András, 07 Febrero de 2021
¿Alguien diría que estamos en campaña electoral? Pues estamos en plena campaña electoral en Cataluña, lo que pasa que se ha perdido aquello de las novedades y la pasión que los candidatos le suelen insuflar a este tipo de acontecimientos. No hay más que ver el entusiasmo que destilan Salvador Illa y Pere Aragonès, que son quiénes, a priori, más posibilidades tienen de formar gobierno, pero que también son los más aburridos.
Lo cierto es que la campaña ha ido avanzando y estamos ya en el fin de semana previo a que los catalanes vayan a votar. Cómo será de aburrido el asunto, que está teniendo más interés el trajín que se traen con qué van a hacer si finalmente los integrantes de las mesas electorales se niegan a formar parte de las mismas, es decir, cómo se garantiza que se puedan constituir las mesas de votación, que las propuestas de los candidatos, las promesas electorales, o las mentiras que suelen contar para convencer al votante.
Y no digamos ya, la poca importancia que se le está dando a las puñaladas que se vienen asestando los dos partidos que están gobernando actualmente y que se juegan, nada menos, que ser los únicos en enarbolar la bandera del independentismo.
Pero lo que menos importancia está teniendo, son las proclamas que hacen los candidatos sobre con quien no van a pactar. Todos sabemos que la pregunta, a en sí misma, es absurda, porque las respuestas no lo son menos. Harán lo que les dé la gana y lo que les convenga a ellos.
Digan lo que digan ahora, el lunes 15 nos estarán diciendo que los votantes han hablado y les han dicho con quién tienen que pactar, que suele ser justo con el que ellos decían que nunca lo harían.
El poco interés que está teniendo la campaña catalana, se convertirá en urgencia cuando pase la jornada electoral y el independentismo vuelva a sumar lo suficiente para volver a gobernar. Entonces volverá el interés, cuando los secesionistas la vuelvan a liar en el Parlament.
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