas? ¿Saben ellos que su partido ha votado en contra de todas estas medidas de claro impacto social? ¿Seguirán votándoles, a pesar de ir en contra de sus intereses?
En fin… Lo que es evidente, es que el único perjudicado de que las cosas vayan mejor es el PP, porque va contra sus intereses partidistas, y volverían a votar en contra, aunque se llevasen por delante el bienestar de sus propios votantes.
A partir de ahora, veremos cómo todos estos asuntos son silenciados en campaña y, por el contrario, sacarán a relucir de nuevo el tema de Bildu, resucitarán a ETA y continuarán con la matraca de los pactos con los independentistas catalanes. ¿Por qué? Pues porque ellos mismos saben que aquel “cuánto peor, mejor”, se ha convertido en “cuánto mejor, peor”, y el poder es lo único que ansían. No en vano, hay muchos cargos que repartir…
Publicado en PontevedraViva.com el día 23 de junio de 2023
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